Elon Musk es sudafricano. Vivió en Pretoria en los años más duros del apartheid, cuando se incrementó la represión y las rafias de las fuerzas de seguridad contra los barrios negros. En los años en los que Musk vivía en Pretoria, se produjo el asesinato cruel de Steve Biko. Su padre era ingeniero, había sido propietario de una mina de esmeraldas en Zambia. A pesar de que su progenitor era contrario al apartheid, la realidad es que Musk se educó en ese ambiente de supremacía blanca hasta que se trasladó a Canadá, lo que al pequeño Elon debió suponerle un choque importante por la convivencia pacífica entre razas del país norteamericano.
Ese desarrollo personal en medio del supremacismo blanco explica muchas cosas de las que se han visto en los últimos años en el hombre más rico del mundo. No es de extrañar lo que sucedió ayer en la investidura de Donald Trump. En medio de un ambiente absolutamente invadido por ultraderechistas, supremacistas, simpatizantes del Ku Klux Klan y neonazis, Musk realizó el saludo nazi desde el escenario.
No hay que poner paños calientes. Las imágenes son claras. Se llevó la mano al corazón y estiró el brazo con la mano extendida. Exactamente igual que hacían Adolf Hitler, Francisco Franco, Benito Mussolini, George Lincoln Rockwell, José Antonio Primo de Rivera y Oswald Mosley. Elon Musk no hizo un signo parecido al nazi, fue el saludo nazi. Además, lo realizó en dos ocasiones, por lo que se eliminan todas las excusas posibles.
El saludo nazi de Musk explica muy bien su apoyo al partido neonazi AfD, cuando afirmó que esa formación era la única que «podía salvar a Alemania. La imagen de la AfD como extremista de derechas es claramente falsa».
Las reacciones no se han hecho esperar. En todos los países democráticos de occidente se ha expresado la repulsa ante el saludo nazi de Musk, y ha derivado en que muchos líderes y organizaciones democráticas de todo el orbe ideológico hayan decidido salir definitivamente de la red social X, propiedad del magnate sudafricano.
En España, la reacción inmediata ha sido por parte de Sumar, formación política que forma parte de la coalición de gobierno. Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, ha confirmado que tanto ella como los ministros de Sumar abandonarán X (antes Twitter). «Tras el posicionamiento de Elon Musk ayer, no solamente con la gestualidad, sino con los usos absolutamente torticeros que está haciendo en el uso de algoritmos, de posicionar unas ideologías ultras frente a otras, desde luego he tomado esta decisión que sé que es complicada», ha afirmado Díaz.
Defender la democracia es dejar de utilizar herramientas que la debilitan.
— Yolanda Díaz (@Yolanda_Diaz_) January 21, 2025
Nos seguiremos leyendo en otras plataformas. pic.twitter.com/q3EtdqsaCB
Por su parte, la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, ha confirmado su salida de X tras el saludo nazi de Elon Musk. «No es un desliz, una provocación o un error. El saludo nazi de Elon Musk es una declaración de intenciones. Vivimos marcadas por las contradicciones, pero ha llegado a ser insostenible seguir alimentando el negocio de un multimillonario que juega a ser dictador», ha señalado Rego.
De momento, el PSOE de Pedro Sánchez, al igual que Vox y el Partido Popular, se mantienen en la red social del magnate que salió del apartheid y que, según sus actos, ahora ha abrazado el nazismo.