El Premio del Flamenco Cajasol nació con una clara intención de perdurabilidad y consolidación en el tiempo a lo largo de los años. Con tesón, esfuerzo y mucha dedicación esta intención primigenia va camino de alcanzarse en apenas dos ediciones. Esa voluntad inicial la recordó el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, durante la celebración en Sevilla de la II Gala de los Premios del Flamenco Cajasol. No hacía falta que se celebrara en una noche tan emblemática como la de un 24 de junio, día de San Juan, para que este certamen sea ya por méritos propios “un referente en el mundo del flamenco”, como extensión natural de los consolidados Jueves Flamencos, recordó el presidente de la Fundación Cajasol durante una cita repleta de embrujo y buenas vibraciones artísticas y culturales.
Autoridades, artistas y seguidores del mundo del flamenco se dieron cita este pasado martes en la capital andaluza para rendir homenaje a tres figuras emblemáticas de este arte universal: el cantaor José Mercé, el guitarrista Paco Cepero y el bailaor Manolo Marín. Al encuentro no faltaron nombres reconocidos del flamenco como Arcángel, Lole Montoya, Manuela Carrasco, Aurora Vargas, Antonio Reyes o Diego Amador, que con su presencia otorgaron aún más caché si cabe a un encuentro artístico que en su segunda edición ya se ha consolidado como una cita ineludible en el panorama flamenco nacional.
Antonio Pulido: “Es una alfombra roja del flamenco, en la que nuestra tierra honra a las grandes figuras del género y reúna en una gran fiesta a quienes lo mantienen vivo”
La Gala contó como anfitriones con el propio presidente de la Fundación Cajasol y también con el coordinador del ya emblemático Ciclo de los Jueves Flamencos, Manuel Lombo, también organizado por la Fundación. La noche flamenca fue conducida por la modelo y empresaria Laura Sánchez. Pulido recordó de manera metafórica qué supone esta noche flamenca de Sevilla en un panorama nacional repleto de actividades. “Es una alfombra roja del flamenco, como me gusta decir, en la que nuestra tierra honra a las grandes figuras del género y reúna en una gran fiesta a quienes lo mantienen vivo”. Porque ahí está la clave del asunto: mantener con buen pulso y saludable un arte universal. Para ello, Fundación Cajasol viene poniendo, desde hace años, todo su empeño y esfuerzo por reunir periódicamente a lo más señero y granado de un arte que necesita mucho mimo y también vocación de esfuerzo, como el que cada año evidencia la política de fomento del flamenco que Fundación Cajasol tiene a lo largo de todo el año, con múltiples actividades y certámenes en todas sus sedes repartidas por la comunidad andaluza.
El embrujo de la noche del 24 de junio se inició sin más dilación con la impactante actuación de Águeda Saavedra. A continuación, el presidente de la Fundación saludó a todos los presentes y agradeció su presencia en un certamen que tiene en su horizonte el afán de perdurabilidad, con el objetivo añadido de “ser un referente en el mundo del flamenco” que se une a la cita de Jueves Flamencos. Pulido quiso ponen en valor el peso específico que los artistas homenajeados tienen en el panorama nacional e internacional del flamenco. “Estos nombres son el mejor indicador del peso que ha alcanzado el arte andaluz por excelencia. Son leyendas vivas del cante, el baile y el toque que coronan una edición en la que celebramos el flamenco como patrimonio y como industria cultural de primer orden para Andalucía y para España”, subrayó Pulido durante su discurso de bienvenida a todos los asistentes.
Pero la noche no quedó ahí en absoluto, ya que se presentaba intensa de emociones y con mucho duende. La energía incontrolable de María Terremoto inundó el escenario, junto a la maestría de Pedro Sierra y la arrolladora fuerza de la joven promesa del baile Alberto Sellés.
El momento especial del toque llegó de la mano de uno de los homenajeados: Paco Cepero, un maestro indiscutible de la guitarra flamenca, reconocido en el mundo entero, que subió al escenario acompañado por la consejera de Cultura de la Junta, Patricia del Pozo. En el acto también estuvieron presentes la alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo, y el director de la Bienal de Flamenco de Sevilla, Luis Ybarra.
El momento del baile fue para Manolo Marín, coreógrafo de referencia y maestro de maestros en el mundo de la danza. Su actuación fue presentada por el artista Manuel Lombo, que también ofreció unas entrañables palabras de admiración y reconocimiento al premiado en esta segunda edición. Por último, llegó el momento más álgido de la noche con el reconocimiento a José Mercé, que hoy por hoy es sin discusión una de las voces más representativas del cante jondo a nivel mundial. El propio presidente de la Fundación Cajasol hizo entrega de la distinción al cantaor jerezano, que entre otras muchas distinciones y reconocimientos a nivel planetario es Medalla de Andalucía (2010), Hijo Predilecto de Andalucía (2024) y Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2024). De este modo, Mercé cerró una noche especial con el flamenco como nexo de unión y Sevilla como ciudad anfitriona gracias al hacer de Fundación Cajasol, que tiene muy claro que su objetivo prioritario pasa por dotar de los resortes necesarios al flamenco para su reconocimiento y encumbramiento. Así, los organizadores de este II Premio del Flamenco Cajasol apuestan decididamente por la simbiosis perfecta de tradición e innovación como cóctel perfecto para potenciar un arte de admiración planetaria.
