Almudena Guzmán, contra el mal que surge solo

27 de Junio de 2018
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Foto Almudena Guzmán©Sonia Hernández
Almudena Guzmán es licenciada en Filología Hispánica. Crítica teatral y literaria en el diario ABC y su suplemento cultural, ha ejercido como filóloga y periodista en la “Fundéu BBVA” (Fundación del Español Urgente). Ha publicado los siguientes libros de poesía: Poemas de Lida Sal (1981); La playa del olvido (1984); Usted (1986); El libro de Tamar (1998, Premio Internacional de Poesía “Ciudad de Melilla), Calendario (1998), El príncipe rojo (2005, Premio Internacional de Poesía “Claudio Rodríguez”), Zonas comunes (2011, Premio Internacional de Poesía “Tiflos”) y El jazmín y la noche. Poesía reunida 1981-2011 (2012).La poesía de Almudena Guzmán, en palabras de Luis Alberto de Cuenca, destaca “por su agudeza, ironía, inteligencia emocional, pericia arquitectónica y capacidad de sorpresa. Son sus versos fragmentos de vida palpitante, engagés con la cotidianidad del ser humano y con su circunstancia”. 1.- Empiezas a escribir desde muy temprana edad, ¿qué motivo te impulsó a escribir?-Ni idea: tendría ocho o nueve años. Escribía como cantaba, jugaba o tomaba helados. Ahora que lo recuerdo, tantos años después, me parece maravillosa esa inconsciencia: “Pintar como el pájaro canta”, decía Monet. 2.- ¿Qué ha cambiado de Almudena Guzmán desde ese tiempo hasta ahora?-Como poeta la exigencia y la honradez: por eso no publico un libro     al año; tengo mucha técnica y bien podría hacerlo para “estar de actualidad” siempre, pero yo si me repito me aburro mucho y pierdo todo interés por lo que escribo. No concibo la poesía como un trabajo de funcionario: si no consigo sorprenderme a mí misma cuando hago un poema, cierro por vacaciones. 3.- Una de las líneas que habita tu poesía es la ternura, ¿Crees en la pureza del ser humano?-La ternura corre pareja a la dureza del mundo porque el mundo es así, tierno y duro a la vez. No, no creo en la pureza del ser humano; sin ir más lejos, Rousseau, uno de los hacedores del mito del “buen salvaje”, mandaba al hospicio a todos los hijos que tenía con su ama de llaves: en uno de mis poemas de Zonas comunes, mi último libro, me refiero a su brutal hipocresía. Por suerte para todos, siempre hay personas excepcionales, la mayoría de ellas anónimas, que son las que sostienen el mundo con su bondad; pero, en líneas generales, estoy completamente de acuerdo con lo que se dice en la película Paraíso, de Andrei Konchalovsky: “El mal surge solo, no hay que empujarlo. Pero el bien necesita un esfuerzo supremo". 4.- ¿Eres una poeta que se considera creyente?-Si alguien de la ortodoxia católica o cristiana se enterara de mis creencias, seguro que me excomulgaba sin dudarlo un instante. Desde los trece años no piso una iglesia, a no ser que esté vacía porque las iglesias vacías me dan mucha paz, y lo que diga la jerarquía eclesiástica me trae sin cuidado: pienso que San Pablo fue uno de los primeros que traicionó el mensaje de Jesucristo –de hecho, no lo conoció-, y si tuviera que definirme diría que soy “cristiana primitiva animista” y que la Teología de la Liberación cuenta con todas mis simpatías. En mis últimos libros, El príncipe rojo y Zonas comunes, me valgo de la “imaginería” católica y cristiana para expresar, entre otras cuestiones, que no todo vale, que el hombre se distingue de los animales porque tiene conciencia y que, en definitiva, hay que portarse bien con el prójimo, el mensaje esencial de Jesucristo. El relativismo moral no sólo no me lo creo sino que me parece funesto. 5.- ¿Crees en la justicia poética?-Creo en la justicia poética mucho tiempo después de que el poeta se haya muerto: la Historia de la Literatura está llena de nombres que fueron tachados o marginados por la intelligentzia literaria y política de su época. 6.- ¿Crees que la poesía puede ser un medio de redención o el poeta es derrotado?-Todo eso me suena tan grandilocuente… yo escribo poesía porque me gusta y porque creo que es mi mejor forma de comunicarme conmigo misma y con los demás. Como lectora de poesía, y de otros géneros, sí que me han salvado de la soledad y de la desesperanza muchos libros y lo siguen haciendo, pero no de pagar la factura del gas a fin de mes: algunos quieren atribuir a la poesía un poder que sólo está en las manos de la sociedad y la política… aunque de política prefiero no hablar porque estoy absolutamente desilusionada al respecto. 7.- ¿Tienes algún pecado qué guardar?-Hay uno del que me redimí definitivamente cuando leí La arboleda perdida de Rafael Alberti: como el Rafael niño, no pude resistirme a comer unas onzas de chocolate antes de hacer la Primera Comunión. 8.- El mundo se perturba al mismo tiempo que los individuos pierden su identidad. ¿Se puede presentar el poeta como un testigo de su tiempo contaminado por la misma podredumbre que construye al mundo? -Unir poesía y moralidad es un disparate de lo más “victoriano”: la lista de poetas que distan mucho de ser “ejemplares” es larguísima. Un poeta puede denunciar las lacras de su sociedad en sus poemas y caer en ellas de cabeza en su vida personal. La “misión” que para mí tiene un poeta es la que Baudelaire formula en sus Escritos sobre literatura: “El poeta, situado en uno de los puntos de la circunferencia de la humanidad, devuelve por la misma línea en vibraciones más melodiosas el pensamiento humano que se le transmitió: todo verdadero poeta ha de ser una encarnación”. 9.- ¿Qué tipo de responsabilidad crees que tiene o debe tener un poeta en nuestro tiempo? ¿Crees que debe de ser la voz quebrada de la sociedad o ese ser iluminado que tiene una visión, una percepción más amplia que el resto del mundo?-Esta pregunta ya la he contestado con mi respuesta anterior. 10.- ¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto? ¿Puedes adelantarnos algo?-Más que trabajar, en el sentido práctico, estoy pensando mucho en la concepción de dos libros que me traigo entre manos, uno de poemas y el otro una especie de novela de género indeterminado. También escribo poemas sueltos, al menos por ahora, porque siempre me pasa lo mismo: me creo que son poemas sin un hilo unitario y conductor y luego me sorprendo al descubrir que lo tienen.
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