Ya lo tienes, Teresa. Toda una vida dedicada para llegar al día de hoy. Seis Juegos Olímpicos después, aquí esta tu medalla. Muy merecida.
La palista gallega ha logrado hoy la plata en la final del K1200 en el Canal Sea Forest de Tokio. Portela se clasificó como última en la tempranísima final de la mañana. Lo que hacía presagiar que la medalla era una tarea harto compleja de alcanzar. Pero Teresa es algo especial. No se podía retirar sin su ansiado metal. Lo bordó de principio a fin en una final en la que no se reservó nada. Salió como un ciclón, y como tal acabó. Concluyó con un tiempo de 38,883 segundos. Solo fue superada por la neozelandesa Carrington (38,120). El bronce fue para la danesa Jorgensen.
Una vida por una medalla
Teresa ya había sido diploma olímpico en Atenas 2004, Pekín 2008, y Río 2016. La sexta era su mejor posición hasta el momento. Campeonatos de España, Europa, y el Mundo aparte, este pódium era lo único que faltaba en la carrera de la gallega. Si alguien lo merecía era ella. El propio Saúl Craviotto, abanderado español, afirmo que: “Si alguien me hace ilusión que gane una medalla es Teresa Portela”. 39 años, y una longeva trayectoria en la que se ha ganado el cariño y el respeto del deporte español.
Como bien ha asegurado la palista española nada más concluir la final, “quien la sigue la consigue”. No hay duda de ello. Teresa Portela es sinónimo de perseverancia y sacrificio. Su recompensa llega en los que han sido sus últimos Juegos Olímpicos. Gracias por tanto, Teresa.