España, el país que permite que los empresarios «maten» lentamente a sus trabajadores

22 de Abril de 2024
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Trabajadores Horas

El mercado laboral español está podrido porque se mantienen prácticas que van en contra de los derechos de los trabajadores. El presentismo es uno de los elementos que más aprecian los empresarios de sus empleados porque confunden lo que es explotación laboral con compromiso con la corporación.

Los propios datos oficiales del gobierno de Pedro Sánchez muestran que la explotación en el mundo del trabajo es una realidad contra la que se muestran incapaces de luchar con efectividad.

El empresariado español es el único de Europa que valora como un elemento fundamental de valoración de su plantilla el «presentismo», es decir, que los trabajadores den horas de más sin ningún tipo de remuneración. El problema está en que, como ocurre en multitud de compañías, tanto en pymes como en grandes multinacionales, ese puesto de trabajo esté condicionado a dedicar más horas de las legalmente establecidas.

No se trata sólo de sectores como la hostelería, donde se ofrecen «medias jornadas» de 12 horas diarias pero con un salario muy inferior, sino que grandes empresas obligan a sus empleados a trabajar hasta de madrugada.

En concreto, según han denunciado trabajadores de las grandes consultoras internacionales que están implantadas en España y que trabajan para las más importantes multinacionales españolas, los mandos intermedios les obligan en los momentos de picos de trabajo a quedarse hasta altas horas de la madrugada. Esto ha derivado en una de las inspecciones de trabajo más grandes de la historia y se espera que la multa sea milmillonaria. El problema está en que esas mismas grandes consultoras, cuando operan en países como Reino Unido, cumplen escrupulosamente los horarios de sus trabajadores porque ahí las sanciones son inmediatas y sin piedad alguna. En España, pues no se hace nada, se mantiene la permisividad con la explotación de seres humanos.

Según la legislación española, la jornada máxima es de 40 horas semanales. Sin embargo, nadie lo cumple y las cifras oficiales muestran que el fraude de las horas extraordinarias no remuneradas es muy rentable para las empresas de todos los tamaños.

En España están verificados 320 millones de horas extra sin remunerar cada año, un número que va creciendo a un ritmo del 6%. Esta cifra supone que los empresarios «están robando» anualmente 2.500 millones de euros a las clases medias y trabajadoras de este país.

Según indica la legislación española, los empresarios no pueden obligar a sus trabajadores a realizar estas horas. Sin embargo, el sistema «son lentejas» es el que realmente se está aplicando en prácticamente todos los sectores productivos. Ni siquiera la implantación del control horario ha frenado que los empresarios sigan abusando y dejando de pagar a sus trabajadores 2.500 millones y 750 millones a la Seguridad Social.

Sin embargo, esto tiene gravísimos problemas para la salud de los trabajadores. Según un informe conjunto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las enfermedades relacionadas con el ámbito laboral, provocan cerca de 2 millones de muertes al año.

Según dicho documento, la mayoría de las muertes relacionadas con el trabajo se debieron a enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Las enfermedades no transmisibles representaron el 81% de las muertes. Las principales causas de muerte fueron la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (450.000); el accidente cerebrovascular (400.000) y la cardiopatía isquémica (350.000). Los traumatismos ocupacionales causaron el 19% de las muertes (360.000).

Sin embargo, el exceso de horas es el principal riesgo y provoca aproximadamente 1 millón de muertes al año. Las muertes por cardiopatías y accidentes cerebrovasculares asociados a la exposición a largas jornadas laborales aumentaron un 41% y un 19% respectivamente. Esto refleja una tendencia creciente respecto de este factor de riesgo ocupacional relativamente nuevo y psicosocial.

En consecuencia, los empresarios españoles, al obligar a sus empleados a realizar jornadas por encima de lo establecido por ley, estarían perpetrando una especie de «asesinato lento», provocando enfermedades mortales que serían perfectamente evitables si se cumplieran los horarios legalmente establecidos.

Por otro lado, hay que partir de la base de que si los empresarios necesitan que sus trabajadores superen las horas máximas establecidas, entonces la gran mayoría de las empresas estarían quebradas o tienen como línea de negocio la explotación de seres humanos.  

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