El gobierno alemán pretende seguir apoyando a Ucrania ante la guerra contra Rusia, aunque reconoce tener ya dificultades económicas para seguir haciéndolo como hasta ahora. Para poder aportar, deberá destinar fondos públicos que no están planificados en los presupuestos militares, ha informado la agencia rusa de noticias TASS.
"La coalición gobernante tomará los fondos de otras líneas presupuestarias. Es probable que se recorten fondos del ámbito social, de la asistencia sanitaria, porque la coalición considera que su tarea es no dejar a Ucrania perder". Así lo ha afirmado el diputado alemán Steffen Kotre, de Alternativa para Alemania, advirtiendo de lo que ya se prevé como un tenso debate en el Bundestag durante los próximos días.
Alemania tiene ahora mismo ante sí una crisis presupuestaria que le hará tener que abordar medidas de ajuste en distintos proyectos de financiación para el año 2024.
El pasado 21 de noviembre, el ministerio de Finanzas alemán tomó la decisión de congelar prácticamente todas las asignaciones económicas presupuestarias del 2023 debido a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la ilegalidad de la redistribución de antiguos fondos de préstamos que no habían sido reclamados de vuelta, que ascienden a un valor de 60 mil millones de euros.
Antes de que se conociera la sentencia, concretamente el 11 de noviembre, el diario alemán Bild anunciaba que el gobierno tenía la intención de aumentar la ayuda militar a Ucrania, doblándola: de cuatro mil millones a ocho mil millones como previsión para 2024. Posteriormente, el diario der Tagesspiegel señaló que la crisis presupuestaria ponía en peligro estos planes.
Después de la sentencia, el propio canciller alemán, Olaf Scholz, afirmó que Berlín seguiría apoyando a Kiev. Está por ver de qué manera reestructuran los fondos para hacerlo posible.