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Antonio Lobato on fire

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análisis

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Abro el youtube y me encuentro con Antonio Lobato que ya en el titular de su canal privado en SOYMOTOR nos dice que «le hierve la sangre».

Y tiene razón. Las dos sanciones que ha recibido esta temporada Fernando Alonso y que ya le han costado seis puntos de la super licencia de piloto son, también en mi opinión, injustas e intolerables.

Podemos buscar referencias para evidenciar la injusticia como aquella vez en la que Hamilton casi mata a Verstappen en Silverstone y no le quitaron ni un solo punto de su licencia de Superhéroe. Pero no se trata de eso.

El cada vez más grueso y estúpido reglamento de la Federación Internacional de Automovilismo hace que se me vaya la cabeza a las carreras de cuadrigas de la película Ben-Hur, interpretada por Charlton Heston.

En las carreras de cuadrigas romanas valía todo, desde romperle las ruedas al rival hasta chocarse con él, pasando por sacar el látigo y golpear a los caballos del otro e incluso al otro mismo.

Así era la Fórmula 1 antes, y y aún algo de ese sabor indómito queda en algunas competiciones del motor en Norteamérica.

No se llega a permitir que alguien pueda pegar con un látigo a su rival, pero casi.

La Fórmula 1 nace como un deporte salvaje al que los pilotos caballeros intentaban transmitir ética y bonhomía. Los «pactos de caballeros» a los que alude Pedro de la Rosa de vez en cuando hacen reír hoy a todos. Ja ja ja ja já… porque la caballerosidad no está ya de moda, bros y hermanas y hermanos.

En lugar de caballerosidad hoy tenemos normas y más normas. Muchas ridículas y que además se interpretan arbitrariamente. Las carreras de coches ahora se retransmiten al mundo entero con una parafernalia que casi las ahoga y un despliegue tecnológico deslumbrante. En esencia eso es la Fórmula 1 actualmente: apariencia de espectáculo. Pero el león no se puede comer al domador porque es un león de píxels.

Lobato hace maravillas en las retransmisiones, me atrevo a decir que dota a las carreras de alma a pesar de que quienes mueven los hilos de la Fórmula1 son los mismos que han convertido en payasos blanditos a los animales salvajes de la naturaleza: osos, leones, tigres y lobos ; menos mal que entre los lobos aún hay un cachorro, un «lobato», que siente que su sangre hierve ante la estupidez y la injusticia y puede contárnoslo.

Presentamos una novela sobre el mundo de la Fórmula 1 cuando aún era fiera e indomable y Dios era Juan Manuel Fangio y el gran piloto español era el Marqués de Portago, en el Café Comercial de Mad Madrid el seis de mayo por la tarde. Si al «joven lobo» Antonio le apeteciese venir ya sabe que está invitado.

Tigre Tigre

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