Alerta máxima: triunfa la operación de la extrema derecha

El último informe del CIS ya indica que la inmigración es considerada como el principal problema de los españoles, lo que supone un éxito de la operación antinmigración de Vox y de Alvise Pérez

20 de Septiembre de 2024
Actualizado el 21 de septiembre
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Abascal Inmigracion Alerta
Santiago Abascal, en una entrevista televisiva | Foto: Flickr Vox

En los últimos meses, Europa ha vivido una agitación social y política de proporciones inquietantes. Los problemas principales, como el aumento de la inmigración, el coste de la vida, la destrucción del estado del bienestar, la depauperación de las condiciones salariales, la precariedad laboral y la seguridad nacional, están relegando a un segundo plano la catástrofe climática y las alternativas serias al capitalismo.

Los partidos de extrema derecha están en ascenso, mientras que la izquierda tiene evidentes dificultades para conseguir potenciales partidarios por, precisamente, el análisis equivocado que hacen, a pesar de las últimas victorias del Partido Laborista en Reino Unido y del Nuevo Frente Popular en Francia.

Una de las razones del ascenso la extrema derecha es que los ciudadanos, víctimas de un sistema que los esclaviza, entienden la retórica emocional y nostálgica sobre las patrias invadidas por inmigrantes que ponen en peligro una forma de vida e identidad al quitar empleos, vivienda y seguridad.

La cuestión de las migraciones sigue siendo un terreno fértil para la movilización y la manipulación de la extrema derecha. La derecha radical prefiere no hablar de los movimientos de población en términos generales. Ignora el hecho de que la migración, como tendencia, es tan antigua como la humanidad.

Hoy en día, incluso representa una forma de contra movimiento. Después de siglos de explotación y posterior colonización que comenzaron en Europa, las personas del, por ejemplo, continente africano ahora llega como para devolver la visita. Sus países a menudo quedaron devastados cuando los europeos decidieron irse, y ahora buscan un nuevo comienzo en el suelo de sus conquistadores. O son refugiados de las guerras iniciadas, ayudadas o provocadas por Occidente.

Cuando el número de recién llegados empieza a ser abrumador, los problemas son inevitables. En Europa occidental, el mayor impacto acumulado de las migraciones se ha producido en Francia, Alemania, el Reino Unido, Austria, España y Suecia.

Los partidos de extrema derecha de esos países prometen con vehemencia que harán algo sin proponer ninguna solución viable. Para ser justos, los países de Europa, independientemente de si son gobernados por la izquierda o por la derecha, no han sido capaces de elaborar ninguna estrategia común convincente y eficaz durante muchas décadas. El resultado es la polarización y la falta de seguridad para todos.

España, terreno fértil

La crisis migratoria de los últimos meses, el traslado y reparto entre las comunidades autónomas de menores no acompañados desde Canarias a la Península, han dado un impulso a la estrategia de criminalización de los migrantes por parte de la extrema derecha de Vox y de la formación del eurodiputado Luis «Alvise» Pérez. En estos últimos meses se ha visto cómo se ha incrementado el volumen de mensajes a través de redes sociales y de los canales de Telegram, la herramienta favorita para los diferentes populismos del mundo, haciendo ver que todos los migrantes que llegan a las costas de España son criminales.

Dentro de esa estrategia, se manipulan conceptos para generar indignación entre la ciudadanía y que ésta se vuelva contra los migrantes. Y están teniendo éxito.

Según el último barómetro de Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la inmigración se ha convertido en el mayor problema para los españoles, muy por encima de otras cuestiones que sí les afecta directamente, como el empleo o la situación política. Hace sólo tres meses, se encontraba en el noveno puesto. Un tercio de los ciudadanos cree que la migración está entre los tres primeros puestos de motivos de preocupación. Esto sólo es posible por la ofensiva de la extrema derecha.  

Por esa razón, el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha calificado los datos del CIS como «un síntoma de la operación exitosa de la extrema derecha». En una entrevista en Radio Nacional de España, Bustinduy afirmó que «es imposible cuando el debate público está secuestrado por una agenda que presenta sistemáticamente la migración de esa manera, cuando se dice que hay una relación entre migración y delincuencia, cuando se dice que los inmigrantes vienen a recibir paguitas […] las personas de fuera que viven y trabajan en España aportan a la Seguridad Social 10 veces más de lo que reciben».

Además, el ministro se negó a «aceptar que el debate público deba estar secuestrado por esta operación que lo que busca, sencillamente, es afianzar posiciones xenófobas, racistas y antidemocráticas».

La difícil solución de la crisis migratoria

La realidad es que el problema migratorio es complejo para cualquier gobierno, independientemente del color político o la ideología que tenga. Las soluciones de apertura total que se da desde el activismo y desde determinados sectores de la izquierda no funcionan. Tampoco lo hacen las propuestas de mano dura e, incluso, las más radicales en las que se teoriza con la utilización de fuerza militar contra los migrantes. También ha quedado demostrado que entregar miles de millones de euros a los países desde donde se inician las rutas es un fracaso, como también lo es el endurecimiento de las leyes de extranjería.

Es evidente que la solución a los problemas migratorios es económica, pero se trata, más bien, de entregar una pequeña porción de bienestar a esos países. Los mismos fondos que, por ejemplo, desde la Unión Europea o desde los Estados fronterizos se presupuestan en los programas de control migratorio, pueden utilizarse en proyectos finalistas, es decir, en generación de infraestructuras que mejoren la vida de las personas, que creen puestos de trabajo y, en consecuencia, que generen unas condiciones continuas y mejoren el bienestar de esas personas.

Otra cuestión son las mafias de trata de seres humanos que, realmente, tienen una responsabilidad muy importante. El tráfico de personas ya supera al comercio ilegal de armas en beneficios. Pero eso es una cuestión policial e, incluso, militar mucho más delicada porque, como se ha demostrado a lo largo de la historia, el crimen organizado siempre sobrevive.  

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