“Vivimos en una sociedad donde se usa el término ‘vaciar’ para referirse a una mujer a la que han practicado una histerectomía. ¡Vaciar!”

30 de Junio de 2024
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El salto que la escritora viguesa Ledicia Costas dio de la literatura infantil y juvenil a la narrativa de ficción para adultos se ha consolidado definitivamente con su última novela, Piel de cordero (Destino), la tercera después de una exitosa trayectoria entre los más pequeños lectores. En ella, Catalina y Lola, las dos protagonistas, viven separadas por dos siglos de distancia temporal, pero mantienen el nexo común de la rebelión y la lucha contra la fatalidad que sus contextos sociales les imponen sin posibilidad alguna de redención. La magia y la fantasía narrativa al servicio de un potente mensaje de sororidad que derribe muros que se han mantenido incólumes a lo largo de los siglos hasta hoy mismo.

Dos mujeres separadas por dos siglos y unidas por el poder mágico de la brujería y el empoderamiento femenino. ¿Reivindica su novela la fuerza sanadora de la sororidad contra el estigma representado por la brujería femenina a través del tiempo?

Nos han tratado muy mal. Ese estigma de la bruja mala nos llega desde niñas, a través de los cuentos tradicionales. Esta es una novela sobre la rebelión, y la sororidad juega un papel crucial. Le hemos puesto nombre a ese concepto en el mundo contemporáneo, pero ¿qué eran los aquelarres sino un ejercicio radical de sororidad?

“Qué eran los aquelarres sino un ejercicio radical de sororidad”

Galicia y brujas. ¿Cómo interrelaciona estos dos vectores en las vidas de Catalina y Lola, las protagonistas de Piel de cordero?

Yo nací en Galicia. En la noche de San Juan, hay hogueras coronadas por letreros escritos sobre madera donde se puede leer: “Meigas fóra!” Vivimos en la tierra de los más de doce mil cruceros. Se construían en los lugares donde tenían lugar apariciones de la Santa Compaña. Convivimos con los amuletos, con los petos de ánimas, con una tradición muy poderosa, que en gran medida sigue vigente todavía hoy. Por eso confluyen pasado y presente en Piel de cordero.

La fatalidad y el ansia por evitarla son las fuerzas que mueven, en cierto modo, a estas mujeres. ¿Por qué siempre se ha tergiversado el propósito principal de sus actuaciones en busca de explicación a la vida más allá de lo terrenal?

La vida más allá de la muerte es algo que obsesiona al ser humano desde siempre. Porque no hay respuesta, porque es difícil asumir que nuestras vidas son finitas, y porque nos obliga a tomar conciencia de que estamos aquí de paso. La vida es terrible y, al mismo tiempo, preciosa. Nos aferramos a ella, pero la muerte siempre gana la partida. En realidad, la vida está marcada por esa fatalidad. Aunque intentemos no pensar demasiado en ello.

Cuenta con una dilatada trayectoria como escritora de literatura infantil y juvenil donde lo fantástico ha tenido siempre un papel importante. ¿Cree que esta novela culmina una evolución profesional en este sentido?

Creo que sí. Siento que Piel de cordero supone un punto de inflexión en mi carrera dirigida a público adulto. Tengo muchas ganas de seguir explorando la fantasía y el terror. Hacerlo desde un punto de vista social es algo que me resulta muy atractivo.

Aún hoy, en pleno siglo veintiuno, la RAE admite como sinónimo coloquial de bruja la expresión mujer malvada”. ¿Todavía no ha llegado la hora de desterrar para siempre este estigma mantenido durante siglos en nuestras sociedades?

Por supuesto que ha llegado ese momento, pero mover esas maquinarias que tantas veces parecen anquilosadas lleva su tiempo. No se comprende que la RAE admita esa expresión, como tampoco se entiende que si buscas “mujer pública” te encuentras la definición de prostituta, y si buscas “hombre público” el resultado es hombre que tiene presencia e influjo en la vida social. Vivimos en una sociedad donde se usa el término “vaciar” para referirse a una mujer a la que han practicado una histerectomía. ¡Vaciar! Nos extirpan el útero, nos quedamos vacías. Me parece espeluznante la carga de esta expresión.

“La religión católica nos ha explicado que las mujeres nacemos de una costilla, que somos las responsables del pecado original y de la expulsión del paraíso”

Además del evidente machismo que conlleva la estigmatización de estas mujeres desde la noche de los tiempos, ¿qué papel ha jugado y juega la religión también en ellas?

La religión católica nos ha explicado que las mujeres nacemos de una costilla, que somos las responsables del pecado original y de la expulsión del paraíso. Nos han contado que somos embusteras, crédulas, frágiles y perversas. La Biblia dice: “no dejarás con vida a ninguna hechicera”. Santo Tomás de Aquino proporcionó el soporte intelectual de la caza de brujas. Llevamos ese peso sobre los hombros durante siglos.

La parte oscura de la vida, el terror incluso, forma parte de su literatura. ¿Dónde germinó su inclinación profesional hacia este género?

Siempre me han gustado las historias de miedo y desde niña he tenido curiosidad por los productos culturales que tienen que ver con lo sobrenatural. Historias de fantasmas, espíritus, todo lo que tiene que ver con el Otro Lado y sus injerencias en el nuestro, me cautiva. Por eso soy el tipo de escritora que soy.

¿De qué literatura bebe el estilo de Ledicia Costas?

Me han influido autoras como Angela Carter o Shirley Jackson. También algunas historias de Anne Rice o Stephen King, a los que leía de adolescente con voracidad. Pero también autores gallegos como Agustín Fernández Paz, Castelao o Álvaro Cunqueiro, con los que aprendí que la tradición gallega era poderosa, y no solo en lo literario. En la actualidad leo obras de bastantes autoras latinoamericanas, con las que me siento profundamente conectada.

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