“La última noticia”

Jorge Zavaleta Balarezo
26 de Abril de 2016
Actualizado el 23 de octubre de 2024
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El Grupo Chaski es un colectivo peruano de cineastas que inició una corriente de muestra y denuncia de la pobreza, la marginalidad, la violencia urbana a principios de los años 80. Es célebre su documental “Miss Universo en el Perú”, que contrastaba las imágenes de un concurso internacional de belleza con aquellas que mostraban las barriadas, asentamientos humanos de Lima, y la protesta de los habitantes por la existencia de un sistema que, aunque la democracia había retornado al país, seguía siendo excluyente y manejado por intereses únicamente empresariales. En los años 80, Chaski rodó, además, dos largometrajes, “Gregorio” y Juliana”, que igualmente mostraban las desigualdades sociales en una gran urbe así como el tránsito por las calles de dos menores, los que prestaban sus nombres a los filmes, víctimas, ellos también, de la inequidad y la anomia. Siguiendo las pautas del Neorrealismo, Chaski filmaba en plena ciudad y con actores no profesionales. Con el tiempo, películas realizadas en países vecinos de Sudamérica, se sumaron a esta temática, surgiendo filmes como “Pizza, birra, faso” (Argentina), “La vendedora de rosas” (Colombia), “Ratas, ratones, rateros” (Ecuador) y “Ciudad de Dios” (Brasil). El cine de la marginalidad, la estética de la miseria, el trato hiperrealista del grave tema marcaron un periodo histórico reciente, mientras la ideología y el modelo neoliberal, tan excluyentes e injustos, comenzaba a incursionar en el continente, desde fines de los años 80. Ahora, después de años dedicados a la distribución y promoción de filmes, Chaski retorna con una historia sobre los años de la guerra interna, aquellos de la violencia terrorista de Sendero Luminoso y la dura respuesta del Estado a través de sus Fuerzas Armadas. En “La última noticia”, dirigida por Alejandro Legaspi, el locutor-presentador de una radio en un pueblo andino (Pietro Sibille), ante la amenaza de la urgente situación, decide convertirse en un periodista que denuncia los abusos de ambos lados, de las hordas asesinas de Sendero como los excesos de las fuerzas militares. Ello lo llevará a un conflicto y a ser perseguido y amenazado por ambos frentes. Para quienes no recuerdan lo que se vivió en los años 80 y parte de los 90 en Perú, es decir toda esta violencia insana, que se ensañó con campesinos de zonas andinas, “La última noticia” puede resultar no solamente ilustrativa sino servir como una fuente que refleja una realidad que el país soportó y cuya sociedad, sobre todo urbana, no ha asimilado en su crudeza, en lo que realmente significó y en  sus consecuencias. A pesar del trabajo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, cuyo Informe Final calculó en 70 mil las víctimas del conflicto armado, y de la existencia del Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social (LUM), en Lima,  la gran mayoría de peruanos de hoy se muestra distante y desconoce  que nuestra más reciente historia como país está bañada de sangre, terror y muertes. La estructura de “La última noticia”, cuyo guión es obra de Legaspi y de René Weber, permite ver un  relato cronológico que empieza desde una supuesta paz -la celebración de una boda-, continúa con las primeras escaramuzas de Sendero Luminoso, a las que paralelamente responde el Ejército con dureza, y avanza hacia un epílogo oscuro, tan traumático como la misma guerra. Las actuaciones están muy bien, Jorge Chiarella, experimentado actor de teatro, y Julián Legaspi dan vida a los personajes mejor trabajados. Se podría hablar de ciertos esquematismos en la presentación de los bandos en conflicto o en el desarrollo de algunos personajes, pero estos son asuntos menores en el caso de una película valiente y decidida, que prefiere mostrar los hechos como realmente fueron antes que ofrecer una visión pastoril y turística de los Andes peruanos. Este es un filme que nos refresca la memoria, que trata un tema en extremo complicado, que a lo largo de los años recientes ha motivado grandes conflictos en la controvertida política peruana. Los grados de violencia y represión son representados en “La última noticia” como una condensación de lo que en verdad significaron: masacres, secuestros, torturas de ciudadanos y, además, la muestra de cómo SL captaba adeptos, a veces menores de edad. “La última noticia” se suma a ese corpus del “cine de la memoria” que se está formando con cintas de Lima y provincias y entre las cuales destacan “La boca del lobo”, “La teta asustada”, “La vida es una sola”, “Coraje”, “Tarata”, “Paloma de papel”, “La prueba”, “NN”, “Las malas intenciones”, “Cuchillos en el cielo”, así como otras que abordan el tópico de la violencia desde las filas de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, como los documentales “Alias Alejandro”, “Tempestad en los Andes” y “Sybilla”. Es trascendente, además, que este nuevo filme del Grupo Chaski se estrene en plena coyuntura electoral, una situación en que la hija del dictador Alberto Fujimori (1992-2000) -para muchos el pacificador del país y promotor del modelo económico que hoy impera, pero quien actualmente cumple una sentencia por violación de derechos humanos y corrupción- tiene grandes posibilidades de ejercer la Presidencia de la Nación. “La última noticia”, precisamente, nos muestra ese otro lado que muchos no quieren ver y en el cual el fujimorismo, una banda de políticos corruptos e inmorales, tiene una responsabilidad en extremo grave. Alejandro Legaspi y Chaski ambientan esta cinta en 1982, cuando Sendero Luminoso comenzaba a expandirse por los pueblos andinos y aún desde Lima no era considerado una amenaza. “La última noticia”, más allá de que el público se haya acostumbrado a una oferta cinematográfica muy mediocre, propone, en cambio, un enfoque distinto. Son estas las películas peruanas que todos deberían ver y apoyar, y eso no quiere decir que otras propuestas, estilos y géneros no coexistan en la diversidad. Si realmente queremos desarrollar una industria cinematográfica en el Perú no nos podemos conformar con burdas comedias de ocasión y éxitos taquilleros. El cine, el real cine, es mucho más que eso, es una cuestión autorial, plantea una mirada del mundo, critica, cuestiona, sugiere, enseña. No se trata de proponer, sin mayor argumento, que el Estado no apoye a nuestro cine o que las salas se reserven el derecho de exhibir películas peruanas. Hollywood representa la industria más proteccionista del mundo al igual que importantes cinematografías como las de Francia, India, Japón, Inglaterra, Argentina, Brasil, México, España y varias más. La ignorancia de personas que ni siquiera conocen el cine de cerca les hace promover ideas sin ningún sentido. No nos queda sino recomendar la visión de “La última noticia”, un rotundo testimonio de una época que no debe repetirse en nuestra historia.

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