Pablo Carreño se ha despedido esta tarde de la medalla de oro. Bajo un calor sofocante en el Ariake Park Tennis de Tokio, en una mastodóntica pista central. El tenista de la armada cayó sin paliativos ante un avasallador Khachanov, que dominó el encuentro de principio a fin.
El primer set fue dominado de principio a fin por Karen Khachanov. Tras unos juegos de tanteo, el ruso rompió el saque de Carreño en el quinto juego. El asturiano encadenó varios errores no forzados que el número 25 del mundo no desperdició. De ahí en adelante, el tenista español estuvo sometido a la poderosa derecha del soviético, que no concedió ni una bola de break en todo el primer set. Khachanov hizo gala de lo que le ha hecho llegar hasta aquí: solvencia y un saque durísimo y difícil de leer. 6-3 en el primer y con la sensación de que el partido tenía que cambiar mucho para que Carreño pudiera darle la vuelta.
Segundo set, misma tónica
Algo que, para desgracia de nuestro tenista, jamás ocurrió. La segunda manga fue un calco de la primera. Compases iniciales de calma y respeto. Después, rotura del saque de Carreño en el quinto juego. Era una losa prácticamente imposible de levantar. Aunque el asturiano, cabeza de serie número seis del torneo, posee un pundonor envidiable, no pudo ni acercarse a pelear el pase a la batalla por el oro. 6-3 también en el segundo set.
Khachanov estuvo intratable durante toda la tarde. Ni cosquillas sintió. Si el ruso consiguiera ser más regular con su derecha, y más estable, sería un tenista top en el circuito ATP. En la final le espera el reto más difícil. Dos opciones: Novak Djokovic o Alexander Zverev. El desafió de desafíos.
Un coloso por el bronce
Por su parte, Pablo Carreño peleará este mismo domingo por el bronce, con el perdedor del duelo entre número uno del mundo y el alemán. No se le puede poner ni un pero a la trayectoria de Carreño en los Juegos Olímpicos. Uno torneo casi impecable, que solo se ha visto empañado por el huracán Khachanov. En menos de 48 horas tocará eliminar (gane quien gane) a un tótem del circuito. No será fácil. Pero Carreño ha demostrado que si está enchufado, puede hacer temblar a cualquiera.