Ya de lleno en campaña electoral, el último sondeo del CIS nos deja una serie de claves interesantes sobre cómo puede evolucionar el mapa político en España. Ahí van algunos apuntes que conviene no perder de vista de cara a la decisiva batalla del 28 de mayo.
EL PSOE RESISTE. El organismo demoscópico de Tezanos augura que el partido socialista va a ser la fuerza más votada en los próximos comicios municipales y autonómicos (ganaría las elecciones en voto total con el 31,7 por ciento del escrutinio, mientras que el PP quedaría en segundo lugar con un 27,3). Este dato no solo es importante desde el punto de vista de la foto fija en un momento determinado, sino que permite extraer consecuencias de cara a las generales de fin de año. De confirmarse esta estimación podría decirse que el sanchismo resiste pese a la maniobra de acoso y derribo que ha sufrido en los últimos meses a manos de las derechas. Así las cosas, la posibilidad de que pueda reeditarse el Gobierno de coalición sigue estando intacta, aunque todo dependerá del comportamiento del resto de partidos más allá del PSOE, sobre todo de Podemos y sus confluencias, que se sitúan en tercera posición con un 7,9 por ciento de las papeletas. De esta manera, y a falta de incluir en la ecuación el factor Sumar, la plataforma de Yolanda Díaz, las izquierdas podrían formar Gobierno, ganándole la partida a las derechas. Por el contrario, el bloque progresista podría perder hasta 14 escaños si Podemos y Sumar concurriesen por separado. Ambos partidos deben reflexionar sobre esa posibilidad, mayormente los morados, ya que, aunque el partido fundado por Pablo Iglesias no está muerto y enterrado, como algunos quieren hacer ver, su decisión de concurrir en solitario a las elecciones podría beneficiar a PP y Vox.
PODER AUTONÓMICO. Por comunidades, Ayuso ganaría fácilmente en Madrid sacando entre 61 y 70 escaños (la mayoría absoluta está en 68 diputados). A las fuerzas de izquierda –Más Madrid (29-30), PSOE (19-26) y Podemos-IU-AV (8-10)– no les daría para arrebatarle el poder a la presidenta del PP. Algo está haciendo mal el bloque progresista para, elección tras elección, no conectar con el votante madrileño. ¿Es un problema de caras, de falta de liderazgo, de programa insuficiente, de mensaje apático o equivocado, de obsesión con una mujer que, cuanto más le arrean, más apoyo popular obtiene? Quizá la causa haya que buscarla en una suma de todos esos factores que llevan a una importante desmovilización del voto progresista. Con una Sanidad pública desmantelada y un Madrid convertido en un paraíso fiscal para millonarios; con una región donde el rico vive muy bien y el pobre (la inmensa mayoría) no llega a final de mes, resulta incomprensible que los partidos del bando rojo no consigan colocar su programa alternativo. Si finalmente se confirma que la abstención puede alcanzar un 40 por ciento del censo electoral, no cabrá sino concluir que la izquierda madrileña ha entrado en una preocupante fase de intrascendencia política.
Por lo demás, Aragón cae en manos del PP, al igual que Cantabria y La Rioja. Capítulo especial merece la Comunidad Valenciana. Los populares retornan con fuerza (le sacan un punto y medio a los socialistas de Ximo Puig), pero el pacto del Botànic podría reeditarse, ya que el bloque progresista obtiene más votos que las derechas. Quien sigue arrasando en Castilla La Mancha es Emiliano García Page (con un 47,2% y casi el doble de escaños que los populares). En Extremadura, Guillermo Fernández Vara mantendría el poder.
PODER MUNICIPAL. No está claro que el popular Martínez-Almeida pueda mantener Madrid pese a que todo apunta a que saldrá vencedor por número de votos. En Barcelona triunfa Ada Colau, seguida muy de cerca por el candidato del PSC, Jaume Collboni. El PSOE, con Antonio Muñoz como candidato, se hace con Sevilla,y Joan Ribó, de Compromís, conserva Valencia. El socialista Abel Caballero revalida el Ayuntamiento de Vigo. Todo ello quiere decir que la izquierda podría apuntalar algunos grandes feudos imprescindibles de cara a una hipotética victoria en las generales. Si el 28M se ha planteado por las derechas como una primera vuelta en su pugna contra el sanchismo, es evidente que los resultados no son los más espectaculares ni los más esperados para ellas.
EL FUTURO DE FEIJÓO. Los sondeos nos llevan a una clara conclusión: no va a haber, en principio, el tsunami azul que predice el jefe de la oposición. Alberto Núñez Feijóo no ha cuajado como ese gran revulsivo en las urnas. Casado no pudo con Sánchez y de momento las matemáticas predicen que no habrá vuelco electoral en las generales, aunque es cierto que aún queda tiempo para esa cita histórica y pueden ocurrir episodios inesperados que cambien súbitamente el panorama político. El periodista José Enrique Monrosi cree que los datos del CIS pondrían “en serias dificultades al líder del PP”. O dicho en otras palabras: si en las próximas elecciones del 28M el mayor éxito popular es que pueden conquistar La Rioja, “sería un fracaso absoluto”. Por tanto, queda en el aire el futuro del dirigente gallego. Si no acredita una victoria rotunda, puede que la entronización de Ayuso como máxima responsable de Génova no esté tan lejos.