Un ultraderechista, primer integrante de La Manada virtual condenado a prisión por difundir la imagen de la víctima

Un ultraderechista asiduo a las redes sociales es el primer integrante de La Manada virtual condenado a prisión por un delito de revelación de secretos en concurso con un delito contra la integridad moral. A.Q.S., vecino de Valladolid, ha sido condenado por el Juzgado de lo Penal número 4 de Pamplona a dos años y un día de prisión tras publicar en internet una foto de la joven madrileña violada en los Sanfermines de 2016 por cinco amigos sevillanos. La imagen recoge el momento en el que los cinco condenados violaban a su víctima la noche de San Fermín de 2016.El condenado ahora por el juzgado de Pamplona deberá indemnizar a la víctima con 6.000 euros por el daño moral que le ha causado y pagar también una multa de 4.680 euros. Esta sentencia judicial puede ser recurrida ante la Audiencia de Navarra. El fallo judicial, adelantado por El Periódico, considera acreditado que el pasado 6 de diciembre de 2017 el ahora condenado subió a su perfil de Twitter una fotografía recogida en su teléfono móvil por uno de los propios violadores donde se puede observar a la joven mientras es vejada por José Ángel Prenda, uno de los cinco integrantes de La Manada condenados por el Tribunal Supremo a 15 años por las agresiones sexuales.Sobre esta imagen, incluida en el sumario del caso y que la Audiencia de Navarra había prohibido difundir en su momento, el condenado por revelación de secretos y contra la integridad moral escribió el siguiente comentario: “La chica supuestamente violada por #LaManada ha pedido que no se difunda esta imagen porque quizá pensemos que solo era una golfa borracha...”.La sentencia recoge que esta publicación en Twitter provocó 64 comentarios, 13 likesy fue además compartida 16 veces por otras personas, además de causar la “revictimización” para la joven agredida, ya que fue identificada por terceras personas como la víctima de la violación grupal de Sanfermines, hechos que la obligaron a someterse a un tratamiento psicológico, así como a abandonar sus estudios universitarios e incluso a trasladarse a vivir al extranjero durante varios meses.