El primer cuento que leí, o al menos el primer cuento que recuerdo haber leído, de Alejandro Tello se titulaba La boina fósil. Es un título que da una pista clarísima sobre el sesgo hacia el que tiende de modo natural el escritor nacido en la Villa de Don Fadrique (Toledo). Boinas, pueblos, animales, campo, conocer a todos los vecinos... Y la vida en la gran ciudad como contrapunto de ese mundo rural, rebosante de autenticidad y hondura.
Tello vive en Madrid, pero siempre que puede se escapa al pueblo.
El pueblo. La vida en el pueblo. Su corazón está allí, y eso se pone de manifiesto en prácticamente todos los relatos que conforman el libro CUENTOS ESCOGIDOS publicado por la Editorial Celya de Toledo (número 143 de su colección Lunaria).
Hace ya casi dos meses que terminé de leer estos relatos, pero hasta hoy no he sido capaz de encontrar un hueco para ponerme a dictar este artículo. Pido perdón al autor, y a sus lectores, por ello.
Me gustó especialmente Soñar con la coja. Alejandro ya me había hablado muchas veces de un cura que intentaba desmitificar a Marilyn Monroe asegurando que al andar parecía coja.
Es bellísima la conexión que hace del Quijote con el amor a la naturaleza y al bien común en el díptico Vida de Eladio Salitroso, penúltimo caballero andante.

El primer relato, En cuatro tiempos, es una suerte de micronovela, una historia de amor entre ancianos... esa palabra que la sociedad moderna se esfuerza en no utilizar, porque quien no es joven en el mundo actual no tiene derecho ni a ser siquiera llamado de modo claro y, para emborronarlo aún más, se recurre a expresiones repugnantes del tipo "tercera edad".
En la página 112, en el relato La visita de cupido, encontré una frase que subrayé y copié, y luego he repetido con frecuencia a amigos y conocidos:
"La gente no atasca. Cuando no saben una cosa, se la inventan y ya está".
Es algo que hacemos todos, y eso explica que a veces mintamos sin darnos cuenta, simplemente para no "atascar" (un aplauso por la elección de la palabra).
Todos los personajes de Alejandro Tello Peñalba tienen, al igual que él, alma. Mucha alma. Y en esas almas se podrá reconocer cualquier lector que decida hacerse a sí mismo el regalo de pasear por las páginas de este excelente, trabajadísimo, libro.
Excelsior.
https://diario16plus.com/cultura/relatos/la-boina-fosil_87523_102.html