Carlos Sánchez de Roda es ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y ha trabajado durante buena parte de su carrera profesional para el sector ferroviario.
Vivió muy de cerca los atentados ocurridos en las redes de tren de cercanías de Atocha, el 11M, y ha continuado investigando al respecto, siendo una voz autorizada que consideramos de máximo interés. A pesar de que se hayan cumplido 20 de años de estos terribles sucesos y la causa haya sido definitivamente cerrada.
Las intervenciones públicas de Carlos Sánchez de Roda, así como sus libros, que puede encontrar pulsando aquí, versan fundamentalmente sobre los "misterios" que rodean a todo lo concerniente con la investigación del atentado en cuanto a su vertiente técnica se refiere. Ha desvelado hechos tan relevantes como fue la reparación y no desguace de uno de los trenes, un hecho sin duda relevante, sobre todo porque siempre se dio a entender a la opinión pública, que no quedaron rastros de aquellos vagones. Sin embargo, el tren que explotó en Santa Eugenia, permaneció varios años en una cochera de Vicálvaro, sin que trascendiese a la opinión pública.
Sánchez de Roda, ha destacado en una entrevista publicada, que "hay un hecho indiscutible: de los trenes no se obtuvo ningún indicio o pista que permitiese a los investigadores la identificación, localización y detención de los autores ni el conocimiento del arma del crimen". Y añade: "Toda la investigación oficial y la sentencia, se basaron en una bolsa bomba que nadie vio en ningún tren."
En esta interesante entrevista, Carlos Sánchez conversa con su homónimo sobre hechos, sobre todas las cuestiones meramente técnicas y alejadas de cualquier tipo de "hipótesis o conspiración" al respecto de la autoría. Y son suficientemente contundentes como para despertar preocupación al respecto de los enormes fallos producidos en la investigación. Los hechos, indudablemente, según el entrevistado, apuntan a Sánchez Manzano como único garante de la cadena de custodia al encontrarse en todos los escenarios, ya sea por incompetencia o por presunta ocultación de pruebas.
También se da lugar a la conversación sobre el terrible destino sufrido por la jueza Coro Cillán, quien tratase de arrojar luz sobre todas las cuestiones que aún hoy permanecen opacas y que acabase su carrera como magistrada en un centro psiquiátrico en situación de eventual incomunicación.
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