Las historias de redención tienen un poderoso magnetismo siempre y cuando estén enhebradas con la argamasa adecuada para que no se desmorone a los primeros bocados. No es el caso ni mucho menos de esta obra de referencia en la literatura estadounidense del pasado siglo, por muy maldita que haya sigo y aún lo siga siendo. La primera obra de Don Carpenter (Berkeley, California, 1931 - Mill Valley, 1995) vio la luz en 1966 y elevó a su autor a una fama inmediata entre críticos y colegas escritores, pero nunca trascendió de forma generalizada entre los lectores. Con tintes dostoievskanos, Caía una lluvia intensa (Trotalibros) narra el reencuentro de un adolescente huérfano que deambula entre reformatorios y cárceles y un fugitivo negro. Ambos emprenden un camino de no retorno que ningún lector olvidará jamás.
Resulta emocionante leer las tribulaciones y ansias que el editor de esta edición en español, Jan Arimany, relata en el posfacio, sobre la ilusión de rescatar para los lectores en español y catalán una novela maldita que desde su misma publicación ya cayó en el saco roto del olvido por un motivo u otro. Porque esta primera novela de Carpenter, un autor que con 64 años decidió pegarse un tiro tras padecer varias enfermedades y sufrir el suicidio de su íntimo amigo y también novelista de la generación Beat Richard Brautigan, tiene el don de lo excepcional, ya sea por la temática elegida, por el discurrir lento y pausado de su narrativa y, sobre todo, por las andanzas de esas dos almas en pena que se encuentran para luchar contra todo y contra todos, en una huida hacia adelante en un callejón sin salida. Así en definitiva son las grandes historias.
La novela tiene el don de lo excepcional, por el discurrir lento y pausado de su narrativa y, sobre todo, por las andanzas de esas dos almas en pena que se encuentran para luchar contra todo y contra todos
Carpenter era un guionista habitual en el Hollywood de la época, y también aquel mundo del celuloide entronca directamente con sus obras literarias de los setenta del pasado siglo, como por ejemplo Un par de cómicos (1973). También Caía una lluvia intensa guarda en sí misma toda la fuerza de una historia visceral de amistad y redención al más puro estilo de las grandes obras de Dostoievski.
Esta edición, traducida primorosamente por un clásico como es Miguel Temprano García, lleva el posfacio de Clifford Lee Sargent, un destacando youtuber literario de referencia. Sentencia con una emoción en absoluto contenida: “La muerte impregna Caía una lluvia intensa. Una muerte estadounidense invisible y despiadada”.
Pasen, pasen y lean la historia de estos dos amigos, Jack Levitt y Billy Lancing. No se dejen llevar por la fatalidad y suelten amarras y emociónense sin tapujos, sin rubor, a pecho descubierto.
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Don Carpenter
Trotalibros
384 páginas
24,95 €