El empresario Aldama montó una trifulca histórica en la comparecencia de Leire Díez. Hubo empujones, gritos, improperios. Periodistas histéricos corriendo como en un incendio. Aldama casi llega a las manos con Pérez Dolset, el industrial que dice tener un arsenal de audios y documentos sobre la Policía Patriótica del PP. “Eres una fontanera sinvergüenza”, le dijo a la cara a la militante socialista señalada como cloaquera de Ferraz. Y acto seguido, salió a la calle alegando que todo lo había hecho “por el bien de España y de los españoles”, confiando en que Feijóo acabe con el sanchismo y sea presidente del Gobierno cuanto antes.
Uno cree que toda esta performance forma parte de la ceremonia del ruido y la confusión, del humo narcotizante que propala el PP para dar sensación de ambiente político irrespirable en nuestro país. Flaco favor le hace Aldama al líder del Partido Popular. Desde el circo de ayer, toda España ha podido ver, en vivo y en directo, para qué y para quién trabaja este señor. Por momentos, dio la sensación de que Aldama era el perro de presa de Feijóo. El dóberman. El ocupado lector de esta columna que ya peina canas recordará cómo el Partido Socialista intentó retratar a Francisco Álvarez Cascos como el sabueso de presa de Aznar. Corría el año 1996 y el spot del dóberman pasó a la historia. El PP ganó aquella batalla, descabalgando del poder a Felipe González. Hoy el cargo de líder conservador lo ocupa otro. Y por lo visto también el de fiero chucho. Al igual que Aznar soltó las cadenas de su dóberman, ayer Feijóo hizo lo mismo con Aldama. Solo así se entiende la bronca que se montó durante el teatrillo de Leire ante los periodistas.
¿Qué pintaba allí el empresario que, tras salir de la cárcel y advertir a los periodistas de que iba a tirar de la manta, llamó “mitómano” a Pedro Sánchez? ¿A qué venía un espectáculo tan violento, tan ultraderechista y matón, tan cloaquero? Parecía como si Aldama se sintiese impune, por encima del bien y del mal, respaldado por poderes superiores. Ya extraña que la Justicia lo haya dejado en libertad cuando está metido hasta las cachas en varios asuntos sucios. El pasado mes de enero, el juez Pedraz rechazaba la solicitud del PSOE para que volviera a enjaular al “pájaro”, como lo llama Jesús Cintora en su programa Malas lenguas, por el fraude de los hidrocarburos. Y ahí está el tipo. Montando la más grande cada vez que puede. Como testigo protegido vale poco (tiene escasa información sobre el sanchismo), pero como animador sociocultural de la extrema derecha no tiene precio. Allá donde va, la arma.
Leire Díez sigue siendo un misterio. ¿Periodista o cloaquera? ¿Escritora dominguera o fontanera sociata? ¿Espía a tiempo parcial o Antoñita la Fantástica, como la hemos definido aquí en alguna que otra ocasión? Ella dice tener abundante documentación sobre el caso de los hidrocarburos, que podría ser el más importante de la democracia por el volumen de dinero defraudado. Se habla de más de tres mil millones de euros solo por el fraude al IVA. “De ahí para arriba”, sugirió la propia Díez, haciéndose la interesante, en el programa Todo es mentira de Risto Mejide, donde negó una y otra vez ser una fontanera de Ferraz y donde juró y perjuró que todo lo hace por su soñado proyecto: ese futuro libro sobre el famoso asunto de los hidrocarburos que, dicho sea de paso, podrá ser un escandalillo político para un titular mañanero, pero que como trama para un ensayo de enjundia se antoja algo aburrida. ¿A quién se le ocurre ponerse a elaborar un tocho sobre algo tan grasiento, espeso y poco fluido, literariamente hablando, como el petróleo? Una novela negra con muchos muertos y un comisario alcohólico aún aún, pero ¿un trabajo de investigación sobre algo tan arduo como la estafa de los hidrocarburos? Pues ella parece entusiasmada, a ella le gusta la gasolina, como dice la canción, y asegura tener un precontrato con una editorial desde hace seis meses. Sin duda, la entrevista exclusiva con Mejide deja más sombras que luces, sobre todo porque la propia Leire acaba reconociendo que le pasaba información al PSOE. Si eso no es fontanería fina, que baje Dios y lo vea.
En cualquier caso, a Aldama no le gusta que la dama de las cloacas socialistas ande husmeando en sus hidrocarburos, así que decidió presentarse en la “no rueda de prensa”, remangarse y ponerse en plan matón de discoteca con ella, que parece que eso se le da bien. La sangre no llegó al río porque Pérez Dolset se interpuso mientras que la propia Leire reconoció que pasó un mal trago cuando el lebrel de la derecha le enseñó los colmillos.
Aldama es un personaje de la fauna ultra madrileña. “Que no se preocupe el señor Sánchez que va a tener pruebas”, dijo a la salida de la cárcel, cuando parecía que se iba a comer el mundo. Sin embargo, hasta la fecha no ha presentado ni una mala factura o recibí. Nada de nada. Eso sí, goza de libertad porque la Justicia ha decidido que el muchacho tiene derecho a tostarse en las playas de Ibiza con “jet privado, villa de lujo y restaurantes de postín”, según la cadena de radio en la que triunfa Carlos Alsina.
Toda esta truculenta historia apesta a cloaca del Estado, mayormente del Partido Popular. Feijóo no ha hecho la debida limpieza y le siguen saliendo infinitos flecos, interminables hilos y largas subtramas de los casos que le persiguen desde hace años, o sea Villarejo, Policía Patriótica y Kitchen. Lo que le faltaba es tener como fiel escudero a un señor que va por ahí amenazando al personal con sus violentos músculos de acero. Dice Leire que tiene mucho miedo de Aldama (“se me echó encima”, relata). Tranquila mujer, que el pit bull de Feijóo ladra mucho y muerde poco.