Banco Santander: posibles pérdidas de casi 20.000 millones de euros

12 de Marzo de 2021
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Ana Botin Pérdidas

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Banco Santander comunicó al mercado el 3 de febrero de 2021 que había obtenido un beneficio ordinario de 5.081 millones de euros en el ejercicio 2020.

Titular Nota de Prensa de Banco Santander comunicada a los medios de comunicación el día 3 de febrero de 2021

Sin embargo, las propias cuentas de la entidad presidida por Ana Patricia Botín podrían revelar un escenario mucho más negro, puesto que habría podido llegar a incurrir en unas pérdidas cercanas a los20.000 millones de euros.

Según la comunicación pública, «Santander registró en el segundo trimestre una actualización del fondo de comercio de sus inversiones históricas y de los activos fiscales diferidos (DTAs), lo que generó un cargo extraordinario sin efecto en caja de 12.600 millones de euros. En el cuarto trimestre, la entidad registró nuevos cargos por valor de 1.146 millones, principalmente por costes de reestructuración. Como consecuencia de lo anterior, Santander obtuvo un beneficio atribuido de 277 millones de euros en el cuarto trimestre y una pérdida atribuida de 8.771 millones de euros en el conjunto del año».

Entonces, ¿cómo es posible que anunciaran que habían obtenido un beneficio atribuido de 5.081 millones si ellos mismos reconocen pérdidas de 8.771 millones de euros? Veamos cómo, con una maniobra contable, se consiguen reducir las cifras.

Esta es la tabla de beneficios ordinarios publicada por Santander:

En la nota a pie de tabla se verifica que en el cálculo de resultados no computaron las pérdidas por 12.600 millones de euros correspondientes a la actualización del fondo de comercio ni de los DTA.

Por otro lado, en el año 2020 Santander ha perdido 10.400 millones de euros por el tipo de cambio que, como viene siendo habitual, no ha imputado en la cuenta de resultados, sino que lo ha cargado en el patrimonio. Esto ya es habitual en el banco cántabro, puesto que, tal y como publicamos en exclusiva en este medio, en el ejercicio 2017 perdió más de 8.000 millones por este concepto.

Puede que sea legal hacerlo así, pero no es éticoni para los clientes ni para los accionistas, puesto que, en realidad, lo que se está haciendo es alargar la imputación de esas pérdidas hasta el momento en que la entidad decida vender, en el corto o en el largo plazo, las filiales en el extranjero. Entonces será el momento en que el Santander se vea obligado a imputar pérdidas milmillonarias en sus cuentas. ¿Qué ocurrirá entonces, sobre todo cuando está en juego una más que probable macro fusión con uno de los bancos más grandes del mundo?

Por tanto, si sumamos la pérdida atribuida de 8.771 millones de euros a las pérdidas por el cambio de divisas de 10.400 millones, tenemos una cifra de -19.177 millones que es, en realidad, lo que podría haber perdido Santander en 2020. El BCE, ante un banco que tiene un resultado negativo por estas cantidades, ¿no debería ordenar una inspección urgente por el riesgo que supone para el sistema financiero de la Eurozona?

Por otro lado, los grandes mercados latinoamericanos donde el Santander obtiene sus mayores beneficios, como Brasil y México, y el estado en que se encuentran sus economías, la situación para el banco presidido por Ana Patricia Botín puede ser catastrófica, en línea con las advertencias del FMI que en 2017 ya advirtió que el Santander era un «peligro sistémico». El populismo de extrema derecha de Bolsonaro y el de (no se puede calificar ideológicamente) López Obrador colocan a la entidad cántabra con una perspectiva muy negativa. Y eso debe ser auditado tanto por los organismos económicos europeos como los españoles y, si así no fuera, el Ejecutivo de coalición de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias deben actuar, no rescatando al Santander, sino tomando decisiones valientes, incluso llegar a la retirada de licencia si así fuese necesario.  

Fuentes consultadas por Diario16 afirman que «por un lado afloran pérdidas que no tienen más remedio que hacer públicas, pero, al mismo tiempo, siguen ocultando el impacto del cambio de divisas».

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