Nazis, violencia desatada y el Cara al Sol por las calles: este es el Madrid que ha construido Ayuso

08 de Noviembre de 2023
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Los ultras aprovechan el rechazo mayoritario a la amnistía para alentar la teoría de la conspiración del fraude electoral

Batallas campales, nazis, antidisturbios, barricadas, adoquinazos, heridos y el Cara al Sol por las calles. Este es el Madrid real, el Madrid auténtico, el Madrid que ha construido Isabel Díaz Ayuso. Han sido demasiados años de declaraciones ultras, de patrioterismo barato, y de aquellos barros estos lodos. Quien siembra vientos recoge tempestades. Quien inocula el odio en la sociedad lo acaba pagando.

Hoy, por fin, tras varias jornadas de violencia desatada y titubeos por parte del PP madrileño, la presidenta castiza se ha dignado a condenar los disturbios provocados por los fascistas. La lideresa ha arrancado el Pleno de este miércoles en la Asamblea regional condenando los “actos vandálicos” en la calle Ferraz y respaldando la actuación policial. Así, y aunque ha trasladado su apoyo a “quienes se manifiestan pacíficamente”, ha aseverado textualmente que con los ultras no va “ni a la vuelta de la esquina”. No dijo lo mismo el primer día de altercados, cuando echó la culpa a Sánchez. Va reculando la diva de Chamberí.

“Quisiera condenar los hechos ocurridos en la tarde de ayer en Madrid, donde un grupo de ultras rompieron con una manifestación totalmente pacífica por las calles”, ha comenzado Ayuso, que ha trasladado su “respaldo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad” y ha querido “condenar estos actos vandálicos”. “Espero de hecho que sean detenidos y juzgados cada uno de ellos”, agregó.

A su vez, manifestó su apoyo a “quienes se manifiestan pacíficamente en defensa de su democracia”. Las nuevas protestas contra el PSOE y la amnistía comenzaban en la noche del lunes de menos a más. Entre cánticos de “España no se vende, España se defiende”, “Puigdemont a prisión” o “que te vote Txapote” (ese lema tan empleado por la señora presidenta) se llegaban a congregar hasta 7.000 personas frente a la sede nacional del PSOE en la calle Ferraz, en Madrid.

Según se hacía la noche, los cánticos iban subiendo en intensidad. A la congregación se sumaba el líder de Desokupa, Daniel Esteve, junto a decenas de seguidores. También asistía la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, el diputado de Vox Manuel Mariscal o la diputada Rocío de Mer.

Los manifestantes lanzaban insultos contra la Policía Nacional tachándoles de “cobardes” frente a las vallas de protección que estaban dispuestas, y gritando “contra los moros no tenéis cojones”, al tiempo que les animaban a apoyar la protesta.

Alrededor de las 20.00 horas en la esquina de Ferraz con la calle Marqués de Urquijo se producían encendidos de bengalas rojas coreando al unísono frases contra la izquierda como “puto rojo el que no bote”, “Pedro Sánchez hijo de puta” o “Pedro Sánchez, vamos a por ti”. ¿Qué ha sido del Madrid tranquilo, pacífico y acogedor? ¿Dónde está el oasisayusista de la libertad tantas veces prometido? Las empresas internacionales miran con recelo a la capital de España, que empieza a parecerse demasiado a aquella Barcelona convulsa de 2017. El paraíso fiscal que pretendía construir la lideresa, a costa de la desigualdad y de la marginación de la izquierda, se levanta sobre un mar de odio y nazismo. Ojo a Madrid, que el enfermo no tiene buena pinta.

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