Femi­Nazi

17 de Marzo de 2017
Actualizado el 02 de julio de 2024
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"Femi­Nazi, con dos cojones!" era el título original de este artículo, pero por estética he decidido dejarlo en la versión reducida, aunque seguramente la “coda” se intuye. Quién se ha sacado de la manga esta aberración? Es, probablemente, la cima de esa montaña de mierda que es el machismo. Supongo que es una buena noticia, porque después de la cumbre toca bajar de nuevo, y ya iba siendo hora...
"Femi­Nazi". A simple vista parece un término casi gracioso, y tiene hasta una simpática musicalidad verbal al pronunciarlo. Femi­Nazi! Pero analicemos el término como le gustaría a mi madre, que es catedrática de Lengua y Literatura y experta en desentrañar lo que se esconde bajo la superficie del océano del lenguaje. Femi, relativo a la mujer, y nazi, nacionalsocialista alemana.Empecemos por lo de "Nazi". Me gustaría preguntarle a algún desgraciado que usa este término si recuerda alguna mujer en el núcleo duro del nacionalsocialismo alemán, porque yo no (y hablo de ideólogas de esa barbarie, no locas como Irma Grese que se aprovecharon de la situación para dar rienda suelta a sus enfermizas perversiones). Podéis buscar "femi­nazis", y sólo encontraréis a Leni Riefenstahl (que hacía películas y propaganda... a todo esto carentes de violencia alguna) y, como no, a Eva Braun, cuya ocupación era la de ser asistente del fotógrafo oficial del kaiser. Os resumo: el nazismo fue una cosa de hombres. Es más, a lo largo de la Historia, la violencia, la opresión, la injusticia... fueron cosas de hombres. A las civilizaciones matriarcales (que existieron, no son un cuento de hadas... lo siento), como la minoica en Creta, poco se les puede criticar excepto el hecho de que al no tener ejército no podían defenderse.... y así por ejemplo en Creta no pudieron evitar la invasión micénica. Punto gracioso: para cuando eso sucedió en Creta ya habían evolucionado hasta la época palaciega... y los micénicos adaptaron/robaron esos conocimientos arquitectónicos (ellos, "los machitos", sólo sabían hacer armas y vallas de contención) y los aplicaron en la Grecia continental, y de ahí viene el arte clásico que dominaría Europa durante más de 1000 años (sin contar su Renacimiento italo­flamenco...)."Femi", relativo a la mujer. Desde el punto de vista de mi historia personal, he de decir que jamás me ha pegado, acosado o amenazado violentamente una mujer en mi vida (sin contar las teatralizaciones sociales de mi madre, que no me han dejado lesión ni trauma alguno). Cuando voy por un callejón oscuro, a medianoche, en Madrid, nunca me asalta la imagen fantasiosa de una mujer agrediéndome y violándome. Eso (probabilísticamente hablando) no existe. Preocuparte por algo así es como preocuparte por si te cae un rayo en la cabeza y, por eso, nadie, en el fondo, va por la noche "atemorizado" por posibles "delincuentes femeninas". A estas alturas del artículo ya habrá algún listo que habrá tirado de hemeroteca para quitarme la razón, como también lo harán si dices que los niños no son violentos y te hablarán de un asesino en serie que tenía 10 años en algún lugar del tiempo y el espacio pasado, como creyendo que eso va a quitar el peso de la razón a tus palabras. Así que dejémonos de mi historia personal y pasemos a los números. En 2015, en España, detenidos por delitos contra la libertad sexual: 5.000 hombres y 200 mujeres. De esas 200 mujeres, la víctima en más de un 90% de los casos... también era una mujer. Así que, con los datos en la mano, un hombre violado por una mujer es más difícil de encontrar que un hombre al que le atropellaran dos camiones seguidos. Sigamos con números. Vayamos al fondo de este hoyo perverso. Asesinos y asesinas. En USA el 90,5% de los asesinatos son cometidos por hombres y (para ya desmitificar la figura de la ex­novia violenta) los hombres son responsables del 81,7% de los asesinatos relacionados con el sexo. Las mujeres no son violentas. Su naturaleza no es así. Este problema es NUESTRO. Los % que vemos de mujeres asociadas a estos delitos son incluso inferiores a los esperados por el mero hecho de vivir en una sociedad machista. Son incluso menos violentas de lo imaginable. Y, desde luego, muy pacientes. Llevan miles de años sufriendo esto... y empiezan aún ahora a alzar la voz. Pues parece que cuando esa voz supera cierto número de decibelios, o de "osadía", la palabra "femi­nazi" sale a la palestra. Cómo tenemos (con perdón) semejantes cojones??? Cómo podemos asociar a las víctimas de la violencia con uno de los capítulos más vergonzosos de la violencia masculina: el nazismo???. Las mujeres, en el régimen nazi, eran vistas como amas de casa e instrumentos para la procreación. Muchas mujeres alemanas eran seleccionadas por el ejército alemán (por sus atributos germánicos) para ser violadas por altos mandos del ejército y así tener hijos “arios puros”. Y el fin del propio nazismo tampoco les trajo nada bueno... Sabíais que cuando los aliados entraron en Berlín se dedicaron a violar masivamente mujeres alemanas, por lo que existe una generación entera de alemanes nacidos de violaciones cometidas por soldados (no soldadas, lo siento) norteamericanos, ingleses y rusos???. "Femi­Nazi"??? En serio??? No se te cae la cara de vergüenza cuando pronuncias esta deleznable contradicción???
Siendo cómico, me apena no poder debutar en Diario 16 con un artículo en el que pudiera haceros esbozar una sonrisa... pero supongo que me pilláis en unos días en los que sólo me sale fruncir el ceño y decir: hasta aquí!!!
La lucha va a ser larga.Yo, compañeras, estoy con vosotras.

FIN

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