Cienosos cumple cien años (¿o sólo cincuenta?) no sé

23 de Mayo de 2016
Actualizado el 02 de julio de 2024
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Era una fiesta sorpresa. Detesto las fiestas sorpresas. Una vez me hicieron una, iniciativa de Bella dos Santos, y no aparecí hasta dos días después. En casa había globitos, vasos sucios y migas y basura por el suelo. Debían habérselo pasado bien. A Bella, Bela, tardé varias semanas en volverla a ver. (Y hubo un momento que se fue, realmente se fue, pero esa es otra historia, y no la voy a contar aquí).Otra vez me hicieron otra. Otra fiesta sorpresa. Para que no pasase lo del que festejado pudiera no aparecer la montaron en El Ring: mi bar favorito, al que acudí cada noche hasta hace apenas un mes (otra historia eguén, ya la contaré). Mi amigo Marcelo El Frío (he conocido a muchos El Frío) aún no había muerto, tenía que ser quien me condujese al redil. Estaba esa noche, dicen, ese editor italiano que una vez se había interesado en La Trilogía de la Supervivencia. El "dicen" lo escribo no porque me escaquease de nuevo aquella segunda vez, sino porque no recuerdo ni un minuto de lo que pasó. Es lo que tienen mis bailecitos suicidas con el juego del beber.Había ido a visitar a mi El Frío actual, siempre trato mis peores vicios con el mismo respeto que si fueran buenas costumbres, y fue él quien me contó.-Cienos cumple hoy y el saterdei le montamos fiestuki. Ven.Fui. Ay.Había hasta niños. Lo juro. ¡Hasta niños! Llevaba mi petaca de burbon y pude disimular mientras los demás le daban a la cerveza y a la sangría. Mi gran amigo Cienosos, el mejor que he tenido entre los humanos, entre los seres de no ficción, y seguro que el mejor que tendré nunca jamás, no sólo no le estaba dando al alcohol.-Pero joder tío, si es tu cumpleaños.¿Cumpleaños? Ni siquiera probó la tarta. Que esa sí, me encantó y en cuanto he encontrado una foto en el fakin feisbuk me la he bajado para mirarla y poder decir en voz alta: "No puedo, juro que no puedo, que no me lo puedo creer".-Yo no voy a tomar tarta -dijo Cienosos-. Me la ha prohibido el médico. El azúcar.¡El azúcar! ¿Qué azúcar?Fue una fiesta maravillosa, me lo pasé increíblemente bien (dentro de mis posibilidades, of cors). Delicia total ver a mi amigo feliz, con una chica maravillosa que lo cuida y adora, todos sus colegas de toda la vida haciéndole la ola, él portándose como un oso amoroso...Maravilloso, ya digo. Me encantó ir. Pero no creo que pueda demorar demasiado el meterme en una nueva aventura y llevarme a mi amigo Cienosos, a la versión de él que los demás no pueden ver, sólo yo. Cogerle la mano y convertirlo en ficción otra vez. Salvaremos a mil putas en apuros, nos reiremos de la pasma y de las gentes de bien. Y por supuesto beberemos sin parar, y cuando alguien saque una tarta él se la comerá entera, porque si un médico en mi imaginario Mad Madrid intentase prohibirle algo, Cienosos se lo comería, y yo también.Feliz cumpleaños, Cienosos. ¡Cómo les engañaste a todos! Con eso de que eran cincuenta años los que cumplías y que luego te ibas a ir a dormir. Yo sé que fueron cien, cien años, y serán cien más (te lo prometo), y también sé -lo recuerdo mejor que ninguna fiesta sorpresa que cuando todos se durmieron tu espíritu salió de la cama, te subiste a mi viejo Corvette del 63 y se iluminó para nosotros, sólo para ti y para mí, la magia inacabable de la ciudad que llamamos -y el mundo así la llamará para siempre- Mad Madrid.Tigre tigre.
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