Es un mantra de los neoliberales: «menos Estado y más libertad». Esta frase, además de que es una de las mayores falacias de la historia, esconde la cruel realidad de que la libertad está cimentada sobre un gobierno de poderosos que se benefician de los recursos de todos pero sin ser elegidos por los gobernados. Para eso están los políticos que legislan para mantener los privilegios de las clases privilegiadas.
Un ejemplo de ello son las políticas de rebaja absoluta de impuestos que, finalmente, sólo benefician de manera efectiva a quienes más tienen. No hay más que hacer una simulación en el calculador que la Comunidad de Madrid tiene publicado en su página web y comprobar el porcentaje (que no la cantidad total) de rebaja de impuestos que tiene una familia con unos ingresos de 18.000 euros anuales y otra de más de un millón de euros.
Otro mantra de estos políticos neoliberales es el de «el dinero mejor en el bolsillo del ciudadano que en el del Estado». Así leído es maravilloso. Sin embargo, más allá de la consecuente desaparición de los servicios públicos y la entrega a esas clases privilegiadas de los mismos, las consecuencias para las clases medias y trabajadoras son apocalípticas porque el paraíso que prometen es falso, tal y como demuestran investigaciones de importantes universidades, informes independientes y las propias cifras oficiales de crecimiento económico de los bancos centrales y de organismos como el FMI, la OCDE o el Banco Mundial.
Casualmente, todos estos políticos neoliberales, que van con la libertad por delante, jamás hablan de subida de los salarios. Isabel Díaz Ayuso, Javier Milei o Donald Trump, por citar algunos, hablan mucho de rebajar o eliminar impuestos pero, en ningún caso, mencionan el fundamental incremento de los sueldos de las clases medias y trabajadoras.
Por otro lado, no dudan en afirmar que rebajar impuestos a las grandes fortunas o a las grandes empresas tendrá como consecuencia el crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo. La historia y los datos han demostrado que esta es la gran mentira de este perfil de políticos.
Un estudio realizado en 2021 por los economistas David Hope y Julian Limberg para la prestigiosa London School of Economics (LSE) dejó claro que los gobiernos del mundo, independientemente de su color político, no deberían preocuparse de las consecuencias de subir los impuestos a los ricos.
Los dos prestigiosos economistas a nivel mundial hicieron un estudio en el que introdujeron los datos económicos de las principales potencias del mundo y las exenciones fiscales que esos mismos países habían aplicado en los últimos 50 años. Las conclusiones del estudio fueron demoledoras: los países que habían bajado los impuestos a las clases privilegiadas no habían generado un mayor crecimiento económico ni habían creado más empleo.
Es más, según declaró Ignacio González a la BBC, profesor de Economía de la American University de Washington, la etapa de reducción de impuestos suele coincidir con un estancamiento de la inversión.
Entonces, ¿qué es lo que defienden Ayuso, Trump o Milei? Si los más prestigiosos economistas del mundo afirman que las rebajas de impuestos no impactan en un crecimiento de las inversiones, entonces estos políticos neoliberales están mintiendo de manera descarada.
La única consecuencia de este tipo de políticas es la situación actual: la desigualdad se ha disparado y la minoría del 1% de la población mundial lo único que hace es acumular riqueza porque sabe que los gobiernos no se van a atrever a gobernar para favorecer a sus ciudadanías. Los políticos de todos los colores no harán nada, salvo crear el escenario propicio para que los más ricos y las más grandes empresas sigan obteniendo beneficios billonarios que sólo repercuten en generar más riqueza para ellos mismos. Mientras tanto, el pueblo es saqueado, no por los impuestos, sino por la codicia corporativa que no tiene freno.