Aldama, de Gürtel a Koldo

Diversas informaciones periodísticas sitúan al cabecilla del caso Koldo en relación con un despacho vinculado al mayor escándalo de corrupción del PP

22 de Noviembre de 2024
Actualizado a las 14:16h
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El empresario Aldama sale de la prisión de Soto del Real.
El empresario Aldama sale de la prisión de Soto del Real.

Después de arrojar todo su vómito contra el PSOE, el empresario Víctor de Aldama ha dormido en su casa tras pasar largas semanas en la cárcel. Todo se resolvió en un tiempo récord. Fue ponerse a cantar por soleares el imputado y la Justicia agilizó los trámites para ponerlo en libertad cuanto antes y sin tiempo que perder. El asunto estaba perfectamente controlado y medido, no en vano había pacto con la Fiscalía según los protocolos para testigos protegidos. Así que el empresario salió a toda prisa de Soto del Real y se metió en el coche raudo y veloz. Pero antes, algo (o alguien), le susurró al oído que saliera otra vez del automóvil para darle a la prensa carnaza sobre Pedro Sánchez, que horas antes le había acusado de lanzar bulos contra el PSOE. El líder socialista negó cualquier trato con el industrial y además lo calificó como “presunto delincuente” y “personaje”, lo cual terminó de enfurecer a Aldama, quien por lo visto también va sobrado ego.

No fue un “sujétame el cubata”, ni un calentón del momento. Las cámaras de televisión captaron ese instante sublime en que Aldama, tras sentarse en el vehículo que debía sacarlo de allí, parecía recibir instrucciones de un superior en la sombra, y no solo de su abogado Choclán, el genio de la lámpara maravillosa que obra los milagros de los pactos con la Fiscalía. Entonces, como si tuviese un resorte en el trasero, salió del coche, se plantó ante la canallesca y dijo fanfarroneando a los periodistas: “Si tantas pruebas quiere [Sánchez], que no se preocupe, las tendrá”. Y tras llamar al presidente “mitómano” (una ocurrencia sin sentido que solo entendió él) y sugerir que el inquilino monclovita es un enfermo de alzhéimer desmemoriado que no se acuerda de los amigos (un desprecio a los enfermos aquejados de este terrible mal), salió a escape, esta vez sí.

Fue apenas un minuto, mientras la noche fría caía sobre el páramo de Soto del Real. Pero dejó un cierto tufo a ese lenguaje cipotudo que se gastan los cayetanos con fachaleco, además de a historia preparada o previamente guionizada. Lo que hizo ayer Aldama fue soltar una bomba nuclear contra el Gobierno (en plan Putin) en el peor momento para el Partido Popular, justo cuando Carlos Mazón, y también Feijóo, atraviesan por su peor momento por la nefasta gestión de la riada de Valencia que ha costado 221 muertos. Aldama vino a dar un gran balón de oxígeno al PP cuando el partido más lo necesitaba, tal es así que hoy nadie habla ya de la comida del president con Maribel Vilaplana en un reservado del Ventorro, sino de las andanzas de un señor que se ha puesto a la altura del presidente del Gobierno para jugarse un póker con él de tú a tú y a cara de perro. El duelo Sánchez/Aldama promete ser histórico, tanto como una batalla de cómic entre el héroe y el archivillano (qué papel juegue cada cual aún no lo sabemos, aunque el empresario, ya presidiario oficial, lleva ventaja como el malo de la película en ese duelo para la eternidad).

Pero más allá de todo eso, sorprende el currículum del misterioso Aldama, este nuevo Pequeño Nicolás –como lo conocen en los ambientes policiales–, que quizá no sea solo un presunto paganini del PSOE, sino también alguien que hizo sus pinitos con el PP. Y es ahí donde aparece el nombre de Luis Miguel Triguero Gómez, un emprendedor presuntamente dedicado al tan legal como poco ético negocio de la venta de empresas tapadera al por mayor. Según The Objective, “la trama que está removiendo los cimientos del Gobierno [caso Koldo] se sirvió de los servicios de uno de los empresarios que estuvo vinculado al caso Gürtel, proceso judicial que tumbó al Gobierno del PP de Mariano Rajoy en 2018 y que llevó a la Moncloa a Pedro Sánchez tras la moción de censura. El empresario en cuestión es Luis Miguel Triguero Gómez”. Tal como informa este medio de comunicación, “Triguero, según los datos recabados en el Registro Mercantil, vendió a Víctor de Aldama, comisionista principal hasta la fecha del denominado caso Koldo y presidente del Zamora Fútbol Club, diferentes firmas de esta naturaleza”.

La completa información de The Objective aclara que en los últimos años Aldama adquirió al menos tres sociedades mecantiles a Triguero, uno de los creadores de sociedades fantasma más relevantes de nuestro país. “Constituye compañías sin ningún tipo de actividad para venderlas a bajo precio en un periodo corto de tiempo y que, en muchas ocasiones, terminan en manos de redes para blanquear dinero de mordidas ilegales a través de una aparente compra de activos o negocio y tejer una maraña de firmas superpuestas difícil de detectar por las autoridades”, añade el rotativo digital. Por lo visto, Aldama no solo trabajaba con el CNI, con la CIA y el FBI (tal como le ha dicho al juez Ismael Moreno, presumiendo de ser el nuevo James Bond español) sino también con personajes oscuros que han salpicado al PP.

Probablemente ningún juez tire de este interesante hilo informativo que ya circula como la pólvora en las redes sociales. Pero, cada vez que nos asomemos al caso Koldo (un monumental caso de corrupción en el seno del Ministerio de Transportes de Ábalos, conviene no olvidarlo), no perdamos de vista que las cosas no son tal como parecen, que nada es blanco y negro, y que Aldama quizá esté muy lejos de ser ese personaje fiel que ha terminado traicionando al PSOE. No solo se ha codeado con los socialistas, emponzoñando una parte de Ferraz, también con elementos de tramas turbias que en el pasado han perseguido a los populares. Quizá, a fin de cuentas y teniendo en cuenta sus habilidades para el espionaje, no sea más que un agente doble. Por lo visto, esta vez tocaba apostar al azul y no al rojo en la sucia ruleta del dinero.

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