“La Marquesa de Parabere es una de las personas que más sabía de gastronomía sin haber frito un huevo”

La periodista y novelista Andrea Cabrera Kñallinsky se alía con el librero y editor Aldo García Arias para profundizar en la apasionante historia de la ‘Marquesa de Parabere’, un personaje histórico que revolucionó los recetarios de la gastronomía

06 de Abril de 2025
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“La Marquesa de Parabere es una de las personas que más sabía de gastronomía sin haber frito un huevo”
Andrea Cabrera Kñallinsky y Aldo García Arias. Foto: Marcos Cabrera.

Por aquel mítico restaurante madrileño no exento de historias de espionaje incluso, el Parabere, desfilaron figuras como Indalecio Prieto, Manuel Chaves Nogales, el mismísimo Hemingway o Rafael Alberti y André Malraux, entre otros muchos. Nadie podía resistirse a sus recetas innovadoras. La artífice de aquel milagro fue María Mestayer de Echagüe, la ‘Marquesa de Parabere’, nacida en 1877 en una familia acomodada de Bilbao. El dueto formado por una periodista y escritora y un librero y editor ha obrado el milagro de este libro, ofrecer al lector la historia de una mujer fascinante y también el retrato de toda una época a través del paladar. No puede haber mejor receta posible. De hecho, ha sido finalista del Premio de Novela Café Gijón de Novela.

El jurado que ha elegido esta novela como finalista del Premio de Novela Café Gijón destaca que se lee con un placer innegable, como los platos de los que habla”. ¿Juegan con ventaja al hacer de la gastronomía un tema principal de su novela?

No diríamos que jugamos con ventaja, en todo caso es uno de los temas que tratamos en el libro, pero no el único: también retratamos la cuestión social de la primera mitad del siglo XX en España, la cuestión política y sus cambios en esos tiempos convulsos, la imagen de la mujer… entre otros. Sí es cierto que María Mestayer y su pasión por la cocina es la columna que aúna a todos y eso nos ha ofrecido la posibilidad de arrojar luz sobre la época desde esa óptica gastronómica, por la que, actualmente, hay un interés creciente.   

Una periodista y un editor y librero deciden ejecutar a cuatro manos una novela sobre la historia de una mujer que existió. ¿Por qué se centraron precisamente en la historia de María Mestayer de Echagüe, Marquesa de Parabere?

No habíamos oído hablar de la Marquesa de Parabere, no sabíamos qué nos íbamos a encontrar tras el seudónimo, pero investigando enseguida nos dimos cuenta del potencial que tenía, no solo como personaje histórico excepcional, también porque ofrecía la posibilidad de fabular muchas intrigas verosímiles. Gracias a sus viajes, sus contactos y su forma de ser, conoció a infinidad de personas interesantes, auténticos protagonistas de la primera mitad del siglo XX español: muchos intelectuales, periodistas, pintores, políticos, sindicalistas, etc. que nos han permitido elaborar una jugosa novela coral.

“Fue una mujer singular que no se conformaba con ser una mera espectadora de la vida, como hubiera sido lo esperado dada su posición y su época”

Esa mujer tenía la vida resuelta al proceder de una familia acomodada. ¿Por qué creen que se sintió atraída por un mundo tan complejo como la gastronomía y la restauración?

Primero, por su personalidad y su posición, era algo que apreciaba mucho desde joven y hacia la que tenía una sensibilidad especial. Su paladar exquisito era reconocido. Además de degustar platos de distintas tradiciones culinarias y de probar los mejores restaurantes europeos, le gustaba leer sobre gastronomía, sobre su historia y mantuvo relación con los cocineros más importantes de entonces. Obstinada como era, dio un paso más en el campo gastronómico y se decidió a elaborar las mejores recetas en su casa en el momento en que se puso como objetivo lograr que su marido dejara de comer a diario en la sociedad gastronómica de Bilbao.

¿Se sorprenderá el lector ante la evolución personal y profesional de su protagonista, rompiendo clichés preestablecidos?

Rompiendo clichés, seguro, ya que la Marquesa de Parabere fue una mujer singular que no se conformaba con ser una mera espectadora de la vida, como hubiera sido lo esperado dada su posición y su época. Era conservadora de pensamiento, pero no de acción. Una anécdota que ilustra muy bien ese afán suyo por romper moldes es de su niñez, cuando su familia se mudó a Andalucía, por cuestiones laborales de su padre, y allí, a pesar de ser de Bilbao, ganó un concurso de sevillanas... ¡en Sevilla!

¿Qué misterio guardaba aquel restaurante mítico entre sus fogones y paredes?

Esa cocina atesoraba muchos misterios, no solo uno. El primero es cómo ha llegado a ser, la Marquesa de Parabere, una de las personas que más sabía de gastronomía sin haber frito un huevo. Los otros misterios se van desvelando, poco a poco, en la novela. Hay hasta una trama de espionaje. Al ser un lugar de reunión de los más insignes personajes de la época dio para muchas conspiraciones.

El negocio echó a andar apenas unos meses antes de estallar la guerra civil. Hoy, cualquier empresario del sector se habría echado las manos a la cabeza y habría cerrado al instante. Pero ella no lo hizo…

Abrir un restaurante de lujo, crear un lugar de encuentro en el que poner en práctica sus múltiples conocimientos de cocina y demostrar que no solo era una escritora de recetas, era su sueño. Una vez estalló la guerra, ella también se echó las manos a la cabeza, pero se hizo muy difícil salir de Madrid y sí, decidió seguir adelante con su gran proyecto adaptándose, de manera asombrosa, a la nueva realidad, pues la CNT colectivizó el Parabere.

La labor de documentación para recrear fidedignamente aquella época de mediados del pasado siglo en España ha debido ser ardua y constante, ¿no es así?

Sí, cada detalle de la novela está sustentado en algún documento. Ha sido una labor meticulosa y laboriosa que no siempre daba los resultados esperados, hay muchas lagunas, pero, por otro lado, nos ha llevado a encontrar sorpresas como la ubicación de la casa donde vivió en Sevilla, en su niñez, una carta al director en la revista culinaria de la época “El Gorro Blanco”, firmada por ella, en la que preguntaba una receta y se le respondía o una carta manuscrita de su marido, Ramón Echagüe. 

Si tuvieran que elegir entre escribir una novela a cuatro manos o llevar adelante un restaurante entre los dos desde los fogones, ¿tienen claro por qué opción se decantarían?

Claramente, ¡ya hemos decidido! Escribir se nos puede dar mejor o peor, pero, al menos, sabemos hacerlo.

ParabereAndrea Cabrera Kñallinsky y Aldo García AriasSiruela520 páginas24,95 €
Parabere Andrea Cabrera Kñallinsky y Aldo García Arias Siruela 520 páginas 24,95 €

 

 

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