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Carta a los soldados rusos y ucranianos (y a los de otras guerras)

20 de Agosto de 2023
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Supongo que lo estáis pasando muy mal, lejos de la familia, de las amistades, del trabajo, de la casa, de la ciudad donde vivíais; que estáis pasando frío, calor, hambre... y que vivís en la incertidumbre de qué pasará cada día, cada hora, cada minuto, sobre todo, si estáis en primera línea, cuando empieza el combate y veis caer muertos, heridos, mutilados a los compañeros. Y eso, os enciende la rabia y el odio contra aquellos que lo han causado.

Vuestros líderes os llaman héroes, pero estáis haciendo lo que nunca habéis pensado hacer, las heridas en el cuerpo son dolorosas, pero las heridas en el alma son... ¿sabéis ponerle nombre?

Supongo que en el frente no tenéis demasiado tiempo para reflexionar (en general, nosotros tampoco). Sobrevivir y basta. Desde mi humilde posición de haber sido objetor al servicio militar obligatorio y desde mi ignorancia al no haber sido soldado en ninguna guerra, no me puedo estar de haceros algunas preguntas para entender lo que estáis viviendo (y para intentar comprender nuestro silencio y complicidad).

¿Por qué motivo os estáis jugando la vida y la salud? ¿para defender unas ideas y unos valores? ¿o para ganaros un sueldo? ¿o porque os han reclutado a la fuerza?

En el primer caso, ¿estáis arriesgando la vida y estáis poniendo en peligro vuestra integridad física y moral para defender vuestra patria? ¿para proteger a vuestra población? ¿para evitar que vuestro país sea agredido, invadido, ocupado? o quizá ¿porque quiréis liberar a la población de gobiernos autoritarios o de oligarcas corruptos?

¿Estáis seguros de que la guerra es el mejor medio para defender la causa justa en la que creéis? Y si es así, ¿cómo puede ser que tanto unos soldados como los otros pensáis que vuestra causa es la justa y que la del otro es una causa equivocada o maléfica?

¿Estáis seguros de que el otro soldado es vuestro enemigo y que matándolo antes de que os mate podréis imponer la justicia y la libertad para todos, también para liberar a la población a la que vuestro enemigo dice defender?

¿Cómo defendéis vuestra gente si cuando más avanza la guerra más bombardeos sufre, más personas mueren o quedan heridas, traumatizadas o mutiladas, pierden las casas, el trabajo, pasan hambre y frío... y viven con miedo, mucho miedo?

¿Estáis seguros de que las familias y amigos, que las poblaciones que defendéis, comparten lo que estáis haciendo? Como sufren por vosotros quizá os animen. Pero ¿estáis seguros de que no tienen también dudas sobre las causas reales de la guerra y no ven a quién está beneficiando y a quién está perjudicando?

Si al inicio del conflicto unos y otros teníais razones para adheriros a las proclamas bélicas de vuestros líderes, con el horror de la guerra que sufrís y que infringís, ¿dónde quedan estas razones? ¿Creéis que la guerra causa menos dolor y destrucción de los que quería evitar?

La prensa, las teles, las redes de cada lado alimentan la espiral de odio y venganza: sólo los otros son unos criminales, unos genocidas, no tienen corazón, hacen atrocidades... Pero vosotros sabéis que difícil es no caer en la espiral de odio y venganza de la guerra. La guerra hace salir lo peor de nosotros contra los otros y hace salir lo mejor de nosotros con los nuestros. Pero, bien mirado, desnudos, sin uniforme, bajo las estrellas... ¿somos tan diferentes los unos de los otros?

¿Estáis seguros de que no os están engañando? ¿Que no estáis poniendo los muertos en una guerra que no es la vuestra? ¿Estáis seguros de que gobernantes y empresarios no os tratan como piezas de ajedrez en sus estrategias de acumular poder y dinero? ¿No os sentís como unos conejillos de indias con quién están haciendo destruir armamento obsoleto y con quién están probando de nuevo?

Si creéis que estas preguntas no tienen sentido y que, incluso, ofenden vuestro honor y coraje, lamentablemente seguiréis matándoos hasta la derrota final (¡entre el pueblo no hay nunca vencedores!).

Si sentís que las preguntas os inquietan, que resuenan en dudas que ya tenéis, dejaros de matar. Podéis declararos objetores, insumisos, prófugos o desertores. Einstein, decía que "los objetores al servicio militar son los pioneros de un mundo sin guerras". La guerra termina cuando no quedan soldados dispuestos a matar: o bien porque han muerto o bien porque han cesado, se han plantado o han huido.

¿Es cobarde quien arriesga la vida para no tener que matar otra vida? ¿Qué orgullo, valentía e inteligencia representa matar a un ser humano para resolver un problema político? ¿Es cobarde quien arriesga la vida en la resistencia noviolenta, - civil, no militar-, para hacer inviable la ocupación? ¿Qué tipo de coraje pide una defensa noviolenta basada en no cooperar y desobedecer al ocupante, sin querer poner en peligro la vida, ni la de los nuestros ni la de los otros?

Esta noche de luna nueva y lejos de ciudades iluminadas, quizás como algunos de vosotros, he podido admirar el cielo estrellado. ¿Qué sentimos cuando nos damos cuenta de que lo que parece una nube es la Vía Láctea?  Sí, ¡nuestra galaxia con unos 200.000 millones de estrellas! No creemos que es ridículo que nos estemos matando en un pequeño planeta – la Tierra - de una pequeña estrella – el Sol – que forma parte de una galaxia – la Vía Láctea – que sólo es una de los 2 billones de galaxias que reúnen infinitud de estrellas - dicen que hay tantas como granos de arena en todas las playas de la Tierra!

¿No deberíamos estar colaborando? -todos los habitantes de la Tierra son de los "nuestros"- y, ¿celebrando el "milagro" de la vida en este pequeño y bello planeta?

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