Florine Stettheimer (1871 - 1944) fue una figura central en la escena artística de Nueva York entre las dos guerras mundiales, aunque su reconocimiento se hizo esperar hasta bien entrado el siglo XX. Pintora modernista y poeta, Stettheimer no solo desafiaba las normas artísticas de su tiempo, sino que también exploraba y cuestionaba las convenciones sociales a través de su obra. Su legado, sin embargo, quedó eclipsado durante décadas hasta que la historiadora del arte Linda Nochlin la rescató del olvido en los años 70, destacando su contribución única y visionaria al arte moderno.
Un arte provocador y satírico
Florine Stettheimer es reconocida por su estilo distintivo y sus temas provocativos. En una época en la que pocas mujeres podían expresarse libremente en el ámbito artístico, Stettheimer rompió barreras con su obra. Fue la primera mujer en crear un autorretrato feminista en el que posaba desnuda, una declaración audaz sobre la autonomía y el empoderamiento femenino. Sus pinturas eran satíricas y abordaban temas como las razas y la androginia, desafiando las rígidas normas de género y sociales de su tiempo.
El impacto de su trabajo es evidente en piezas como "Family Portrait II" y "Cathedrals of Broadway", donde su uso del color y la composición no solo capta la vitalidad de la vida urbana, sino que también ofrece una crítica mordaz de la sociedad contemporánea. Su obra "Nude Self-Portrait" es emblemática por su audacia y originalidad, rompiendo con las representaciones tradicionales de la mujer en el arte.
En uno de sus muchos poemas, escribió:
Tiempo
Ruido
Color
A mi lado.
A mi alrededor
Me golpeó
Jarrme acariciado
Huirme.
Me sí labásca
Sonriendo
Canto
Obligarme en alegría a pintarlos
Un legado redescubierto
La obra de Stettheimer permaneció en gran parte desconocida hasta que Linda Nochlin, una pionera en la historiografía del arte feminista, la trajo de vuelta a la conversación cultural. Nochlin destacó cómo Stettheimer, a través de su "estilo Rococó subversivo", utilizaba la estética decorativa para transmitir mensajes profundos y complejos sobre la identidad y la sociedad.
A partir de los años 70, la revalorización de Stettheimer continuó creciendo. En 1995, el Whitney Museum of American Art en Nueva York organizó una exposición retrospectiva que consolidó su lugar en la historia del arte. Más recientemente, en 2017, el Museo Judío de Nueva York presentó "Florine Stettheimer: Painting Poetry", una muestra que exploraba la intersección de su poesía y su pintura.
En las subastas y en los museos
El interés por la obra de Stettheimer no ha hecho más que aumentar. El 18 de abril, Christie’s Nueva York subastará dos de sus pocas pinturas que aún se encuentran en manos privadas, una ocasión rara y emocionante para coleccionistas y admiradores. Estas obras, que se exhibieron en la muestra de 1995 en el Whitney Museum, se estiman alcanzar hasta 360,000 dólares.
Una de las pinturas, "Tulips Under a Canopy" (ca. 1925), es un ejemplo destacado de sus bodegones florales, un tema recurrente en su trabajo. Esta obra, que muestra tulipanes de varios colores bajo un dosel teatral, encapsula su habilidad para combinar lo cotidiano con lo extravagante, y su percepción de las flores como objetos visuales, más que aromáticos.
La otra pintura, "Henry McBride on Winslow Homer" (ca. 1924), es un retrato del crítico de arte Henry McBride, conocido por su apoyo a los artistas modernistas. En esta obra, Stettheimer coloca a McBride sobre una reproducción de una acuarela de Winslow Homer, creando un juego de palabras visual que refleja su ingenio y su capacidad para fusionar la crítica con el arte.
Una figura central en el modernismo
Stettheimer no solo fue una artista innovadora, sino también una anfitriona y figura central en el vibrante círculo avant-garde de Nueva York. Junto con sus hermanas Carrie y Ettie, organizaba reuniones que atraían a notables como Marcel Duchamp, Marsden Hartley y Francis Picabia. Duchamp, amigo cercano, organizó una retrospectiva póstuma en el Museo de Arte Moderno en 1946, marcando la primera exhibición a gran escala de una mujer artista en el MoMA.
A lo largo de su vida, Stettheimer recibió elogios de figuras destacadas del arte. Andy Warhol, por ejemplo, la consideraba su artista favorita. Esta admiración perduró, y en 2022 la historiadora Barbara Bloemink publicó una biografía exhaustiva que reexaminaba su vida y obra.
Ella brilló con una luz que una vez escribió que era más visible cuando estaba sola:
Cuando conozca a un extraño.
Por cortesía
Me enciendo un suave
Luz rosa
Lo que se encuentra modesto
Incluso encantador
Es una protección
Contra el desgaste
Y lágrimas
Y cuando
Me deshago de
El Siempre-a-ser-Stranger
Enciendo la luz.
Y encabece conmigo mismo
Hoy, las obras de Stettheimer son parte de las colecciones permanentes de museos prestigiosos como el Metropolitan Museum of Art y el Museo de Arte Moderno en Nueva York, así como el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles. Su presencia en estas instituciones no solo reafirma su importancia histórica, sino que también garantiza que su legado continúe inspirando a futuras generaciones de artistas y espectadores.
Florine Stettheimer, con su combinación de modernismo, feminismo y satírica crítica social, ha logrado finalmente el reconocimiento que merece. Su visión audaz y su talento único la posicionan como una de las grandes artistas modernistas, una figura que continúa resonando en el mundo del arte contemporáneo.