Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, se ha distanciado del discurso de Vox, tras sus declaraciones racistas en las que acusó las personas migrantes de violencia sexual en Alcalá de Henares.
Durante el Pleno de la Asamblea, tras las críticas de Rocío Monasterio, portavoz de Vox, sobre la inseguridad en Alcalá de Henares y la acogida de 1.200 migrantes, Ayuso afirmó que el crimen no está ligado a la raza, el país o la cultura, sino a «situaciones sobrevenidas y muchas veces en la profunda ilegalidad». Destacó su enfoque en el mestizaje, la apertura y la integración, en contraposición al de Vox. Unas palabras llenas de hipocresía. Escritas para contrarrestar sus duras palabras, acusando a una persona por ser negra, de ser un migrante violento. Y con ello acusar a todas las personas africanas que residen en la ciudad de Cervantes de ejercer violencia machista.
A Ayuso el racismo no le resulta rentable
Ayuso rechazó cualquier alineación con Vox en materia de inmigración, alegando que el partido carece de propuestas relevantes para la Comunidad de Madrid y se limita a atacar al Partido Popular. Enfatizó la independencia de su gobierno y su rechazo a la narrativa de Vox sobre la inmigración. También señaló la necesidad de políticas de integración y una gestión eficaz de las fronteras. O, donde dije digo, digo Diego.
Condena a la agresión a la sede del PSOE en Alcalá de Henares
La presidenta condenó la reciente agresión a la sede del PSOE en Alcalá de Henares, donde ocurrieron ataques contra militantes y gritos contra el presidente Pedro Sánchez. Suponemos que también las condenaría si hubiera estado vacía.
Esta violencia fue denunciada por el PSOE como parte de un clima de crispación en España, incitado por la derecha y la extrema derecha. Javier Rodríguez Palacios, secretario general de los socialistas de Alcalá, denunció estos hechos en comisaría y los calificó de reprobables.
En otro orden de ideas, Ayuso criticó a Juan Lobato, secretario general del PSOE-M y senador por designación autonómica, por hablar de solidaridad en materia energética mientras el PSOE se centra en pedir perdón a Carles Puigdemont. En una sesión de control, Ayuso acusó a los socialistas de priorizar a los nacionalistas y a sus intereses xenófobos, y defendió la gestión de la Comunidad de Madrid en el manejo de los fondos europeos y la producción de energías renovables. Aseguró que Madrid es una de las comunidades que mejor gestiona estos fondos y ha incrementado significativamente sus instalaciones renovables.
Lobato acusa a Ayuso de “no mover un dedo”
Lobato, por su parte, criticó a Ayuso por no tomar medidas para aumentar la producción energética y reducir la dependencia energética, acusándola de recurrir al Gobierno central tras no actuar en cuatro años. Cuestionó la narrativa de Ayuso sobre una supuesta conspiración del Gobierno central contra Madrid, señalando las deficiencias en la gestión de la propia comunidad.
