El presidente del Consejo Editor de Diario16, Manuel Domínguez Moreno, suele utilizar en sus análisis de actualidad el término «entetanimiento», un vocablo acuñado por Zbigniew Brzezinski, miembro de la Trilateral y asesor del presidente estadounidense Jimmy Carter.
El objetivo fundamental del entetanimiento es minimizar la reacción de las víctimas del escenario político creado por las élites tras la crisis de 2008 con técnicas de propaganda y psicología de masas que provocan que las clases medias y trabajadoras se mantengan adormecidas, sumisas y serviles frente al poder.
Eso es lo que está sucediendo en todo el mundo. Se propone una falsa prosperidad basada en una precariedad oculta y se desvía la atención en cuestiones irrelevantes para la vida de las personas.
En España toda la clase política ha logrado desviar la atención con la cuestión de la amnistía. Desde todos los partidos, y sus aparatos mediáticos, se ha focalizado su acción, tanto quien está en el gobierno, como en los partidos que han posibilitado ese gobierno y en la oposición, en la amnistía, en las imputaciones por terrorismo y alta traición a Carles Puigdemont, en el lawfare, en las cesiones al soberanismo catalán y en los mensajes de la ruptura de España.
Sin embargo, esos no son los problemas reales que afectan a los ciudadanos. La amnistía (y todas sus derivadas) sólo sirven para desviar la atención de la incapacidad para resolver las verdaderas preocupaciones de las clases medias y trabajadoras de España.
Tanto al PSOE como al Partido Popular les viene muy bien este rifirrafe político, esta crispación de pseudopatrioterismo, porque la masa se fija sólo en eso, mientras los verdaderos problemas se van acentuando cada día que pasa y no se resuelven.
Salarios
España tiene un grave problema los salarios. Los salarios no se están revalorizando en consonancia con la inflación ni en el mismo volumen que los beneficios empresariales. Según las últimas cifras del Banco de España, las empresas incrementaron sus beneficios en un 91,3% y el volumen de negocio en un 41,3%. Por su parte, los salarios de convenio se revalorizaron en un mísero 3,46%.
Por otro lado, las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) indicaban que el salario medio en España es de 28.360 euros. Sin embargo, ahí se incluyen las elevadísimas remuneraciones de los altos directivos de las compañías que sí se incrementan en función de los beneficios. ¿Por qué a los trabajadores no se les aplica la misma vara de medir cuando son los verdaderos y únicos responsables de esa mejora de los beneficios? Esta situación, por sí sola, es causa suficiente para la convocatoria inmediata de una huelga general.
Mercado laboral
Lo mismo se puede decir con la situación de emergencia en la que se encuentra el mercado laboral. Por más que el gobierno mantenga una postura triunfalista con los datos de creación de empleo, la realidad es que los nuevos trabajos son igual o más precarios que los anteriores a la reforma laboral.
El gobierno no se atreve o, lo que es más grave, no le interesa atacar la situación de fraude continuado de los empresarios españoles en la contratación y en los salarios. Por más que se firmen más contratos indefinidos, la duración de los mismos, la opacidad respecto a los fijos discontinuos, la tipología de las jornadas y la reducción de las horas trabajadas son causa suficiente para una huelga general indefinida.
Estado del Bienestar
La situación de la sanidad y la educación es crítica. Esto depende fundamentalmente de las comunidades autónomas que, en su gran mayoría están gobernadas por el Partido Popular. La vida de las personas no puede depender de decisiones políticas, de orientaciones ideológicas o de cuestiones presupuestarias. La inversión que las comunidades autónomas ejecutan en sanidad es pírrica respecto a las necesidades reales de la ciudadanía. No es de recibo el volumen de las listas de espera que son manipuladas por parte de los distintos gobiernos regionales a capricho para mejorar los datos. Tampoco es normal que los trabajadores sanitarios huyan a otros países para tener unas condiciones de trabajo dignas, lo que deriva en una carencia de médicos, enfermeras, auxiliares o celadores. La situación de la sanidad pública es causa suficiente para una huelga general indefinida.
Lo mismo sucede con la educación. La formación de niños y jóvenes no puede estar condicionada a planes de estudios basados en conceptos ideológicos que derivan en una especie de adoctrinamiento que depende de quién gobierne. No es de recibo las cifras de abandono escolar, las condiciones laborales de los profesores, las condiciones de las instalaciones, la falta de futuro para que los universitarios puedan desarrollar su vida laboral en base a su formación. Todo esto, y mucho más, es causa suficiente para una huelga general indefinida.
Pobreza crónica
La situación económica de las familias españolas tras la crisis de 2008 es más que precaria. Los niveles de pobreza aumentan, las familias con todos sus miembros en paro aumentan, las ratios de vulnerabilidad aumentan. Desde la posguerra en España no se había visto que decenas de miles de personas se vieran obligadas a acudir a la beneficencia (ahora comedores sociales o bancos de alimentos) para poder subsistir. Esto es causa para una movilización de toda la ciudadanía y una huelga general indefinida.
Sector Primario
En los últimos días los agricultores han protagonizado movilizaciones en todo el país, siguiendo la senda de lo que está sucediendo en toda la Unión Europea. En algunos ámbitos, sobre todo de la izquierda, se está criminalizando a los trabajadores del campo porque puede haber una organización desde sectores de la extrema derecha. Señores progresistas, piensen que si el agricultor o el ganadero se ha echado en brazos de la extrema derecha es por culpa de la inacción de la izquierda, de la sumisión a países como Marruecos y a la falta de consideración de las reivindicaciones que desde hace muchos años se vienen haciendo desde el sector primario.
Justicia Injusta
La situación de la Justicia, en la que jueces y fiscales aplican un lawfare sistemático contra los ciudadanos y en favor de las clases dominantes. La aplicación del lawfare por razones políticas o ideológicas es el "chocolate del loro" porque es insignificante respecto al verdadero lawfare.
El clima de sospecha constante sobre la imparcialidad cuando instruyen y juzgan causas contra los grandes intereses económicos, empresariales y financieros exige que los patrimonios de los jueces sean inspeccionados y auditados a través de investigaciones independientes, patrimonio que esté ubicado tanto dentro como fuera de España. La corrupción judicial existe, pero se desconoce en qué magnitud porque no se ha investigado a fondo. Una democracia no puede subsistir bajo un clima de sospecha constante en el que puedan existir elementos ocultos que dictaminen el resultado de una causa judicial. Las grabaciones del excomisario Villarejo revelarían que en España sí se podrían estar comprando jueces. Eso es intolerable y es causa irrenunciable para una huelga general indefinida.
Por más que los sindicatos principales afirmen que no hay razones para una huelga general, ellos mismos en su argumentación las están dando sin darse cuenta. Hay razones para la huelga general, pero no sólo contra el gobierno de Pedro Sánchez, sino contra una clase política que se ha abonado a la dictadura de las cifras macro olvidándose de lo que realmente sucede en la calle. Como dice la canción de Rolando Alarcón «A la huelga, compañero / No vayas a trabajar / Deja quieta la herramienta / Que es la hora de luchar».