El mercado de viviendas en Yemen no es atractivo para Estados Unidos

Tanques y vehículos acorazados de 10 a 20 millones de euros, con toda la tecnología del mundo son víctimas de enjambres de drones modificados comprados en Ali-Express. Así han pasado a la historia los gloriosos M1-Abrams

25 de Marzo de 2025
Actualizado a las 19:57h
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Yemen. Displaced in Sana'a's Old City

En el vasto y complejo tablero de la geopolítica, las decisiones estratégicas a menudo implican cifras astronómicas que, al desglosarse, revelan paradojas dignas de una reflexión irónica. Tomemos, por ejemplo, las recientes operaciones militares de Estados Unidos contra los rebeldes hutíes en Yemen durante 2024 y lo que llevamos de 2025. Las mismas que el mismo Pentágono filtró a un periodista a través de una aplicacion de mensajería. 

Según estadísticas oficiales, y cogidas siempre las más prudentes de cada horquilla, lo que de momento consta es:

  • Costes directos (misiles, drones, aeronaves, buques, municiones): ~3.500 a 4.500 millones USD
  • Costes operativos y logísticos (combustible, mantenimiento, horas de vuelo, personal desplegado): ~1.500 a 2.000 millones USD
  • Costes indirectos adicionales (inteligencia, satélites, comunicaciones, daños colaterales, impacto comercial, diplomático y logístico regional): ~1.000 a 1.500 millones USD

Esta cifra es un promedio conservador, basado en las fuentes oficiales disponibles y análisis independientes de expertos, considerando una operación continuada de alta intensidad desde finales de 2023 hasta la fecha actual (marzo de 2025).

Así, se estima que estas incursiones han costado alrededor de 8.000 millones de dólares, resultando en aproximadamente 69 bajas hutíes (17 hombres y el resto mujeres y niños). Una simple división nos lleva a la asombrosa cifra de 115,94 millones de dólares por cada baja hutí.

Desde una perspectiva inmobiliaria, según datos disponibles, el costo de vida en Yemen es significativamente bajo en comparación con estándares occidentales. Aunque no se disponen de cifras exactas sobre el precio promedio de una vivienda en Yemen, es razonable suponer que, con los 8.000 millones se podría adquirir una cantidad considerable de propiedades en el país. De hecho, con una inversión de esta magnitud, Estados Unidos podría haber proporcionado viviendas de lujo a cada uno de los 120.000 hutíes, quizás incluso con vistas al mar Rojo.

Esos 8.000 millones hasta el momento, dan para haber comprado propiedades en las zonas controladas por los hutíes y ofrecérselas como un "programa de reintegración". Cada “combatiente” recibiría una casa completamente amueblada, con todas las comodidades modernas y un sueldo de por vida. Es más, con el sobrante del presupuesto, se podrían haber financiado escuelas, hospitales y centros comunitarios, ganando así corazones y mentes de la población local.

La realidad es que las decisiones militares no se basan en cálculos de costo-beneficio tan simplistas. Sin embargo, es interesante destacar cómo la inversión colosal en operaciones bélicas podría, en teoría, haber pasado de moda.

Respecto a la Guerra de Ucrania, si Rusia tiene a Ucrania para desangrarse, los EE. UU. tienen el Yemen.

Los tanques estadounidenses, pomposamente llamados carros de combate no pueden ni atravesar un bosque. A todos se les ha tenido que soldar un tejadito para que no fueran destruidos por un dron de 1.000 Euros. Tanques y vehículos acorazados de 10 a 20 millones de euros, con toda la tecnología del mundo son víctimas de enjambres de drones modificados comprados en Ali-Express. Así han pasado a la historia los gloriosos M1-Abrams, que no duraron cuatro días en Ucrania.

Para simplificarlo de una manera que sea entendible. Occidente necesita actualmente un misil de dos millones de dólares, para interceptar un dron que cuesta ochenta mil, como mucho.

Por supuesto, esta aseveración no pretende minimizar la complejidad de los conflictos ni las amenazas que representan grupos armados como los hutíes o una invasión como la rusa, invasión por cierto alentada desde la propia OTAN, después de años de provocaciones y denigraciones a los rusos.

Sin embargo, al analizar las cifras y considerar alternativas hipotéticas, es inevitable cuestionarse sobre la eficiencia y eficacia de ciertas decisiones estratégicas.

El precio de la guerra

Desde el siglo XIX hay diversas maneras de medir el coste de un conflicto armado, o una guerra. Una de ellas es calcular cuántas balas necesitas fabricar y comprar para conseguir una baja del enemigo. Esta medida está basada en el concepto obsoleto de que un ejército se enfrenta a otro; eso es así, pero los resultados son clarificadores.

Pues bien, antes de la Primera Guerra Mundial, en el siglo XIX, se consideraba que para obtener una víctima del lado contrario se necesitaban 100 balas; 100 balas por cada baja.

En la primera Guerra Mundial, con la invención de las ametralladoras y de las armas de repetición se pasó a 10.000 balas por cada baja. En la Segunda Guerra Mundial las tropas estadounidenses necesitaron de media 20.000 balas por cada baja enemiga.

El segundo salto cualitativo se dio en los sesenta y setenta, la cifra llegó a las 200.000 balas por baja enemiga en la Guerra de Vietnam, y en las recientes guerras , según un informe oficial en Irak y Afganistán se han necesitado de media 250.000 y 300.000 proyectiles, respectivamente, por cada “insurgente” muerto.

Hasta este punto de la historia, la política económica siempre ha sido comprar armas más caras que maten más y mejor a los fabricantes de armas de siempre.

Añadamos algún dato más para entender la magnitud de lo que hablamos. El precio es variado según el tipo de bala usada, y la herramienta que lo dispara. De balas, encontramos desde las de 9mm que se sitúan sobre los 30 cts. hasta las que cuestan sobre el euro, de los actuales 5,58 calibre del fusil OTAN, a los 1,5 del calibre 7,62 OTAN.

A ese disparo, pues, le habríamos de sumar el precio del arma, la formación en el campo de tiro del tirador, etc. Es decir, cada tiro que se pega en una guerra cuesta un euro, un cuarto de millón de dólares, sólo en balas, para “liquidar” a un señor/señora que está con una escopeta atada con alambre pegando tiros a los democráticos soldados occidentales. Todo esto sin moverse de la simple infantería, ni se han tenido en cuenta las secuelas de heridos y mutilados. Sólo hay que multiplicar esa cantidad por 1.000.000 o 10.000.000 cuando se trata de un conflicto, como los actuales, donde intervienen barcos, aviones, satélites, carros de combate, drones, etc.

Rearmar Europa

¿Cómo se rearma Europa para una guerra en que drones de 100.000 euros son capaces de inutilizar o hundir una corbeta lanzamisiles como la Samum o dos buques de desembarco anfibio como el Tsézar Kunikov y, Olenegorsky Gornyak y el dragaminas Ivan Golubets?.

Posiblemente no pasa por comprar armas infinitamente más caras, más sofisticadas y más precisas, a los de siempre, para dárselas a una estructura militar que es incapaz de vencer a unos desarrapados con turbante.Y si además esas armas lleva botón de apagado como parece que llevan los F-35, y otros sistemas como los Patriot, pues apaga y vámonos.

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