Algún Goya para el Rey tuerto

07 de Febrero de 2017
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EL REY TUERTO

No, no ha tenido ningún Premio Goya “El Rey Tuerto”. Una nominación tuvo, creo, nada más. Es ésta una película extraña, acaso con altibajos, no redonda, dirían los entendidos, pero fresca, diferente, valiente, con unos diálogos rápidos, curiosos, ágiles, un guión interesante y algunas reflexiones muy pertinentes para estos tiempos oscuros para tantos.

En “El Rey Tuerto” una amiga invita a cenar a otra. El marido de la primera es policía. La invitada aparece con su pareja que lleva tapado un ojo porque se lo han reventado en una manifestación las fuerzas y cuerpos de seguridad con una pelota de goma. Pero todo eso se va sabiendo poco a poco y el tono de la cena va subiendo.

El policía, que no ha rebelado que lo es, va defendiendo la legalidad vigente, da vueltas al argumento de la paz social y la seguridad, mientras el tuerto pone en tela de juicio todo eso con un tono tranquilo, ayudado por una especie de ceceo que le hace más entrañable.

En un espacio cerrado, el pequeño piso de la pareja, transcurre toda la película, prácticamente. Pocos actores, eso sí, eficaces, estupendo el policía. Poco decorado. Ningún elemento especial. Nada reseñable en cuanto a fotografía o ambientación. Pero algo hay en esa película que acoge al espectador y lo retiene.

Algo de humor, también. Ácido. Un puntito de ironía. La justa. Y un descarnado paseo por las contradicciones del ser humano, posiblemente.

Y la película va entrando en un terreno peligroso. El tuerto va convenciendo al policía de lo absurdo de su misión: defender que no se quemen contenedores de basura y acabar reventándole a él, una persona bastante decente, un ojo. Y el policía se convence y luego ya se le va la cabeza por derroteros extraños, nada convencionales.

No es una película al uso, tampoco una maravilla, pero, qué quieren, yo le hubiera dado algo, si en mis manos estuviera conceder los premios. Igual que le dieron a la canción original que dice “…es indecente, gente sin casa, casas sin gente…”La misma idea, pero en la del tuerto en más bestia. Poesía de cloaca.

No he visto todas las películas, así que no puedo opinar sobre su calidad, ni puedo compararlas con ésta. Sí he visto y es preciosa, “Un Monstruo viene a verme”, sobre todo porque trata un asunto tan tremendo como la maldita enfermedad que nos acorrala, desde una extraña fantasía tétrica, pero poética a un tiempo.

Fue poco reivindicativa la gala, dicen los comentarios. Flojita Ana Belén, añaden. No vi a Pablo Iglesias allí porque vi sólo un trocito, pero estuvo y se paseó por todos los lados con su traje o chaqué, no sé bien qué era, no lo vi de cuerpo entero, y su pajarita negra, como el año pasado, decía. Yo, que adoro el cine, hasta puedo entender que se vista para la ocasión. Pero no puedo entender que luego vaya siempre con la camisa remangada. No comprendo muy bien qué razonamiento le lleva hasta esa pose. No acabo de saber si actúa ahora o cuando va al Congreso, sede de la soberanía popular.

En todo caso, eso son minucias. Dicen que el cine español está en un buen momento, que así sea.

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