

Para hacernos una idea sólo aproximada de la imponente figura de José de Almada Negreiros en la historia de las letras lusas basta echar un rápido vistazo a la inquietante, enigmática y brutal fotografía que le realizó Vitoriano Braga a comienzos del pasado siglo veinte. El escritor y pintor portugués, nacido en la entonces colonia de Santo Tomé y Príncipe a finales del siglo XIX y fallecido en Lisboa en 1970, hizo de su existencia una provocación constante, una insinuación a otros universos creativos nunca abordados hasta entonces y, ante todo, rompió moldes y también los lazos existentes con el pasado.De eso tratan, básicamente, estos Manifiestos, que publica La Umbría y La Solana, editorial que echó a andar a finales de 2016 con el novedoso propósito de hacer llegar por estos lares la excelente literatura portuguesa, a la que el mundo editorial en español sigue dando la espalda pese a la cercanía y supuesto hermanamiento entre ambas culturas.Con traducción de Eloísa Álvarez, estos cuatro manifiestos –aquí reunidos por primera vez en español– de este autor, pintor, dibujante, escenógrafo y autor de performances pioneras reúnen el alma primigenia de un artista sin aristas y también sin fronteras ni limitaciones. Hizo un tándem de altura en 1915 con Fernando Pessoa y Mário de Sá-Carneiro en el grupo de la revista Orpheu y fue punta de lanza de la vanguardia futurista de la época, que marcaría el devenir artístico en el país y también en el continente durante décadas, pese a que también tuvo su pasado oscuro, ya que durante la dictadura de Salazar colaboró puntualmente como varias obras propagandísticas, aunque finalmente viró en sus escritos y el régimen luso que sobrevivió hasta la Revolución de los Claveles de 1974 fue dardo preferente de sus invectivas.
Mítico retrato de Fernando Pessoa pintado por Almada Negreiros en 1964.

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