En 1896 se estrenó en el teatro Alexandrinski de San Petersburgo la obra de Anton Chejov titulada La Gaviota (Chaika), fue un fracaso absoluto.
En 1898 se estrenó en el teatro del Arte d Moscú la misma obra de Anton Chejov, en la que nada había cambiado, tampoco el título, pues seguía llamándose La Gaviota (Chaika), fue un éxito incontestable, arrollador.
(Chejov no sólo era un cuentista fascinante, y el único antecedente a la hazaña de EL CAZADOR DE CUENTOS de escribir un cuento al día durante un año: en efecto, Chejov escribió antes que nuestro Cazador de Cuentos, 122 relatos en un solo año. Pero amén de su imaginación, éxito en vida y póstumo, Chejov es también un personaje perfecto para buscar en él inspiración. Carver, Raymond Carver, se basó en él para escribir sus TRES ROSAS AMARILLAS.
Como Chejov no merece morir, y menos merecía que confundieran su ataúd con una caja de pescado en el proceso de repatriación de su cadáver, siempre que es posible los escritores actuales tratamos de volver a traerle a la vida siempre que tenemos ocasión).