Una mujer de acero, remedo de aquella dama de hierro de los años 80. Así es Isabel Díaz Ayuso quien, tras las elecciones autonómicas y municipales, está demostrando quién es la que manda en realidad en el Partido Popular.
Alberto Núñez Feijóo ha sido siempre un político muy prudente en su política de pactos. En Galicia a él no le hacía falta porque gobernaba con mayoría absoluta, y ese era su principal aval político en una formación en la que, por su ADN, no gusta compartir el poder con nadie.
Sin embargo, Feijóo ya no es el único que ha logrado victorias holgadas en un territorio tradicionalmente proclive a votar al PP. No en vano, desde la restauración de la democracia en España, tras 40 años de una dictadura genocida liderada por un gallego, la Xunta sólo ha estado 7 años gobernada por presidentes progresistas.
En un mapa político absolutamente atomizado, con varias fuerzas ideológicas en cada uno de los bloques ideológicos, Juanma Moreno Bonilla e Isabel Díaz Ayuso han logrado esas mayorías absolutas.
En el lado conservador, el crecimiento de Vox ha debilitado la pegada del PP y, aun así, Feijóo ha seguido queriendo mantener un cordón de seguridad respecto de la extrema derecha. No obstante, dentro del PP hay un alma ultraconservadora, liderada por Isabel Díaz Ayuso, que está imponiéndose a la centralidad, tal y como se está comprobando con los pactos en los gobiernos autonómicos.
Ayuso y el PP de Madrid, la mejor baza para Vox
La verdadera fuerza de Isabel Díaz Ayuso se ha visto en lo sucedido en Extremadura. La candidata Popular, María Guardiola, demostró su talante de respeto absoluto a la democracia y a los valores constitucionales.
La lideresa extremeña afirmó hace menos de 15 días afirmó que «no podía dejar entrar en Gobierno a quienes niegan la violencia machista, a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes y a quienes despliegan una lona y tiran a una papelera la bandera LGTBi. Por respeto a esta tierra y a todos aquellos que han pedido cambio, he hecho absolutamente todo lo que estaba en mi mano, pero les puedo asegurar que mis promesas, y mucho menos mi tierra, son monedas de cambio de nada».
Guardiola quería un gobierno en solitario, sin Vox, sin emponzoñar su alma política con la podredumbre que emana de los herederos del fascismo. Eso iba muy en la línea de la estrategia de Alberto Núñez Feijóo.
Sin embargo, la extrema derecha tuvo el apoyo en el ultraconservador Partido Popular de Madrid. El día de la toma de posesión las garras estaban afiladas en la Puerta del Sol. Primero fue Esperanza Aguirre quien agarró a María Guardiola. Según publicó El Mundo, la expresidenta madrileña le dijo a la candidata extremeña que «no sólo lo estás haciendo mal en Extremadura, es que estás perjudicando a Feijóo. Y no olvides [ese tono suena claramente a amenaza] que la mayoría de los votantes de Vox vienen de nosotros».
Los ataques crueles contra María Guardiola por parte de la parte más ultra del PP no habían terminado. La presidenta de Madrid afirmó que «el ejemplo de Andalucía debería enseñarnos a no perder una oportunidad única en Extremadura. Hay tanto que cambiar en Extremadura que sería una gran pérdida para todos no conseguirlo».
Por su parte, otra de las divas ultras del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, en contraposición a las palabras de María Guardiola, afirmó en El Mundo que «Vox no es un partido machista».
Extremadura, tierra de la conquista de Ayuso
Alberto Núñez Feijóo ha sufrido una derrota absoluta frente a Isabel Díaz Ayuso. Por más que el candidato a la Moncloa se sienta arropado por la lideresa madrileña, la realidad es que ésta está contando los días para lanzar su ataque final para asaltar Génova e iniciar el camino a La Moncloa.
Extremadura ha sido su primera gran victoria y ha mostrado al mundo que el puño de hierro de Ayuso deja a Feijóo en un escenario de debilidad absoluta.
Hace una semana, durante la toma de posesión de Isabel Díaz Ayuso, Feijóo descartó un acuerdo en Extremadura con Vox y reivindicó la importancia de gobernar en solitario, de armar gobiernos sin intermediarios.
«Mi modelo es el de la mayoría de Madrid, de Galicia, de La Rioja, el modelo de las grandes victorias. Así ha sido así durante toda mi vida y así lo va a seguir siendo en lo que me quede de biografía política», afirmó.
Tras la andanada de Ayuso contra María Guardiola, Feijóo empezó a recular y en su entrevista en El Hormiguero llegó a calificar la actitud de María Guardiola de «inadecuada», es decir, que se adhirió al tono de Esperanza Aguirre y del PP de Madrid. Sin embargo, la claudicación absoluta del líder del Partido Popular se produjo en Bruselas cuando instó [u ordenó] a Guardiola a que firmara cuanto antes el acuerdo con la extrema derecha. «Será Guardiola la que tiene que cerrar ese acuerdo, los contenidos y el alcance del mismo», dijo Feijóo con una cara que bien podía ponerse en la Rendición de Breda de Velázquez.
Ayuso hará campaña a nivel nacional
De cara a las generales del 23 de julio, Isabel Díaz Ayuso va a tener una participación importante fuera del territorio de Madrid. Todas las provincias españolas quieren tener a Ayuso en campaña, es la superdiva del PP y eso va a reforzar su papel de cara al asalto a La Moncloa.
Fuentes del PP consultadas por Diario16 afirman que la presidenta madrileña cederá el protagonismo a Alberto Núñez Feijóo. No obstante, de manera extraoficial se traslada desconfianza desde el sector más cercano al líder popular. No hay que ser muy avispado para entender que la campaña del 23J será un trampolín que Ayuso no va a dejar escapar y con las expectativas de voto que hay, no es nada descartable una repetición electoral en el mes de enero o febrero de 2024, el momento de Isabel Díaz Ayuso.