Aunque pretenda presentarse como una formación política única que gira alrededor de un líder, la realidad es que en el Partido Popular hay muchas almas. No en vano, Vox es una escisión nacida de la facción ultra heredera de los fundadores franquistas del PP.
En el partido conservador conviven liberales, neoliberales, demócrata cristianos, conservadores, socialdemócratas y, últimamente, hay un crecimiento exponencial del trumpismo.
Por esa razón, hay una parte del PP que no está de acuerdo con los pactos de gobierno alcanzados con la extrema derecha y que sigue defendiendo que para conseguir el poder no hay que aliarse con cualquiera.
Esta es la causa de que en la Región de Murcia todavía no se haya cerrado un acuerdo de gobierno, que Feijóo no acuda a las tomas de posesión de los barones que gobiernan gracias con la extrema derecha en los gabinetes o que el que será próximo presidente de Aragón no sea el que firme los acuerdos con Vox.
En concreto, según ha adelantado la Agencia EFE, Jorge Azcón, ha dejado plantada a la formación de extrema derecha y no acudirá al acto donde se oficializará el pacto de gobierno. En su lugar, por parte del PP estará Ana Alós, número 2 de los populares, quien firmará junto a Alejandro Nolasco, el ultra representante de Vox.
Esta es una manera de rebelión por parte del sector más demócrata y menos populista del PP de mostrar a la ciudadanía que el partido se avergüenza de pactar con Vox. También es un modo de lanzar un mensaje a quienes, a nivel interno, están promocionando a Isabel Díaz Ayuso al liderazgo nacional del Partido Popular. Han pasado ya casi dos semanas de las elecciones y en los pasillos de las sedes del PP aún resuena el "con Ayuso no habría pasado".