Los resultados de las elecciones en Cataluña nos dejan datos para poder sacar ya algunas conclusiones, sin temor a equivocarnos. Pero, también, nos dejan un gran margen para la prudencia, puesto que la investidura es realmente una incógnita.
Vamos, pues, con las certezas:
El PSC ha obtenido un respaldo incuestionable, posicionándose en primer lugar en votos y en escaños. No creo, personalmente, que esto sea un respaldo a Illa como candidato, sino más bien, al PSOE de Sánchez. Una movilización que nos puede dar a entender la aceptación de las negociaciones entre los de Ferraz y el independentismo, la ley de amnistía y los pasos dados durante los últimos meses.
Muy de cerca, el respaldo obtenido por Puigdemont, es otra de las certezas. Evidencia que la mayoría de los votos independentistas han salido para respaldarle, a pesar de los "palos metidos en la rueda" desde su propio contexto. Me refiero a la candidatura de Ponsati y Graupera, que no ha conseguido obtener representación, pero sí ha demostrado una intención de restar votos a las otras fuerzas. Los que ha restado, se han quedado en la papelera, por lo que la reflexión, en este sentido, es obligada. Otra de las formaciones que ha aparecido, y que en este casi sí supone una irrupción, es la de Alianza Catalana.
Es seguro que PP no pactará con Vox. Como lo es, que Junts no lo hará con Alianza Catalana.
También es irrefutable el respaldo obtenido por el PP y la desaparición de Ciudadanos. Como lo es el batacazo de ERC.
Las dudas que nos quedan ahora son las siguientes:
¿Posibilitará ERC la investidura de Illa? De apoyar al PSC, junto a los Comunes, ERC terminaría de tirarse cuesta abajo en esta caída sin frenos que viene sufriendo desde las municipales. Dudo sinceramente que ERC se dispare de este modo. Y entonces, llegaría la cuestión planteada por Carles Puigdemont en su intervención de esta noche: la de ser investido president.
Puigdemont ha dejado claro en su intervención que ahora toca hablar en el independentismo, reconstruir proyecto unitario y plantear un gobierno firme.
ERC, por su parte, ha dejado claro en las palabras de Aragones, que asumen en lugar que les corresponde, es decir: ha dejado la pelota sobre el tejado del PSC y de Junts. De esta lectura, después de su negativa reiterada en campaña para investir a Illa, queda abierta la opción de un resultado de gobierno encabezado por Puigdemont. Y tiene la posibilidad de ser real.
La clave estaría en facilitar, aunque fuera con la abstención del PSC el desbloqueo, porque está claro que a nadie le interesaría repetir elecciones, salvo, seguramente, a Puigdemont si se llegase a un punto de bloqueo irresoluble. Porque en ese caso, seguramente la sangría de ERC se mantendría y muy probablemente Junts subiera en votos, algo que tampoco quieren ver desde Ferraz.
Illa no tendrá el respaldo del PP, porque esto rompería la línea estratégica entre Génova y Ferraz. Y desde luego, el independentismo tampoco va a permitir que el PSC gobierne. En mi opinión, está claro que Illa no será president y la única incógnita que yo planteo ahora mismo es si Puigdemont lo logrará, cosa que veo bastante probable.
Que Puigdemont sea president en minoría significa muchas cosas. Sobre todo la resolución del conflicto de manera democrática, y no contar con apoyos suficientes como para desestabilizar el gobierno de Sánchez. Un "mano a mano" que a Sánchez le beneficia porque le dará una pátina de "demócrata", que es precisamente lo que necesita. Además, tampoco creo que a Sánchez le interese un gobierno de Illa en Cataluña, pues en ese caso, Puigdemont desaparecería de la ecuación, el independentismo se polarizaría y muy posiblemente los charcos en los que se metería el PSC debilitarían bastante a Ferraz.
Está por ver lo que sucederá en los próximos días, donde la Amnistía tiene que aterrizar, y en los que está por verse la llegada a suelo estatal de Puigdemont, que supondrá, sin dudas, un hito que captará un respaldo indudable y una atención mediática a nivel mundial.