Mar Espinar a Ayuso: "Tiene tanto runrún que no sabe ni quién es el casero de su ático"

En medio del cruce de acusaciones, la presidenta de Madrid sigue sin dar respuestas claras, mientras las sombras de su gobierno se agrandan

14 de Mayo de 2025
Actualizado el 19 de mayo
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Mar Espinar, portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid

"La señora Ayuso está trabajando en el runrún del PP y no tiene tiempo para las universidades madrileñas. Tiene tanto runrún que no sabe ni quién es el casero al que paga 5.000€ al mes por su ático. No al Ayusazo.", cuestionó Mar Espinar, portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, al referirse a las sospechas sobre la relación de la presidenta madrileña con el abogado que compró un ático cercano a su residencia. Las críticas de Espinar fueron contundentes y directas, señalando las contradicciones de Ayuso en sus respuestas y la falta de transparencia sobre su entorno cercano: “Mienten, engañan, en fangan mientras dejan que los suyos se lo lleven crudo en la cara de los madrileños”, aseguró, mientras le exigía a la presidenta que dijera la verdad "en algo, aunque solo sea en algo". Este enfrentamiento, que puso en evidencia las tensiones dentro de la Asamblea, no solo abordó los escándalos que rodean a Ayuso, sino que también desveló el desencanto de la oposición ante su gestión.

El último enfrentamiento entre Ayuso y el PSOE fue un baño de acusaciones mutuas. La presidenta de la Comunidad de Madrid no dudó en atacar al gobierno socialista, pero al mismo tiempo, no pudo evitar que las sombras de su propio entorno político siguieran acechando en el debate. Ayuso, en su respuesta a Espinar, afirmó que el PSOE "tiene más corrupción que número de escaños" y que está "hundido" por la mala gestión interna. Sin embargo, este ataque a los socialistas no hizo más que agrandar las dudas sobre las prácticas de su propio gobierno, en un momento en el que las críticas sobre su administración se acumulan.

Un gobierno marcado por las dudas

La polémica comenzó cuando la portavoz del PSOE, Mar Espinar, cuestionó a Ayuso sobre su gestión universitaria, mencionando el dato de que Madrid está a la cola de España en financiación universitaria. "Venga, se lo voy a decir yo, el 0,4% para que usted me entienda, invierte por alumno al año un poquito más de lo que invierte en pagar su aticazo al mes €6039", acusó Espinar, en un intento por poner en evidencia las prioridades de la presidenta en términos de gasto público. Ayuso, ante la presión de estas críticas, optó por centrarse en atacar al PSOE, en lugar de abordar directamente las cuestiones planteadas sobre la educación pública en Madrid.

Mientras Ayuso defendía sus políticas económicas y el apoyo a los empresarios en la región, el debate giraba hacia la pobreza infantil, un tema que la presidenta no pudo eludir. Según Más Madrid, el 30% de los niños en la Comunidad de Madrid vive en riesgo de pobreza, una cifra alarmante en la región más rica de España. Ayuso, sin embargo, restó importancia a estos datos, negando la existencia de un problema real, y volvió a centrarse en su discurso sobre la libertad económica y la creación de empleo en la región. En lugar de dar respuestas claras sobre las políticas sociales, su intervención se convirtió en una defensa a ultranza de la gestión privada y el apoyo a los negocios.

La corrupción: un tema recurrente

El tema de la corrupción, por supuesto, estuvo en el centro del debate. Ayuso acusó al PSOE de estar "carcomido por la corrupción", asegurando que España "no aguanta más corrupción". Esta fue la base de su ataque a la gestión socialista, pero las críticas de Espinar no tardaron en ponerla en aprietos. A la presidenta madrileña se le cuestionó repetidamente sobre su entorno y sus vínculos con empresarios cercanos, sobre todo en relación con las dudas acerca del pago del ático y la declaración de su pareja. Ayuso, sin embargo, optó por desviar la atención, atacando a la oposición y sugiriendo que no era el momento para hablar de su propia gestión.

Al igual que en otras ocasiones, el uso de recursos públicos fue un tema recurrente en el discurso de Ayuso. Mientras que defendía las ayudas a los agentes de la policía y las Fuerzas Armadas, argumentando que eran necesarias para atraer a los profesionales a la Comunidad de Madrid, no pudo justificar el dinero invertido en proyectos como el rescate de Air Europa. El hecho de que la presidenta madrileña se refiriera a la gestión de los fondos públicos sin abordar las sospechas sobre su propia administración dejó en evidencia la falta de transparencia y el doble rasero con el que se mide la gestión pública.

La incoherencia del discurso de Ayuso

A medida que avanzaba el pleno, la incoherencia del discurso de Ayuso se hizo más evidente. Mientras acusaba al PSOE de ser "carcomido por la corrupción", las críticas sobre sus propios vínculos con empresarios de alto nivel seguían creciendo. Ayuso se centró en atacar al PSOE por los rescates empresariales y las políticas de empleo del gobierno central, pero se mostró reacia a dar explicaciones sobre las prácticas que han rodeado su propio gobierno. A pesar de sus acusaciones, la presidenta madrileña no pudo ocultar las contradicciones en su propia gestión.

Finalmente, la guerra de acusaciones no parece haber servido para aclarar ninguna de las dudas sobre la gestión de Ayuso. En lugar de ofrecer respuestas claras sobre los problemas de Madrid, la presidenta madrileña prefirió centrarse en atacar al PSOE, un enfoque que dejó aún más claro que su discurso está lleno de contradicciones y omisiones. La falta de transparencia, las tensiones internas y las críticas por la gestión pública siguen siendo los temas que definen el mandato de Ayuso, mientras su cruzada contra el PSOE se convierte en una cortina de humo que oculta las verdaderas cuestiones que afectan a la ciudadanía.

La política del ruido

Este enfrentamiento en la Asamblea de Madrid no solo ha puesto en evidencia las tensiones políticas entre Ayuso y el PSOE, sino que también ha destapado las contradicciones y la falta de transparencia en la gestión de la presidenta madrileña. Mientras la presidenta continúa lanzando ataques al gobierno central, las preguntas sobre su propia administración siguen sin respuesta. La política del ruido, en la que Ayuso parece sentirse cómoda, ha dejado claro que no se trata solo de acusar a los demás, sino de enfrentarse a los problemas reales que afectan a los ciudadanos, como la pobreza infantil y la financiación universitaria. Mientras tanto, los madrileños siguen esperando soluciones claras, que por ahora parecen esquivas en el discurso de Ayuso.

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