La gestión de los servicios públicos en la Comunidad de Madrid vuelve a estar en el ojo del huracán. Esta vez, las críticas recaen sobre la externalización del servicio de esterilización del material quirúrgico en el Hospital 12 de Octubre, una medida impulsada por el gobierno de Isabel Díaz Ayuso. El resultado ha sido calificado por los trabajadores como un “crimen contra la sanidad pública”. Instrumental quirúrgico sucio, roto y con restos biológicos, retrasos en intervenciones e incluso cancelaciones son algunas de las consecuencias.
Denuncias ante Trabajo: un servicio privatizado que no cumple
El sindicato Movimiento Asambleario de Trabajadores de Sanidad (Mats) ha llevado la situación ante la Inspección de Trabajo. Según Diana Ruiz, enfermera del hospital y portavoz del sindicato, el material quirúrgico llega en condiciones lamentables. “Hemos encontrado piezas esenciales mezcladas, motores sin baterías y material con restos biológicos”, denuncia Ruiz. Esta situación ha provocado la suspensión de intervenciones programadas, como dos cirugías de prótesis de rodilla el pasado 11 de diciembre.
El caos también afecta al personal sanitario, que sufre un gran nivel de estrés laboral. La falta de instrumental obliga a utilizar material reservado para urgencias o a buscar piezas entre varias cajas para completar lo necesario para una operación. La denuncia presentada por los trabajadores apunta directamente a la empresa adjudicataria, Croma Gio.Batta España, que ganó el contrato en enero de 2024 por 3,2 millones de euros, una cifra significativamente inferior a los 5,8 millones presupuestados inicialmente por la Comunidad de Madrid.
Material en mal estado: ética cuestionada y riesgos sanitarios
Las imágenes y ejemplos documentados por el personal del hospital son impactantes. Una caja de instrumental quirúrgico para colocar una prótesis contenía una óptica de artroscopia mal colocada, expuesta a posibles daños. Otros casos reportan martillos quirúrgicos mezclados sin ninguna protección adecuada, mientras que en muchas ocasiones faltan baterías o cabezales esenciales para motores usados en intervenciones de traumatología.
“Lo más grave no es solo el material en mal estado, sino las implicaciones para los pacientes,” explica Ruiz. Cada retraso en una intervención quirúrgica afecta directamente a la salud de los usuarios, especialmente en casos de urgencia. A pesar de las quejas y denuncias, la Consejería de Sanidad asegura que el “proceso de estabilización del nuevo modelo” está en marcha y que los circuitos quirúrgicos se están adaptando.
Promesas de eficiencia: entre el discurso oficial y la realidad
La Consejería de Sanidad defiende la privatización del servicio como una medida para mejorar la eficacia y la fiabilidad. Sin embargo, los sindicatos afirman que el resultado ha sido todo lo contrario. Antes de la externalización, el hospital gestionaba internamente la esterilización del material quirúrgico, pero, en lugar de modernizar estas instalaciones, se optó por adjudicar el servicio a una empresa externa. “Nos vendieron un modelo más moderno y eficiente, pero lo que hemos recibido es un desastre absoluto,” señalan desde Mats.
Además, la propia Consejería reconoció en una respuesta parlamentaria que la empresa no cuenta con las instalaciones prometidas para esterilizar el material fuera del hospital, tal como estipulaba el contrato. Actualmente, la esterilización se realiza en tres zonas del propio 12 de Octubre: el edificio Materno Infantil, el Centro de Actividades Ambulatorias y el nuevo edificio de Hospitalización.
Críticas políticas y una gestión que deja dudas
La oposición en la Asamblea de Madrid también ha cuestionado la gestión de este contrato. Marta Carmona, diputada de Más Madrid, llevó el caso a la comisión de presupuestos, denunciando el incumplimiento de los pliegos de condiciones. “No es solo un problema de gestión; es un ataque directo a la calidad de la sanidad pública madrileña”, declaró.
La externalización de servicios esenciales como este ha sido una práctica recurrente en la Comunidad de Madrid bajo el mandato de Ayuso. Críticos de la gestión autonómica señalan que estas decisiones buscan favorecer a empresas privadas en detrimento de los recursos y capacidades del sistema público. Este caso en particular ha encendido alarmas sobre las posibles repercusiones para la salud pública y el bienestar de los pacientes.
Una historia que se repite
El Hospital 12 de Octubre ha sido escenario de varias controversias relacionadas con la gestión sanitaria en Madrid. En 2023, este centro realizó más de 12.000 intervenciones programadas y 5.800 urgentes, convirtiéndolo en uno de los pilares del sistema sanitario de la región. Sin embargo, los trabajadores del hospital han denunciado repetidamente precariedad laboral y falta de inversión adecuada.
La situación actual es un reflejo de una política sanitaria que prioriza la privatización sobre el fortalecimiento del sistema público. Mientras tanto, pacientes y profesionales pagan las consecuencias de un modelo que, según los denunciantes, “pone en peligro la salud de las personas que confían en la sanidad pública.”
Mientras Ayuso defiende su modelo como una mejora en la eficiencia, los hechos demuestran lo contrario. La salud de los pacientes, la calidad del servicio y las condiciones laborales del personal están siendo sacrificadas en favor de una política que, según muchos, tiene más que ver con la rentabilidad económica que con el bienestar de la ciudadanía.