La España de Pedro Sánchez, la que se avergüenza de tener a un presidente que es capaz de todo, incluso de manipular a su propia gente, también ve cómo el mercado laboral está en peores condiciones que las de junio de 2018.
A pesar del triunfalismo de la propaganda monclovita, a pesar de los puntos de argumentario repetidos una y mil veces por los socialistas y la izquierda, la realidad es que apenas se han mejorado las condiciones de las clases medias y trabajadoras (que se están empobreciendo a pasos agigantados). Es más, se están empeorando, tal y como demuestran los datos oficiales del propio gobierno.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez se caracteriza por las buenas intenciones en las medidas que aprueban pero cuya efectividad no es la deseada, sino más bien la contraria.
La última Encuesta de Población Activa (EPA) da muestra de ello y dan un baño de realidad a la propaganda monclovita. Es un hecho que la calidad del empleo se está desplomando. Este fenómeno se confirma no sólo con la EPA, sino también con las cifras de paro registrado. La reforma laboral de Pedro Sánchez no ha servido para frenar la precariedad del empleo que se crea en España. La propaganda monclovita y de los sindicatos firmantes de la reforma laboral tiene como mantra que nunca se habían firmado tantos contratos indefinidos. Esa es una trampa dialéctica porque las cifras oficiales demuestran lo contrario.
Sin embargo, en EPA del primer trimestre no hay que fijarse sólo en lo cuantitativo para calificar de desastre la política laboral del actual gobierno, sino que lo cualitativo es demoledor. No sólo ha subido el paro, sino que se destruyeron 200.000 empleos a tiempo completo. Por otro lado, sólo se han creado 60.000 a tiempo parcial. Más parados y se trabajan menos horas. Esto implica salarios más bajos y dificultades para sobrevivir.
A pesar de la evidencia, la propaganda monclovita y la del PSOE no hacen más que bombardear con que baja el paro, que hay más cotizantes. Sin embargo, cuando se hace un análisis serio y profundo de las cifras oficiales tanto del Instituto Nacional de Estadística como del SEPE, nos damos cuenta de que el empleo que se crea es tan precario que no da para sobrevivir. ¿Cómo no va a haber colas del hambre? Esta realidad, por sí misma, es causa de dimisión inmediata del presidente del Gobierno. No hacen falta 5 días para reflexionar.
Otra de las realidades que muestra la EPA es que la España de Pedro Sánchez se acerca al millón de hogares con todos sus miembros en paro, con un descenso de cerca de 110.000 de las familias en las que todos los miembros tienen un puesto de trabajo. Esto, en un escenario económico inflacionario que provoca la pérdida de poder adquisitivo, deriva en una bajada de la natalidad, en la inaccesibilidad al mercado del alquiler o a la compra de una vivienda, además de graves carencias en la alimentación.
Esto en referencia a la EPA. Los datos del paro registrado tampoco son muy positivos en el momento en que se sale del titular o del dato en bruto. Independientemente de si sube o baja el desempleo, se firman una media de 1,5 millones de contratos mensuales. La propaganda monclovita se agarra a que se ha incrementado la firma de contratos indefinidos para defender sus políticas. Sin embargo, eso tampoco es positivo porque lo que se están firmando son trabajos precarios dado que la tipología del contrato no genera más calidad en los trabajos creados.
Las cifras muestran, además, que el gobierno no ha logrado cambiar la estructura económica y laboral del país. Pedro Sánchez, más allá de amnistías o de tomarse cinco días de asuntos propios para reflexionar, tiene mucho trabajo que hacer, o ejecutar lo que lleva más de cinco años sin ejecutar: una gran reforma de los sectores productivos y una apuesta eficaz por el empleo de calidad.