Era una noche de primavera, no especialmente calurosa, en realidad más bien fría, pero al salir de nadar, y de modo casi automático, me dirigí a mi heladería favorita: Sienna, en la calle Narváez. Y allí conocí a un tipo llamado Alex, que estaba triste. La gente triste siempre es un desafío para mí; seguro que puedo hacer algo por ellos, aunque sea nimio; contagiarles quizá un poco de mi habitual alegría. Así que hablé con él un rato, y como sufría mal de amores le dije que le llevaría un ejemplar de Sonríe Delgado, que aunque fue publicitada como una novela negra cuando fue elegida como la finalista del Nadal, en realidad es una novela de desamor. Todos los que hemos vivido lo suficiente conocemos el desamor, el abismo que se abre ante nosotros cuando nuestros mejores sentimientos encuentran como respuesta solo el vacío.
Volví a encontrarme con Alex días después. Me hallaba totalmente fugado del mundo haciendo una foto del escaparate de J de juegos (calle Menorca con Fernán González). No le reconocí, ni siquiera le miré, pero nos pusimos a hablar otra vez, y sucedió que llevaba el ejemplar de Sonríe Delgado en el maletero del coche. Se lo entregué y firmé. Dimos juntos un paseo largo. Y me contó que era judío, que trabajaba como ingeniero industrial especializado en energía solar, que se había caído en el abismo y había estado a punto de no contarlo, y que su sueño era montar su propio restaurante.
Aún no lo tiene, pero ya ha dado varios pasos. El más significativo hace unos días, que montó una cena sefardí en el Pirulo de la calle Narváez. Me habría gustado ir con mi chica, que sabe apreciar la comida, pero no pudo ser, y acabé llegando solo y muy tarde. Pero la cena había sido un éxito y Alex estaba contento. Su madre, que había venido a verlo desde Argentina, era la segunda cocinera.
Parece que el restaurante, su sueño, acabará siendo una realidad. Pero a mí, sobre todo, lo que me alegró, fue verle contento (se puede apreciar un halo de felicidad cansada, el esfuerzo, en la foto que le hice y acompaña esto texto, al que también añado el menú).
Excelsior.
