“Hemos encontrado un entrenador (Raffaele Palladino) bueno, amable y capaz de estimular a nuestros chicos. Yo también he dado un extra de motivación a los jugadores y les he dicho que si ganamos al Milan, a la Juventus… a uno de estos clubs grandes, les mando un autobús lleno de prostitutas al vestuario”, prometió a finales de año Silvio Berlusconi, ex primer ministro italiano y propietario del AC Monza. Ahora, desde el club, parece que le piden que cumpla su palabra, pero il Cavaliere matiza su comentario al asegurar que fue una “simple broma de vestuario”.
Las palabras de Berlusconi no pasaron desapercibidas en su día, y algunas personas como la diputada del Movimiento 5 Estrellas, Chiara Appendino, declararon que la primera ministra, Giorgia Meloni, debería opinar sobre esta “miserable” y “peligrosa” arenga de uno de sus socios de gobierno. “¿Nos callamos y transmitimos este mensaje a nuestras hijas, Giorgia? ¿Es lícito que las mujeres sean consideradas objetos sexuales, premios a entregar como si fueran bienes comprados en el mercado?”, interpeló Appendino a Meloni. “Espero que Meloni y todas las mujeres y hombres de Forza Italia y los que componen esta mayoría de gobierno se distancien y condenen estas viles palabras pronunciadas como si nada, frente a cientos de personas”, pidió Appendino.
“Qué asco”, escribió en Twitter el líder de Acción, Carlo Calenda, mientras que la senadora de Italia Viva Daniela Sbrollini lamentaba que la sociedad italiana esté ya más que habituada al lenguaje “siempre” misógino de Berlusconi.
Por su parte, la diputada del Partido Democrático Laura Boldrini calificó el comentario de Berlusconi de “indigno” y de “innoble” más teniendo en cuenta que proviene de un senador de la república y líder de un partido, Forza Italia.
“Una vergüenza para todos los hombres y mujeres de Italia. No podemos acostumbrarnos a esta misoginia y a esta vulgaridad”, denunció a su vez el líder adjunto de la coalición formada por Alianza Verde y La Izquierda en la Cámara, Marco Grimaldi.
Por su parte, Berlusconi se defendió lamentando la “falta total de humor” de sus oponentes. “Francamente, no pensé, y nadie podría haber imaginado, que una simple broma de vestuario, lúdica, y claramente paradójica hacia mis jugadores de Monza pudiera suscitar comentarios tan malévolos como triviales y poco realistas. Compadezco a estos críticos”, declaró.
