El gobierno de Italia ha decidido implementar un impuesto especial a los bancos por el que tendrán que aportar al Estado el 40% de sus beneficios extraordinarios, una medida que no ha sido criticada o siquiera mencionada por el Partido Popular ni por Vox. Será porque la primera ministra italiana es Giorgia Meloni, del partido Fratelli d’Italia, una formación de extrema derecha que ha pactado con Matteo Salvini, otro político ultra y con el supuesto centro derecha de Antonio Tajani.
En concreto, el gobierno de coalición italiano aprobó el pasado lunes la creación de un impuesto especial que gravará un 40% del beneficio extraordinario de las entidades bancarias. El dinero recaudado por el Estado será destinado para rebajar la carga fiscal de las clases medias y trabajadoras.
Matteo Salvini, líder de la Lega Norte y ministro de Transportes e Infraestructuras, señaló que ese nuevo impuesto se justifica porque la política monetaria de subidas indiscriminadas de tipos de interés del Banco Central Europeo ha provocado un incremento de los costes para las familias y las pequeñas empresas.
Sin embargo, según Salvini, «no ha habido una subida igual de rápida, diligente y significativa en cuanto a los consumidores que tienen depósitos en cuentas corrientes […] basta mirar el primer semestre de 2023 de los bancos para entender que estamos hablando de algunos miles de millones de euros».
Salvini, que padece incontinencia verbal crónica, ha apostillado aún más sus declaraciones a través de X, la red social anteriormente conocida como Twitter. El nuevo impuesto pretende «utilizar parte de las millonarias ganancias de los bancos para ayudar a las familias y empresas afectadas por la subida de tipos. Una norma de sentido común aprobada en el Consejo de Ministros para apoyar a quienes se encuentran en dificultades».
La medida adoptada por el gobierno de extrema derecha de la tercera economía de la Unión Europea deja en muy mal lugar a los políticos españoles fanáticos de la eliminación de los impuestos a las grandes fortunas, las grandes empresas y los bancos.
El principal referente de este tipo de políticos es Isabel Díaz Ayuso. Giorgia Meloni la ha ridiculizado totalmente, al demostrar que las políticas correctas no es una cuestión de ideología, sino de aceptar que la misión de un cargo político es estar al servicio del pueblo y no al de las clases privilegiadas.
Si Pedro Sánchez, los gobiernos progresistas de Alemania o Portugal hubieran aprobado el mismo impuesto que Giorgia Meloni, la derecha española estaría lanzando una ofensiva contra el socialcomunismo que quiere expropiar el dinero de los empresarios o de una parte de los ciudadanos.
En cambio, ha sido un gobierno que ganó unas elecciones con las mismas promesas de libertad que Ayuso el que ha tenido el valor de gravar con un 40% los beneficios de los bancos.
Isabel Díaz Ayuso, por el contrario, está en el poder haciendo lo contrario, quitando impuestos a los ricos para cobrarlos bajo mano a las clases medias y trabajadoras. Además, ha criticado duramente el impuesto a la banca aplicado por el gobierno de Pedro Sánchez.
En concreto, la presidenta de la Comunidad de Madrid afirmó que el gravamen a las entidades bancarias lo que hacía era empobrecer a la ciudadanía. En realidad, quien está empobreciendo a las clases medias y trabajadoras son los bancos y los resultados presentados del primer semestre de 2023 así lo demuestra.
Ayuso, además, no dudó en utilizar bulos para atacar el impuesto. En concreto, dijo que «Según los datos de la Agencia Tributaria, las sociedades de crédito tienen un tipo efectivo del 28% en el impuesto de sociedades frente al 18% de la media». La realidad es que esos datos de la Agencia Tributaria no dicen eso, puesto que los bancos pagaron un 23,4% de impuesto de sociedades, frente al 21,8% de la media de las empresas españolas.
Si se aplicara en España el impuesto anunciado por el gobierno de Giorgia Meloni y utilizando como base los resultados del primer semestre de 2023, los bancos españoles tendrían que aportar al Estado cerca de 5.000 millones de euros, lo que cubriría más del 70% del gasto en sanidad pública o el 82% de gasto en educación incluidos en los Presupuestos Generales del Estado.
Ayuso, defensora de los ricos y los bancos
Mientras Giorgia Meloni grava los beneficios de los bancos con un 40% para defender a las familias y a las pequeñas empresas, las principales víctimas de las políticas monetarias del BCE, Isabel Díaz Ayuso ha llegado a llevar los impuestos del gobierno de Pedro Sánchez al Tribunal Constitucional. Además, sin presentar argumentos sólidos, sino sólo con suposiciones y elucubraciones falsas.
Isabel Díaz Ayuso mantiene un enfrentamiento con el gobierno por los impuestos a los ricos y a la banca. La presidenta de la Comunidad de Madrid es una defensora absoluta de que los que más tienen no paguen impuestos porque, según la teoría neoliberal, ese dinero que dejan de pagar al Estado se recuperará en un incremento de las inversiones, los puestos de trabajo y el consumo.
Sin embargo, la realidad es que tanto los millonarios como, sobre todo, las grandes empresas utilizan la reducción de impuestos para beneficiar a otros ricos, a los grandes accionistas.
Subir impuestos a la banca, el camino correcto
las seis principales entidades financieras españolas han generado 12.385 millones de euros en el primer semestre de este año. Esta cifra supone un incremento del 20,7% más con respecto al mismo periodo de 2022. Sólo Banco Santander, con 5.241 millones, ha acaparado un 42,32% de esas ganancias netas.
Estos beneficios son consecuencia de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) que, al igual que la Reserva Federal de los Estados Unidos y otros bancos centrales, ha emprendido una estrategia de subida indiscriminada y salvaje de tipos de interés que sólo está beneficiando a las entidades bancarias y, evidentemente, perjudicando a las familias y a las pequeñas empresas.
Sin embargo, lo que estos resultados hacen es darle la razón tanto a Pedro Sánchez como a Giorgia Meloni (dos figuras políticas absolutamente opuestas) y a la política fiscal basada en exigir a los que más tienen y más ganan que aporten al Estado lo que les corresponde, sin apoyarse en exenciones fiscales obscenas y bastardas, para sostener los servicios sociales que están reconocidos por la Constitución como derechos fundamentales de la ciudadanía.
El impuesto especial a los bancos aprobado por el gobierno de Pedro Sánchez esperaba recaudar 1.500 millones de euros anuales hasta 2024. En 2022, la gran banca española obtuvo unos beneficios de 20.850 millones. Por tanto, en un año y medio, las principales entidades españolas han logrado 33.235 millones. En consecuencia, el impuesto a la banca de Pedro Sánchez sólo supondría un 4,51% sobre el total de los beneficios.
Por tanto, y aunque Giorgia Meloni esté en las antípodas de los valores defendidos por la línea editorial de Diario16, en este caso sólo queda decir, ¡Bravissima, Giorgia. Bravo ragazza!