Casado medita dar plantón a Sánchez y reventar los Pactos de la Moncloa

14 de Abril de 2020
Actualizado el 02 de julio de 2024
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CAsado Coronavirus

Mientras el parte de guerra contrael coronavirus sigue aumentando la lista de bajas, Pablo Casado estudia nuevas ideas para empeorar la situación delpaís. El político del Partido Populares como aquel profesor Bacterio deltebeo Mortadelo y Filemón de nuestrainfancia, solo que en lugar de jugar con pócimas químicas e inyeccionessecretas él es más de recetas políticas demagógicas, manuales ‘trumpistas’ ylaboratorios de ideas para la construcción de la nueva extrema derecha mundial.Ya no se trata de que el líder popular se esté dedicando a hacer oposición altamenteradiactiva, ácida, destructiva, en un momento especialmente crítico en el quetodo el país arrima el hombro, sino que cada paso que da parece tener un solo yúnico objetivo: derribar al Gobierno Sánchez.

Casado, en connivencia con su socioprincipal, el ultraderechista SantiagoAbascal, ha visto grietas y fisuras en el Ejecutivo –como las desavenenciasentre Moncloa y el vicepresidentesegundo, Pablo Iglesias, a cuentadel levantamiento de la hibernación de la economía− y pretende agrandarlashasta hacer estallar la coalición de izquierdas. Hoy mismo, el PP ha informadode que no tiene “ninguna decisión tomada” sobre si su líder acudirá a lareunión de los nuevos Pactos de laMoncloa que ha anunciado el presidente del Gobierno y recuerda que antesespera una conversación telefónica para que Sánchez le explique cuál es su plancontra el coronavirus, ya que supuestamente “lleva diez días sin llamar” aljefe de la oposición.

El discurso del candidato a presidente(algún día) es cada vez más duro, demagógico y enrocado en el no a todo. “Yo loque le pido son pactos por las mascarillas, pactos por los test, pactos paraevitar el paro. Que no baje los brazos, que no tire la toalla. Hay que evitarla destrucción porque no es lo mismo reconstruir un país con un millón más deparados que con tres más”, ha asegurado en una cadena de televisión amiga. Suspalabras suena a discurso de altos vuelos solo que, por mucho que trate detravestirse con el disfraz de hombre de Estado, a Casado se le ve a la leguacuáles son sus objetivos reales, sus intenciones, sus ambiciones personales.Todo el mundo en España sabe ya a lo que juega el aspirante a Aznar. Todo el país ha visto que no leinteresa acabar con ningún otro virus que no sea el sanchismo podemita. Alpresidente del PP le horroriza aún más el ente macrobiótico de dos patas concoleta y chaquetas americanas de Alcampoque el extraño y mortífero virus de Wuhan.Sueña con cargarse a Pablo Iglesias acualquier precio y no parará hasta verlo fuera del CNI, fuera de las reuniones del Consejo de Ministros, fuera de España si es posible. A Casado le importamás bien poco debatir sobre aburridas curvas aplanadas, sobre virologíaavanzada e inversiones sanitarias y vacunas. Él va a lo que va, al tema, al salvajejaque al rey, a su particular juego de tronos que por momentos se convierte enun infantiloide Risk donde se tratade acorralar a Sánchez hasta dejarlo sin dados ni piezas.

Mientras los españoles luchan porsobrevivir en medio del apocalipsis sanitario y económico, mientras los médicosy enfermeras se parten el espinazo por salvar una vida más y la Seat se afana por construirrespiradores de oxígeno, Casado hace estrategia cortoplacista, cábala, calculo,maquinación, intriga y conspiración para quitarse de en medio a un rojazo quele molesta no solo a él, sino a sus amos de siempre: la patronal, la banca y elfranquismo sociológico hoy representado por Vox. El jefe de Génova 13 no quiere desinfectar España de bichosmicroscópicos que parecen salidos de otro mundo. Él solo desea que las cosas levayan mal a Sánchez, el cuanto peor mejor de Rajoy elevado a la enésima potencia y con miles de muertos. Suplan, más que erradicar la epidemia, es erradicar a la izquierda y llevarnos anuevas elecciones, aunque sea a costa de que el país se hunda también.

Curiosamente, el Gobierno aún no haperdido la fe, y ayer lunes fuentes de Moncloa daban por hecho que Casadoacudirá a la reunión que Sánchez tiene previsto convocar con los partidos y losagentes sociales para trazar los planes de “reconstrucción social y económica”de España. Pero en el PP tienen otros planes muy diferentes a aquellos noblespactos del 77 que permitieron salvar el país y la democracia misma. Hoy eljuego político es muy diferente a entonces; no se trata de trabajar por el biencomún como hicieron Suárez, Felipe,Fraga y Carrillo. Aquí de lo que se trata es de tocar poder a costa de loque sea, de pillar cacho, aunque para ello haya que mandar a la UME a la Moncloa para que saque de allíal parásito Sánchez. Por la fuerza, a empellones y fumigando con los equipos dedesinfección cada rincón contaminado de malignasideas comunistas.  

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