Para Isabel Díaz Ayuso hay víctimas del terrorismo de primera, segunda y tercera división. Incluso, cuando se trata de las víctimas del terrorismo de Estado del franquismo, el olvido es absoluto por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid. A Ayuso no se la ha oído jamás hacer ningún reconocimiento a, por ejemplo, los abogados de Atocha que fueron asesinados por terroristas de extrema derecha, ni a Arturo Ruiz o María Luz Nájera.
Para Ayuso sólo existen una parte de los asesinados por ETA, los del Partido Popular, porque la lideresa del PP tampoco se la escuchado homenajear a Ernest Lluch, Fernando Buesa, Juan María Jáuregui, Froilán Elespe, Germán González, Isaías Carrasco, Enrique Casas, Vicente Gajate, Fernando Múgica, Juan Priede o Joseba Pagazaurtundúa. Por otro lado, sólo en actos institucionales ha homenajeado a las víctimas del 11M.
Ayer, en un acto en la Puerta del Sol, Ayuso volvió a utilizar el terrorismo de ETA y a sus víctimas como arma política. La presidenta madrileña no dudó en afirmar que «nuestro compromiso con las víctimas del terrorismo es firme y por eso vamos a seguir defendiendo siempre ese discurso, el de las víctimas, el de la verdad ante cualquiera que intente pervertirlo, y está sucediendo lamentablemente. Aquí no ha habido una guerra de dos bandos, aquí ha habido gente que ha querido dinamitar el Estado de Derecho, que ha cometido graves crímenes, que a través de prácticas mafiosas han expulsado a tanta gente de bien de su tierra, que han perseguido a las víctimas, que las obligaban a enterrar a los suyos al amanecer, que han adormecido a la sociedad. Creo que no puede quedar todo esto impune a cambio de intereses políticos. Estas muertes no sean en balde y que la justicia, el terror y la sinrazón no nos sean nunca indiferentes, diciendo no al miedo, al abuso, a la imposición y a aquellos que han intentado a través de distintos atentados cambiar la historia de Europa y, en el caso de la historia de España, acabando con nuestras democracias».
El sectarismo suele llevar a contradicciones y a incoherencias. No hay más que ver la verborrea y la propaganda que está utilizando el PSOE para justificar los cambios de opinión (es decir, las mentiras patológicas) de Pedro Sánchez. Pero ese es otro análisis, porque este Ágora es un espacio que se caracteriza por no ser sectario y se critica en la misma medida y con la misma dureza a Sánchez, a Ayuso o a Feijóo.
Volviendo a la utilización perversa de las víctimas del terrorismo, Isabel Díaz Ayuso se contradice al afirmar que no ha habido una guerra de dos bandos. Sí, sí que la hubo. Estaban los que luchaban contra el terrorismo y los que estaban a favor de él, y esa guerra se ganó en el momento en que ETA dejó de matar. El hecho de que la rendición de la banda terrorista se produjera durante un gobierno del PSOE es algo que el PP no ha sabido digerir todavía y, por ello, siguen alentando el miedo a ETA.
Respecto al respeto a la Justicia y a las leyes, la primera que está insultando el ordenamiento jurídico español es Isabel Díaz Ayuso al poner constantemente en duda el funcionamiento de las leyes españolas, sobre todo las relacionadas con el régimen penitenciario.
El argumento populista o cuñadista de que los terroristas de ETA tienen que cumplir íntegramente las penas impuestas por sentencias firmes sería perfectamente asumible en otros países del mundo, pero no en España. El sistema español está basado en la reinserción social del preso. Por tanto, la condena no es sólo un castigo por el delito sino que conlleva otras cuestiones. Dudar de esto es hacerlo de uno de los pilares del Estado de Derecho. Además, hay que recordar que ni Aznar ni Rajoy modificaron este espíritu, más allá de la aprobación de la prisión permanente revisable del año 2015.
Sin embargo, en este sentido en el ordenamiento jurídico español no se pueden aplicar las reformas del Código Penal de manera retroactiva, tal y como se pudo comprobar con la Doctrina Parot y la condena del Tribunal Europeo de Derechos Humanos a España. En consecuencia, los terroristas de ETA cumplen las condenas que están dispuestas en el ordenamiento jurídico sobre el que se basó su sentencia, no en los posteriores.
Por otro lado, está el acercamiento de presos de ETA a cárceles vascas. Fue en 1989, durante los años más duros del terrorismo de ETA, cuando Felipe González implementó la política de dispersión que era aplicable sólo mientras la organización terrorista siguiera asesinando. Eso dejó de pasar en el 2011 y, en consecuencia, lo legal es aplicar la ley, aunque sean terroristas.
Por tanto, ir en contra de lo anterior es atacar al propio ordenamiento jurídico, al propio Estado de Derecho que Ayuso afirma que está en peligro.
Ayuso necesita a ETA, necesita que siga viva. No hay más que recordar cómo, durante la campaña de las autonómicas de 2023, abandonó Madrid para acudir a un acto en Bilbao. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha protagonizado durante estos últimos años varios episodios de utilización bastarda de las víctimas de ETA con fines políticos. No hay más que recordar varios altercados con la oposición en la Asamblea de Madrid. Mientras los portavoces de la izquierda la increpaban por su gestión o por las comisiones cobradas por su hermano mientras morían 700 personas al día en Madrid, ella saltaba con una foto de Miguel Ángel Blanco o del zulo donde los terroristas tuvieron encerrado a José Antonio Ortega Lara y así no tener que responder de su gestión. Por cierto, no usó en ningún momento imágenes de Ernest Lluch, Fernando Buesa o Gregorio Ordóñez. Evidentemente, esas víctimas no son suyas porque sus familiares no han vivido de ellas durante décadas como sí han hecho personas cercanas al PP.
Isabel Díaz Ayuso llegó a decir que «Bildu no es heredero de ETA, es ETA. ETA está viva, está en el poder, vive de nuestro dinero, quiere destruir España, privar a millones de españoles de sus derechos». Esas palabras tuvieron la respuesta inmediata de familiares de víctimas del terrorismo.
«Estimada Isabel Díaz Ayuso, deje ya de decir barbaridades. Ahórreme el dolor de ver que ETA sigue viva en su boca. Se lo pido por favor, casi por caridad, si de verdad quiere respetar a los afectados por el terrorismo que luchamos por la memoria y la justicia», escribió en redes sociales Pablo Romero, hijo de asesinado por ETA, post que fue contestado por Consuelo Ordóñez, hermana del concejal del PP Gregorio Ordóñez, « «esto lo dice Pablo a quien ETA asesinó a su padre y lo suscribo yo, palabra por palabra. Es la banalización en estado puro. No respetan a los muertos, van a respetar a sus familiares…».
ETA es el bálsamo de Fierabrás del PP y, por supuesto, de Isabel Díaz Ayuso. A las víctimas del terrorismo hay que homenajearlas siempre, a cada minuto del día si es necesario, pero no utilizarlas ni instrumentalizarlas para conseguir beneficios políticos. Eso es bastardo.