Moreno Bonilla, manipula, que algo queda

El ejecutivo andaluz cimenta el éxito que le reportan las encuestas que gestiona la propia Junta con estrategias de ensalzamiento del presidente andaluz, fomentadas desde Canal Sur con incontables casos de manipulación informativa

24 de Abril de 2025
Actualizado el 25 de abril
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Moreno Bonilla, manipula, que algo queda

Dato mata relato, o no tanto. Que se lo digan al presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, a cuyo ejecutivo le llueven chuzos de punta en forma de estadísticas oficiales inapelables sobre el mal funcionamiento en general de la sanidad pública y los servicios sociales, sobre la falta de imparcialidad y censura en la radiotelevisión pública andaluza, o sobre el blanqueamiento de la violencia machista, sin ir más lejos. Pero, lejos de amilanarse por ello, niega la mayor y tira de arrogancia, la que le otorga su holgada mayoría absoluta en Andalucía, para adecentar a su manera, y con las herramientas de poder que le otorga el Gobierno de la Junta, la encuesta periódica del llamado CIS andaluz, o para eludir, informativamente hablando, los temas más peliagudos para su gestión desde Canal Sur, cuyos trabajadores no desmayan en el intento de denunciar una y otra vez los incontables casos de injerencia, manipulación y censura informativas constantes a través de sus informativos.

Esta misma semana han coincidido dos evidencias que corroboran esta tendencia cada vez más habitual de un ejecutivo que vuela a su antojo por mor de una incontestable mayoría absoluta, pero que también tiene un ojo puesto en la justicia, que sigue sus pasos en dos juzgados de Sevilla y Cádiz sobre las presuntas irregularidades de contratos sanitarios a dedo durante la pandemia, con hasta cuatro altos cargos del ejecutivo de Moreno Bonilla imputados por prevaricación y malversación.

El CIS andaluz echa el resto en tapar el constatable enfado de los andaluces con el funcionamiento de la sanidad pública, que desde hace ya muchos barómetros trimestrales sigue siendo el segundo problema

Aquella famosa frase del canciller de Inglaterra y filósofo Fracis Bacon, padre del empirismo, que decía calumnia, que algo queda”, se ajusta como un guante a la versión “manipula, que algo queda”, puesta en práctica de forma asidua por el equipo de Moreno Bonilla con una precisión y coordinación asombrosas. Y visto los resultados inmejorables de las encuestas cocinadas en el propio ejecutivo andaluz, nada invita a Moreno Bonilla a dejar de mantener esta táctica a todo trapo, pese a que la ciudadanía se manifiesta en las calles de Andalucía de forma multitudinaria por una sanidad pública de calidad, o pese a que los sindicatos sanitarios, representantes legales de la mayor empresa pública de la comunidad, el Servicio Andaluz de Salud (SAS), con más de 120.000 trabajadores, se desgañitan día tras día en denunciar los desaires de la consejera de Salud, o los déficits galopantes de la atención primaria o la falta de profesionales sanitarios, amén de la inestabilidad laboral que sufren con contratos de un mes o dos, pese a tener el mayor presupuesto de sanidad de toda la historia de la autonomía.

No mucho mejor se encuentra el funcionamiento de Canal Sur, informativamente hablando. El último informe de sus propios trabajadores, a través del Consejo Profesional de la RTVA, alerta de un caso “especialmente grave” porque “quiebra el principio de independencia, que consagra el Estatuto de Autonomía, la Ley de la RTVA y el Estatuto Profesional” y también el código de autorregulación sobre contenidos de la infancia. La Dirección de Informativos decidió ocultar las protestas contra el presidente andaluz durante su visita a Jaén para la inauguración de un centro de salud, construido en su mayor parte con fondos europeos. Además, se emitieron sin permiso de sus padres y madres imágenes del alumnado de un colegio al que se acercó Moreno Bonilla para saludar. Actualmente, Canal Sur Televisión aún mantiene en su plataforma de contenidos las imágenes del acto, sin ocultar el rostro de los menores, pese a la advertencia de los progenitores de recurrir a los tribunales.

Y mientras tanto, el CIS andaluz echa el resto en tapar el constatable enfado de los andaluces con el funcionamiento de la sanidad pública, que desde hace ya muchos barómetros trimestrales de los últimos meses y años sigue siendo el segundo problema de los ciudadanos de esta autonomía, sólo por detrás del desempleo. Eso sí, no ha ahorrado esfuerzos en preguntar a los encuestados por los efectos perniciosos del actual sistema de financiación autonómica.

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