Las colas del hambre, la España real de Pedro Sánchez

03 de Junio de 2024
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Colas Hambre

Los esfuerzos del gobierno de Pedro Sánchez y del Partido Socialista se han focalizado desde la firma de sus acuerdos con las formaciones independentistas en la aprobación de la Ley Sánchez de Amnistía. Nada importaba más que una ley con serios indicios de inconstitucionalidad, tal y como reconoció el Letrado Mayor del Congreso puesto a dedo por el PSOE.

En cambio, la crisis social que viven en España millones de hogares sigue aumentando de calibre. Uno de los factores que más ha ponderado Pedro Sánchez para destacar su acción de gobierno desde que alcanzó la Presidencia en junio de 2018 ha sido su agenda social, en la que le han quedado varias asignaturas pendientes como, por ejemplo, el crecimiento de la pobreza.

Las cifras oficiales y los informes de las distintas organizaciones de la sociedad civil demuestran que se mantiene la tendencia de los gobiernos del Partido Popular: la economía mejora pero no llega a las familias sino a los bolsillos de las clases privilegiadas, las mismas que luego sacan sus beneficios fuera de España.

Las cifras oficiales confirman que hay un grupo de población, que es creciente, que ha sido olvidado por el gobierno actual porque las mejoras de la economía no les llegan. Esto pone a la España en el peligroso camino a la cronificación de la pobreza extrema.

Por eso, los datos no cuadran. Mientras que la renta media familiar se ha incrementado de 16.937 euros mensuales a 19.160, según el INE, la renta neta a precio de mercado se ha reducido de 19.612 a 18.431 euros. Esto demuestra que los incrementos en el salario mínimo, la revalorización de las pensiones o la reforma laboral no está teniendo una eficacia real sobre la economía de las familias.

Desde que Pedro Sánchez está en el gobierno no se han reducido los índices de pobreza. Las familias que se encuentran por debajo del umbral de la pobreza, según el INE, se han incrementado. La tasa de exclusión social ha seguido el mismo camino, lo mismo que el número de beneficiarios titulares de rentas mínimas.

En concreto, el Instituto Nacional de Estadística, en su última Encuesta de Condiciones de Vida señaló que «el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social aumentó hasta el 26,5%; el porcentaje de población que se encontraba en situación de carencia material y social severa aumentó hasta el 9,0%; el 9,3% de la población llegó a fin de mes con ‘mucha dificultad’». Son cifras oficiales, no es fango.

En la España de Pedro Sánchez está incrementándose el número de personas con trabajo que se ven obligadas a acudir a las llamadas «colas del hambre» para poder sobrevivir. Eso no es propio de la cuarta economía de la Unión Europea y la decimoquinta del mundo.

La Federación Española de Bancos de Alimentos ha alertado del aumento de la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social en 2023 hasta alcanzar al 26,5 % de la población residente en España, es decir, cerca de 12,7 millones de personas.

El número de personas que no pudieron permitirse una comida con carne o pescado cada dos días ha incrementado por segundo año consecutivo, hasta alcanzar el 6,4 % (un punto más que en 2023), según datos aportados en el informe El estado de la pobreza 2024, elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES).

El mismo estudio indica que la proporción de personas que llegan con dificultad a final de mes asciende al 48,5 % de la población residente en España. Asimismo, en la España de Pedro Sánchez hay 9,7 millones de personas que viven en la pobreza, con ingresos inferiores a 916 euros mensuales.

La pobreza se está cronificando en la España de Pedro Sánchez mientras que los intereses personales y políticos del presidente se han convertido en la prioridad del gobierno.

Además, este incremento de la pobreza está influyendo muy negativamente en los recursos con los que los bancos de alimentos están dando de comer a quienes, incluso teniendo un trabajo, no pueden sobrevivir.

En 2023, los 54 bancos de alimentos que atendieron a casi 1,2 millones de personas distribuyeron un total de 138.046 toneladas, un 8,99 % menos que en 2022 debido al descenso de las aportaciones. En consecuencia, el total de kilos y litros de alimentos que pudieron entregar a los beneficiarios descendió un 4,75 % hasta los 116 kilogramos y litros por persona y año.

Según Pedro Llorca, presidente de la Federación de Bancos de Alimentos, «el derecho a una alimentación digna es uno de los principios fundamentales de los derechos humanos. Como sociedad, tenemos el reto de construir una sociedad más justa y generosa en donde a nadie le falte un plato de comida sobre su mesa. Cada vez son más caros los alimentos, pero los Bancos de Alimentos trabajamos de manera incansable para proporcionar comida a las personas de nuestro entorno que se encuentran en situaciones muy precarias».

El precario mercado de trabajo de la España de Pedro Sánchez ha cronificado la figura del trabajador pobre. Según datos de Eurostat, España es uno de los países que más trabajadores pobres genera, sólo por detrás de Rumanía. Es la esclavitud moderna, es la gente que acude a las colas del hambre para poder subsistir. Entonces, ¿dónde está el «motor de la economía de la UE»? Todo el mundo lo sabe. Sánchez lo sabe pero los hechos demuestran que las prioridades están en otro lado, en las cosas que benefician al presidente del Gobierno, no de la ciudadanía.  

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