Pedro Sánchez y Feijóo ya saben lo que tienen que hacer

El pacto de coalición alcanzado por la derecha y la socialdemocracia en Alemania muestra a los líderes españoles el camino a seguir para poder gobernar con estabilidad y generar prosperidad para toda la ciudadanía española

10 de Abril de 2025
Actualizado el 11 de abril
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Sánchez Feijoo Gasto Militar
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en el Palacio de la Moncloa | Foto: Pool Moncloa

En un momento en que la ciudadanía española exige soluciones verdaderamente transformadoras, se abre un debate sobre la necesidad imperiosa de un gobierno de gran coalición. Frente a la parálisis política, muchos analistas señalan que España debe dar un giro radical, a semejanza de lo que ayer se materializó en Alemania con la firma del histórico pacto de gran coalición entre la CDU y el SPD.

Crisis de representación en un mundo inestable

En España, la polarización y la confrontación han alcanzado niveles insostenibles. La actual dinámica política ha dejado claro que tanto PSOE como Partido Popular están inmersos en una guerra sin cuartel en la que el único beneficiario es la extrema derecha.

Según diversos análisis y sondeos, la lucha interna y los enfrentamientos partidistas han reducido en más de 15 puntos la intención de voto, acercándose peligrosamente a niveles que podrían traducirse en la pérdida de escaños cruciales que terminarán ganando los ultras.

En un escenario global marcado por tensiones comerciales, bélicas y políticas, la lucha política se transforma en una batalla de intereses donde la ética y la justicia social pasan a un segundo plano. La incapacidad de los partidos tradicionales para brindar soluciones a problemas estructurales, como el desempleo, la pobreza, la precariedad y la falta de seguridad en el empleo o la pérdida de esperanza en un futuro próspero, ha contribuido a la desafección de la ciudadanía y al ascenso de fuerzas extremistas.

El modelo alemán

Contrario a la espiral de confrontación que hoy marca la escena política en España, en Alemania se ha logrado un avance histórico que podría servir de ejemplo y relevo para reforzar la democracia frente a los extremismos tanto de ultraderecha como de ultraizquierda. La firma del pacto de gran coalición entre la CDU y el SPD simboliza la voluntad de superar las diferencias ideológicas en pos de objetivos comunes y del bienestar nacional. Este acuerdo, fruto de la necesidad de estabilidad en un entorno cada vez más fragmentado, se enmarca en un contexto en el que el consenso es visto como el único camino para enfrentar desafíos estructurales. Además, es el único camino para frenar a los ultras.

El pacto alemán no solo garantiza una mayoría parlamentaria robusta, sino que también ofrece la perspectiva de implementar reformas profundas en ámbitos clave como la educación, la sanidad y la política económica. La unidad política en Alemania busca responder a demandas ciudadanas que anhelan seguridad, progreso y una distribución más equitativa de la riqueza, conceptos que, en un mundo marcado por la especulación y la codicia corporativa, son fundamentales para preservar la cohesión social y el bienestar colectivo.

A diferencia de la confrontación interminable en España, donde los enfrentamientos entre PSOE y PP benefician únicamente a fuerzas polarizadoras y extremistas, el modelo alemán apuesta por un diálogo sincero y la colaboración entre los partidos tradicionales. Esta iniciativa permite imaginar un futuro en el que las políticas públicas se encaminen hacia la regeneración democrática y la protección de las clases trabajadoras, sin la necesidad de sacrificar estabilidad en aras de disputas ideológicas.

Lecciones para España

La situación en España se ha caracterizado por un endurecimiento del clima político, la parálisis legislativa y la creciente influencia de la extrema derecha, sobre todo del supremacismo catalán. Mientras tanto, la negativa a abandonar posturas de confrontación ha permitido que la crisis institucional se profundice y que se perpetúe un sistema que precisa de reformas muy profundas que sólo se pueden llevar a efecto con estabilidad parlamentaria. El modelo de confrontación, que se traduce en la pérdida de confianza en las instituciones y en la incapacidad para implementar reformas urgentes (desde la regulación del mercado laboral hasta la mejora de los servicios públicos) tiene consecuencias directas en el deterioro de la calidad de vida de millones de españoles.

El pacto de gran coalición en Alemania ofrece una clara antítesis a este escenario. La disposición de la CDU y el SPD a dejar de lado diferencias históricas para formar un gobierno de unidad nacional es un ejemplo de madurez política, de cómo la voluntad de dialogar y de asumir compromisos puede producir soluciones duraderas a problemas complejos.

Para España, la lección es clara. Si los políticos quieren recuperar la confianza de la ciudadanía, es imprescindible que líderes como Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo abandonen la retórica de la confrontación y se comprometan con un proyecto transversal que coloque a los intereses comunes por encima de las disputas partidistas o ideológicas. Aprender de los errores del pasado es fundamental y el momento actual exige decisiones de altura que se traduzcan en políticas que fomenten el crecimiento económico, la creación de empleo, y un reparto más justo de la riqueza. Sólo mediante un gobierno de gran coalición se podrán poner en marcha las reformas que España necesita urgentemente, en un entorno donde la polarización y el sectarismo han socavado la capacidad de gobernar en beneficio de la sociedad.

La experiencia alemana demuestra que la unidad y el diálogo son factores determinantes para contrarrestar los efectos corrosivos de la codicia corporativa y la desintegración del pacto social. Es cierto que el escenario no es el mismo desde el punto de vista de la situación socioeconómica. Sin embargo, no se pueden poner cimientos si no hay voluntad de querer construir algo duradero que los bárbaros no puedan destrozar.

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