Otro hombre es posible

10 de Mayo de 2020
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MargaretThacher fue la Primera Ministra del Reino Unido que más tiempo estuvo en elpoder durante el pasado siglo. Cómo jefa del gobierno sus políticas supusieronuna completa transformación del país al apoyar la privatización de empresasestatales, de la educación y de los medios de ayuda social, y disminuir el poderde los sindicatos.

Sufrase “Quiero una nación de individuos independientes, y no su alternativa, quees una nación de gente cada vez más dependiente del estado”, pronunciada alsubir al poder es definitoria de lo que sus mandatos significaron para la población.

Daniel Blake, un carpinteroinglés de 59 años, tras dejar eltrabajo por problemas de corazón, tiene que solicitar las ayudas públicas parasobrevivir. Pero a pesar de que los médicosle han prohibido trabajar, la administración le obliga a buscar un empleo queno puede desempeñar, si quiere percibir una prestación económica y no ser sancionado. Durante unade sus visitas a la oficina de empleo Daniel conoce con Katie, una joven madrede una niña y un niño.

Lahistoria de Daniel es en la consecuencia de las políticas neoliberales queMargaret Thacher impulsó en el país, privatizando lo público, suprimiendo losservicios sociales y cualquier vestigio de un estado que pudiera llamarse delbienestar.

“Yo, Daniel Blake” es una muy buena película dirigidapor Ken Loach, con un gran guión de Paul Laverty. Una entrañable y desoladora narración que nosmuestra las crueldades e incongruencias de una política que cosifica a laspersonas transformándolas en números, y la crueldad de una Administración insensibleque no sirve a los ciudadanos, situándonos ante la visión de una realidad queno es la que vivimos, a la que aspiramos, ni la que los medios nos enseñan,sino aquella que padecen cientos de miles de conciudadanos, hombres y mujeresque día tras día son expulsados del sistema, condenados al olvido y a ladestrucción personal, sin que a nadie parezca importar.

Nos cuenta la auténtica verdad de estas economías neoliberales que pregonan las bondades de la libertad individual y la austeridad económica, a costa del sufrimiento humano.

La película muestra las incongruencias de una política que cosifica a las personas transformándolas en números y la crueldad de una Administración insensible que no sirve a los ciudadanos

Lahistoria dura, sensible, afectiva, nos conmueve desde el minuto uno y no nossuelta. El tiempo transcurre lento y rápido, imperceptible sin lugar alcansancio hasta sorprendernos con un final que no esperáramos ni deseamos y quenos vuelve a estremecer, aunque sin derramar una lágrima, ni dejar espacio parael melodrama. Hermosa, bella, cruel, la vida de Daniel Blake, con quien esimposible no empatizar e identificarse.

Peropara mí si la película destaca y se singulariza de todas las demás, es en suapuesta por la puesta en valor de un modelo de hombre diferente, alejado delpatriarcado y del machismo, que no responde a los patrones clásicos. Un hombreque basa su masculinidad en la empatía, la afectividad, la ternura, y loscuidados, y no en la superioridad, la agresividad, ni las violencias.

Nostrae la visión de un hombre que lucha sin violencia contra la burocracia de lasnormas de un sistema perverso e injusto, que se vuelca en los cuidados a unadesconocida y sus hijos con una humanidad que nos sorprende, haciéndonos ver que lo anormal y extrañopuede ser normal y cotidiano.

Yo,Daniel Black es una estremecedora historia de cuidados mutuos, que nosdemuestra que otro hombre es posible. Véanla.

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