Las personas que profesan la religión judía no son el Estado de Israel ni, por supuesto, comulgan con las políticas de apartheid, exterminio y genocidio que el país hebreo impone desde hace décadas contra el pueblo palestino, el verdadero dueño de aquella tierra.
En España, el Partido Popular y sus asociados de la extrema derecha, están haciendo campaña en favor de Israel a pesar de la oposición internacional al genocidio que está aplicando actualmente en la Franja de Gaza, donde ya han sido asesinados más de 40.000 civiles, entre ellos mujeres y niños, todo ello sin contar con las decenas de miles de cadáveres que se encuentran aún enterrados bajo los escombros de los edificios destruidos por los bombardeos indiscriminados.
Posicionarse contra Israel como Estado no es antisemitismo, tal y como pretenden hacer ver los políticos de la derecha y la extrema derecha española. Exactamente igual que los países de la Unión Europea acomplejados o los que se someten constantemente al chantaje israelí.
La concesión de la Medalla de Honor de Madrid a la comunidad judía de la capital de España no es, en sí misma, ilegítima o infame. Sin embargo, esa condecoración es la segunda opción de José Luis Martínez-Almeida. En un principio, la Medalla de Honor quiso ser concedida al Estado de Israel, pero un informe de los Cronistas de la Villa señaló que eso sería ilegal al ir en contra de las ordenanzas del consistorio capitalino.
En consecuencia, la intención es la de condecorar a Israel a costa de la comunidad judía de Madrid y, en la situación actual, cualquier honor que se le entregue al país hebreo es una justificación del genocidio que está perpetrando Benjamin Netanyahu.
Además de los bombardeos indiscriminados, los soldados israelíes tienen orden de asesinar a cualquier palestino que se ponga en sus puntos de mira. Exactamente igual que hacían los soldados nazis en los campos de concentración o en el gueto de Varsovia. Es una evidencia que los francotiradores de Israel están disparando a la cabeza de los niños, tal y como señaló la doctora Folza Alvi en una entrevista concedida a El País.
La cuestión es que en el Estado de Israel eso es legal, dado que los reglamentos de combate del ejército israelí dan derecho a los soldados a disparar por la espalda a los palestinos, incluso si van desarmados. Ese reglamento no hace distinción alguna por edad, por lo que entre los objetivos se incluye a los niños.
Dentro de este tipo de reglamentos, Israel incluye el concepto de «instigador clave», una categoría que fue creada retroactivamente para justificar los disparos a personas que no representaban un peligro real e inmediato para los soldados o civiles israelíes.
El Partido Popular, junto a sus asociados de Vox, han comprado el discurso del Estado de Israel por el que cualquier oposición a las actividades genocidas del país hebreo es considerado como antisemitismo.
Tanto José Luis Martínez-Almeida como Isabel Díaz Ayuso no dudan en afirmar que las críticas a Israel son la defensa del terrorismo de Hamás. Esto es falso. Hamás es una organización terrorista, pero Israel también es un Estado terrorista. Para ello no hay más que ver las acciones que sus servicios de inteligencia aplican en todo el mundo, saltándose las leyes de los países en los que operan con total impunidad.
Cuando el PP critica a los defensores del pueblo palestino, pretenden colocarlos como cómplices del terrorismo de Hamás. Tras los ataques del mes de octubre y el apresamiento de inocentes, los defensores del pueblo palestino también han reclamado la liberación de esos rehenes. Sin embargo, tanto Almeida como Ayuso siguen justificando el terrorismo de Estado, el genocidio y el apartheid de Israel con el argumento de que si estás con los palestinos, estás a favor de Hamás, lo cual es una barbaridad y una demostración del fanatismo sionista que se ha apoderado de la parte más radical y trumpista de la derecha española.
Madrid se convierte hoy en la capital mundial de la infamia, no porque se condecore a la comunidad judía, sino porque, en realidad, lo que se pretende es blanquear el genocidio de un país que ya ha asesinado a al menos 40.000 civiles con la única intención de exterminar a los palestinos.
La situación de barbarie, que en nada se diferencia de lo que los nazis hicieron con los judíos, es de tal calibre que hasta Estados Unidos ha reconocido que se podrían estar cometiendo crímenes contra la humanidad en Gaza. «Las autoridades israelíes que operan en Gaza no tomaron medidas visibles para identificar y castigar a los funcionarios acusados de cometer abusos contra los derechos humanos», señaló el Departamento de Estado. Además, el propio Anthony Blinken indicó que se estaban realizando investigaciones sobre Israel.
Es decir, Almeida y Ayuso defienden a ultranza a un país que está siendo investigado por la Corte Penal Internacional y por los Estados Unidos por la comisión de crímenes de guerra y de lesa humanidad. Además, utilizan a la comunidad judía para ocultar una condecoración que está dirigida contra un Estado terrorista, genocida y que viola sistemáticamente los derechos humanos.