La exposición permanente de Ángel Lage Lucendo

29 de Agosto de 2023
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El hombre propone y Dios dispone, reza el refrán; y cuando se vive en una ciudad como Mad Madrid el diablo tiende a poner todas las trabas posibles para que no podamos hacer nuestra voluntad. Eso es lo que me sucedió a mí con la exposición VIVENCIAS de Ángel Lage Lucendo en el Centro Valle Inclán. Me apetecía muchísimo ir, prometí que iría… no llegué a la exposición, volví a ponerlo en la agenda… no pudo ser… y al final descolgaron las pinturas y me quedé sin verla. Pero soy hombre de voluntad y se me ocurrió una solución. Ya había estado, el pasado verano, en casa de Lage Lucendo, y recordé que aquello era una exposición permanente. Ángel vive con Gema Granado, que también es pintora (amén de musa). Los llamé, quedé con ellos y por fin una tarde, muy calurosa, de la segunda quincena de agosto me pasé por su casa de El Escorial.

-¿Quieres algo de beber?

-¿Cerveza fría?

Estuvimos hablando un rato, del mundo y su circunstancia, pero enseguida pasamos al pasillo, que parece el de una galería de arte, y luego fuimos explorando los tres cuartos que la pareja dedica a la pintura (aunque en su dormitorio, por supuesto, también hay algunos cuadros).

Lage –si alguien quiere saber los detalles con precisión le recomiendo que entre en su muy interesante web: www.alagelucendo.es- ha pasado por tres etapas claramente diferenciadas como artista: pintor abstracto, ilustrador y en el momento actual es uno de esos tipos sorprendentes que jamás logrará igualar ningún software: dibuja lo que ve, y lo dibuja desde su alma generosa y distinta a cualquier otra. Siempre lleva encima un cuaderno y acuarelas y demás armamento para atrapar la realidad y llevársela a casa como se llevaba Nabokov a casa las mariposas que cazaba.

De todo lo que vi, y fue mucho, en casa de Ángel Lage Lucendo, me quedo con un cuadro. Un cuadro que nadie puede comprar, porque no está en venta, y que es una diagonal maravillosa que atraviesa entera su musa y esposa, Gema. Es un cuadro increíble, una obra inolvidable: los colores, la composición y sobre todo la atmósfera, porque es un cuadro que respira amor, que está lleno de amor y cualquiera que lo mire lo nota y se emociona. Lo fotografié, por supuesto, pero no voy a ponerlo como ilustración del artículo porque no quiero que nadie lo vea en la pantallita de un móvil y se quede a las afueras de su incontestable belleza, así que si alguien quiere verlo quizá pueda ponerse en contacto con Lage a través de su página web y pedir audiencia (no garantizo nada; yo utilicé mis mejores influencias).

Voy a acabar este artículo con otro refrán, en el que también aparecen las más altas divinidades:

Dios escribe derecho con los renglones torcidos que escriben los hombres.

Si hubiese podido ir a la exposición no habría pedido a Ángel y Gema que me abrieran las puertas de la galería natural, más natural imposible, que es su casa, y no habría visto el cuadro al que me he referido más arriba.

Doy gracias a ambos por su generosidad, por existir, y espero tener ocasión en el futuro de llamar otra vez a su puerta… ¡seguro que me vuelven a invitar a otra cerveza!

Excelsior

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