Banco Popular: la Iglesia, una de las claves más importantes de la operación

24 de Octubre de 2020
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Desde hace 4 años, Diario16 puso el foco en una serie de factores que demostraban que la operación diabólica del Banco Popular llevaba manejándose desde antes de la resolución, tal y como se ha podido señalar en las últimas semanas en la Audiencia Nacional por parte, principalmente, de Luis de Guindos, Ana Patricia Botín y Rodrigo Echenique, además, por supuesto, de la importante declaración del exdirector general de Comunicación, Carlos Balado.

El 5 de octubre de 2017, este medio publicó una noticia en la que se hacía referencia a cómo la Iglesia había rechazado, en principio, los bonos de fidelización que el Santander ofreció a los afectados que acudieron a la ampliación de capital de 2016. En ese artículo se hizo referencia a un hombre que era responsable de la gestión de los fondos de la Iglesia en el Banco Popular y que fue contratado por el Santander dos meses antes de la resolución: Eduardo Pomares.

Este movimiento de Santander cobra mucho más sentido en base a las declaraciones en la Audiencia Nacional y a la documentación sobre el Proyecto Neptuno. La estrategia del banco presidido por Ana Patricia Botín no era solamente intentar atraer los fondos de la Iglesia, sino que, una vez ejecutada la operación, Pomares se encargara de retener a un cliente tan importante que le garantizaba al Santander depósitos y productos financieros por un valor cercano a los 10.000 millones de euros.

La salida de Pomares del Popular se produjo unos días después de que Saracho publicara el hecho relevante sobre la reexpresión de las cuentas y de la Junta General de Accionistas y unos días antes de que el Santander empezara a preparar el Proyecto Neptuno. El fichaje de uno de los directivos clave del Popular en esas fechas no pudo ser una casualidad.

En concreto, el hecho relevante publicado el 3 de abril de 2017 sobre la reexpresión de las cuentas tuvo una incidencia en los resultados de 2016 muy poco significativa, por más que se le quiso dar una mayor importancia, sobre todo después de hacerla coincidir con la filtración por parte de Saracho de la salida de Pedro Larena. Sin embargo, sí tuvo una consecuencia en los depósitos y en el valor de la acción en bolsa que, en realidad, era lo que se pretendía. Ese hecho relevante fue preparado por Uría y Menéndez, el despacho de cabecera del Santander.

El discurso de la Junta de Accionistas fue otro de los puntos que señalaron los peritos del Banco de España como clave para entender la crisis de liquidez que llevó al Popular a la resolución. Según la declaración de Carlos Balado en la Audiencia Nacional, Emilio Saracho afirmó unos días antes, en un off the record a un grupo de periodistas de grandes medios, que el valor del banco era cero. Por otro lado, el discurso del entonces presidente de la entidad en la Junta fue un golpe brutal tanto para el valor de la acción como para la liquidez.

Ese discurso de Saracho transmitió a los clientes, a los accionistas y, sobre todo, al mercado fue que realmente no había ningún plan de recuperación de la entidad sino sólo una previsible ampliación de capital o una operación corporativa de venta. Un mensaje demoledor, como bien demostró la reacción del mercado. «Yo no he visto jamás a ningún Presidente de una entidad que hable mal de su propia entidad», afirmó Balado en sede judicial.

Por el lado del Santander, y según declararon Ana Patricia Botín y Rodrigo Echenique, la preparación del Proyecto Neptuno comenzó unos días después de la salida de Pomares del Popular. En concreto, la presidenta del Santander dijo que las presentaciones de dicho proyecto se realizaron entre los días 3 y 15 de mayo de 2017. Casualmente, apenas dos semanas después de que Pomares se incorporara a la entidad cántabra.

El Santander se jugaba, entre acciones, fondos y productos de la Iglesia casi 10.000 millones de euros y no tenía confianza en que los diferentes organismos eclesiales se mantuvieran en la entidad cántabra una vez que se produjera la resolución y la compra. Por tanto, el fichaje de Eduardo Pomares no fue más que un nuevo movimiento encaminado a gestionar el patrimonio y a los clientes que sabía que iban a ser suyos. Y todo esto, sucedió en el mes de abril 2017.

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